Los sindicatos celebran separados al Día da Clase Obreira

El Día da Clase Obreira Galega fue la antesala de las protestas contra la reforma laboral que CC OO y UGT realizarán hoy en 60 ciudades de toda España. También fue la escenificación de la desunión sindical que las centrales quieren superar de cara al 29 de marzo. Varios miles de personas siguieron las marchas convocadas en A Coruña, Lugo, Ourense, Vigo, Pontevedra, Ribeira y Vilagarcía contra el decreto de reforma laboral.

Unas 3.000 personas salieron ayer a la calle en Ferrol para recordar los asesinatos de Amador Rey y Daniel Niebla, trabajadores de los astilleros abatidos a tiros durante una manifestación en 1972. Unas 2.000 personas participaron en la marcha de CC OO que encabezó el líder del sindicato, Ignacio Fernández Toxo, y otro millar en la de la CIG, con los ánimos muy caldeados en un clima de prehuelga general.

“El Gobierno ha hecho la huelga inevitable”, manifestó Toxo, que confía en las que movilizaciones supongan una “llamada de atención seria” al Ejecutivo popular de Mariano Rajoy para que “corrija” la reforma laboral “más lesiva de toda la historia de la democracia”.

“Queremos que tenga efectos sobre la tramitación parlamentaria”, dijo el líder de Comisiones, para justificar la premura de la convocatoria. “Espero que a Rajoy no le pase lo que a Aznar en 2002”, apostilló Toxo, en alusión al decretazo que meses después de su aprobación le movió la silla a seis ministros de aquel Gobierno del PP.

Las protestas de CC OO y la CIG discurrieron por las calles de Ferrol casi en paralelo y con media hora de diferencia para evitarse. Mañana, sin embargo, ambas formaciones intentarán acercar posturas para, junto a UGT, organizar una convocatoria unitaria el próximo 29 de marzo.

UGT, en casa

La UGT adujo falta de presupuesto y se quedó en casa. Ni el BNG ni el PSOE acudieron a la ofrenda floral que el Ayuntamiento, gobernado por el PP, colocó en recuerdo de los dos obreros asesinados. El acto se torció cuando unos pocos simpatizantes del 15M desplegaron una pancarta que tachaba de “traidores” a Toxo y Cándido Méndez. El gesto molestó a los sindicalistas, que se enzarzaron en un rifirrafe verbal que deslució el homenaje. “Es lamentable”, comentó Toxo, que achacó el “pequeño espectáculo” a la “falta de memoria”. “Hace 40 años aquí asesinaron a dos e hirieron a 40”. “Nosotros igual sí, pero ellos (Amador y Daniel) no merecían esto”.

El líder de CC OO, que inició su periplo sindical en los talleres de la antigua Bazán (hoy Navantia) y vivió en primera fila los sucesos de 1972, señaló que el movimiento obrero de la ría de Ferrol supuso el “germen de la democracia” y una “referencia indeleble”. “El dictador murió en la cama pero la dictadura cayó en la calle", concluyó.