Mas se aviene a aplicar a plazos el pacto fiscal y a negociar la propuesta del PSC
El presidente de la Generalitat pide un año extra para alcanzar el objetivo de déficit Los partidos rechazan el modelo que propugna el PSC
El pacto fiscal que defiende CiU lleva camino de convertirse en una suerte de muñeco de goma que se expande, se contrae y se dobla a gusto de quien juega con él. Sin haber definido las bases concretas del nuevo modelo de financiación y a la vista de que la pésima situación económica de España complica mucho las aspiraciones de la Generalitat, el presidente Artur Mas admite sin ambages que el gran objetivo de legislatura puede quedarse como mucho a medio camino. Tras haber escuchado hasta dónde está dispuesto a llegar el PSC en este asunto, Mas admitió que quizá tenga que optar por un modelo evolutivo que, sin renunciar a los preceptos de CiU, dé frutos esta legislatura. La Generalitat no está para rechazar un incremento de ingresos, por exiguo que sea.
Mas admitió que tal vez deba ejecutar a plazos su gran proyecto de legislatura. En este sentido, aceptó coger como “punto de partida” el modelo que propone el PSC, basado en que los impuestos los recaude una agencia tributaria entre la Generalitat y el Estado. CiU quiere que la Generalitat sea la única titular y “tener la llave de la caja”. Consciente de que necesita al PSC si quiere tener una amplia mayoría, Mas está dispuesto a ir poco a poco. “El consorcio puede ser un punto de encuentro si es de partida y no de llegada. Aspiramos a una agencia propia; pero si hay que comenzar de otra forma, lo haremos”.
Mas lleva meses intentando adaptar su proyecto de pacto fiscal a las circunstancias. Hace ya meses que apenas habla de “concierto económico”, consciente de que una financiación para Cataluña igual que la del País Vasco es insostenible para España. Ahora el objetivo es mejorar como sea la financiación, y luego el pacto fiscal. Otra cosa es saber si se producirá en esta legislatura. La crítica situación financiera de la Generalitat marcó la segunda jornada de viaje del presidente a Marruecos. Mas aprovechó las peticiones del Gobierno de Rajoy a la Unión Europea para conseguir una flexibilización del objetivo de déficit para pedir lo mismo para Cataluña. Pidió un año de moratoria para alcanzar los objetivos que se le exigen: el actual 3,7% debería quedar reducido al 1,3% a finales de año. El objetivo es inasumible y Mas pidió no cumplirlo hasta 2013 y pactar un calendario. La Generalitat entiende que el objetivo razonable debería ser una cifra en torno al 1,8% o 2%.
Los partidos rechazan el modelo socialista
El Gobierno de CiU valoró como un acercamiento la propuesta de pacto fiscal del primer secretario socialista, Pere Navarro. No obstante, el resto de partidos fueron menos generosos y rechazaron el modelo del PSC. La portavoz de ERC, Anna Simó, consideró que Navarro rebajó planteamientos que el PSC defendía anteriormente. “Es una estrategia continuista, una huida adelante en nombre del realismo y la no frustración. Lo que sí es frustrante es que parece que no hemos aprendido de los errores cometidos desde el restablecimiento de la Generalitat”.
En el lado opuesto, la líder del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, pidió a CiU y PSC que dejaran de discutir sobre el pacto fiscal porque “la caja está vacía. La prioridad es salir de la crisis”, mantuvo Camacho, que aseveró que los socialistas “se equivocan en la estrategia”. Más contundente fue el líder de Ciutadans, Albert Rivera, que sentenció que el PSC “no tiene ni norte ni brújula”.
Navarro no fue arropado precisamente desde el PSOE. El secretario general de los socialistas extremeños, Guillermo Fernández Vara, aseguró que el PSOE no apoyará el pacto fiscal: “No tributan los territorios, sino los ciudadanos”. Fuentes del PSC explicaron que Navarro detalló su modelo en la reunión de ayer del Comité Territorial del PSOE, celebrada en Oviedo.
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