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FÚTBOL | EL DERBI VASCO

Apología de la educación

Bielsa, Montanier y Susaeta apaciguan un clásico acalorado con incidente final en la grada

Carlos Vela (izquierda) y Muniain disputan el balón.
Carlos Vela (izquierda) y Muniain disputan el balón.TXETXU BERRUEZO

Los clásicos entre el Athletic y la Real Sociedad están llenos de soniquetes. Se anuncian siempre como la fiesta del fútbol vasco y acaban muchas veces como el rosario de la aurora. Se venden como hermanamiento de aficiones, pero cada cual busca la puya más dolorosa para la afición rival. En el fondo, se atiende a dos partidos, el del campo y el de la grada. Cada cual tiene su asignatura pendiente. Ayer, los pocos centenares de aficionados realistas se comportaron con los soniquetes habituales: que si no se ve a la afición de San Mamés, que si no son leones..., que si no es Euskal Telebista sino Bilboko Telebista.... La afición realista convirtió en olés horrorosos un par de rondos de su equipo ante los desesperados jugadores de la Real, perdiendo el respeto que todo contrario merece.

No fueron hechos muy significativos. Lo peor, si acaso, fue el exceso de celo de los guardias de seguridad para sacar del campo a los últimos aficionados realistas. Alguien se puso nervioso y sacó la porra demasiado pronto para un desalojo que bien pudiera haberse hecho con un poco más de paciencia y no a golpes innecesarios. Los realistas ya se iban y solo parecía que los guardias de seguridad les acuciaban para que se fueran más rápido. Eso no implica una pequeña carga que acabó con alguna espalda dolorida y algún forcejeo inoportuno.

No era el final previsto en un partido que no tuvo más incidencias que las habituales, aunque maleducadas por ambas partes, en función de quien gana y quien pierde.

Montanier: “La Real no mereció perder pero nuestra reacción es una buena señal”

Al menos sí tuvo un final que fue toda a una apología de la educación protagonizada por los actores principales del asunto. Los dos entrenadores tiraron de cordura. Ni Bielsa ni Montanier juzgaron una de las jugadas clave del partido: el gol legal de Carlos Vela que el árbitro no vio. “No puedo opinar sobre él, porque no he visto el vídeo”, dijo el técnico francés a quien seguramente le habrían informado de que el balón traspasó la línea de gol con manifiesta claridad.

Marcelo Bielsa tampoco se extendió sobre el asunto, porque desde el banquillo tampoco lo vio. Como no lo vio casi todo campo incluidos probablemente quienes ocupaban las localidades de la Tribuna Norte. Pero ni uno ni otro quisieron agarrarse a la circunstancia puntual, por más que la televisión demostrase que el balón traspasó la línea de la portería de Iraizoz.

Susaeta no quiso ser menos en la apología de la educación y reconoció que “en el vestuario se ha comentado que ha sido gol, pero qué se le va a hacer..., los árbitros unas veces te dan y otras veces te quitan. Hoy nos han dado”, afirmó el delantero eibarrés del Athletic y auténtica figura sobresaliente del partido.

Bielsa: “No se puede

“No se puede negar la influencia ni la actuación de Susaeta”, reconoció Bielsa, quien alabó la primera mitad del Athletic y reconoció que el arranque de la segunda parte supuso un sacrificio excesivo para su equipo.

Precisamente por esa segunda mitad, creía Montanier que “la Real no mereció perder” y por ello “el resultado es una gran decepción para nosotros, aunque la reacción de la segunda parte es una buena señal para el futuro”, señaló, buscando el lado positivo del partido.

Susaeta, feliz, también, reconocía que era “el partido soñado por cualquier jugador: dos faltas, una al larguero, otra a la red, otro gol y encima conseguimos tres puntos que nos ponen en la zona ‘Champions”. Mirando a Manchester [donde el Athletic juega el jueves], Bielsa agradecía la posible presencia de más de 8.000 aficionados rojiblancos porque “las ilusiones siempre multiplican las aspiraciones”, concluyó.

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