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López quiere un foro parlamentario para su propuesta “de partida”

La ponencia que plantea Aralar puede facilitar un primer acuerdo

Patxi López en la exposición en homenaje al histórico dirigente socialista Indalecio Prieto en Bilbao.
Patxi López en la exposición en homenaje al histórico dirigente socialista Indalecio Prieto en Bilbao.LUIS ALBERTO GARCÍA

Lo que mañana diga el lehendakari, Patxi López, en la tribuna del Parlamento será un “punto de partida, no de llegada”, y estará abierto “al consenso con todos los grupos”, apuntó ayer la portavoz, Idoia Mendia, de la esperada comparecencia en que el mandatario vasco expondrá sus planes de gestión del futuro inmediato sin ETA. “Es el principio de un camino que iniciamos todos juntos en el Parlamento, el centro de la política vasca”, dijo Mendia, pero cuyo recorrido desea López que aúne al máximo de fuerzas posible, izquierda abertzale incluida.

Aunque del debate que se establezca tras la intervención del lehendakari no saldrán resoluciones, el pleno de mañana sí puede terminar alumbrando un acuerdo: Aralar aceptó retrasar la semana pasada, a petición del PSE, y sin pedir más garantía que la seriedad de la propuestas de López, una moción en que propone constituir una ponencia en que, “más allá de compartir los principios”, se empiecen a “debatir y acordar actuaciones políticas que se deberían impulsar para consolidar la paz”.

La ‘hoja de ruta’ incluye exigencias a ETA, pero también reinserción de presos

Al lehendakari no le hace ningún daño, más bien al contrario, que sea un grupo como Aralar, es decir, la izquierda abertzale parlamentaria, el que considere “imprescindible que el Parlamento tome la iniciativa en este nuevo tiempo político”, para abordar desde ahí “los proyectos de construcción conjunta de la paz y la convivencia”.

La propuesta puede terminar resolviendo un primer problema: el del foro desde el que echar a andar y hacerlo con rapidez. En el planteamiento de la moción, sería un grupo de trabajo “abierto a los grupos políticos, instituciones y agentes sociales que trabajan en el campo de la pacificación, sin ningún tipo de exclusión”. Es decir, aunque lo constituyan las fuerzas ahora representadas en la Cámara, a él podrían acudir quienes no lo están: la antigua Batasuna. Aralar propone que en su seno se consensúen soluciones a “las consecuencias del conflicto” y se impulsen iniciativas de estímulo a la convivencia de corte local. En ella se podría hablar, por ejemplo, de los presos de ETA.

El formato que pide Aralar permitiría escuchar a la izquierda abertzale

El hecho de que la propuesta estuviera ya en la Cámara antes de pedir López su comparecencia y de que nazca de un grupo minoritario como Aralar contribuiría a difuminar los recelos de protagonismo que podría suscitar si la hiciera él mismo, o el Grupo Socialista. A la vez, el grupo abertzale puede tener un importante efecto de arrastre sobre el PNV, con pocos argumentos para oponer a esa iniciativa.

Los “foros y fórmulas” que el lehendakari anunció permanecen en la penumbra. Su equipo muestra un especial interés en proteger hasta mañana el contenido de su discurso y no perder el efecto sorpresa que pueda deparar. En evitación de filtraciones, solo el núcleo más cercano a López maneja información concreta. “Será el lehendakari el que lo exponga”, fue ayer la respuesta reiterada de la portavoz a las múltiples preguntas sobre el particular. El silencio de la generalidad de las fuentes, tanto en el Gobierno como en el partido, blindan el discurso.

Mendia rechazó las críticas de, entre otros, el PNV, porque el lehendakari no haya consensuado de antemano el contenido de su comparecencia, algo que negó suponga “una carencia” de su actuación. “Es el lehendakari, como jefe del Gobierno, quien tiene que liderar” este momento. En el ejercicio esa responsabilidad, y justamente emplazado por la trascendencia del momento, “expondrá su hoja de ruta”, que contendrá “las exigencias a ETA, el compromiso con las víctimas y la reinserción de los presos”, sostuvo.

Más aún que los contenidos concretos, gran parte de los cuales no se apartarán de su discurso habitual, a López le importa que el espíritu de unidad que busca despertar el decálogo que planteó en septiembre cale en la ciudadanía. Aunque el interés y la preocupación social por esta cuestión haya descendido en las encuestas hasta los últimos lugares de las tablas desde que ETA no mata, en Euskadi las heridas abiertas requerirán mucho trabajo y atención durante mucho tiempo, transmiten fuentes conocedoras de las propuestas.

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