“Muchas empresas pasan, sin serlo, por responsables”

En su perfil de Twitter se presenta como un “apasionado por promover el conocimiento y la implementación de la Responsabilidad Social de la Empresa en Iberoamérica”. Antonio Vives, profesor en la universidad estadounidense de Stanford y experto en esta materia, asegura que en España “está muchísimo más avanzada. Es el modelo para América Latina”. En Euskadi resalta el papel de las cooperativas y pone como ejemplo a Mondragón: “Siempre han sido líderes natos en este sentido”. También influye, en su opinión, la cultura. “Aquí hay una cultura de responsabilidad personal que se puede traducir mucho mejor en una responsabilidad empresarial”, subraya.

Vives abre hoy en Vitoria un seminario internacional sobre el Cuarto Sector titulado Innovación con causa: hacia nuevos modelos socioeconómicos, organizado por Innobasque. Hablará de cómo liderar innovaciones sociales con incidencia en el mercado. “La tracción se activa estando bien agarrado al suelo. No se trata de innovar por innovar, porque terminas creando un producto fantástico que nadie necesita”, dice.

Pregunta. ¿Qué se entiende por Cuarto Sector?

Respuesta. Es un fenómeno que se ha dado en respuesta a lo que mucha gente percibe: que la responsabilidad de la empresa es un poco ficticia. No es cierto, pero siempre pagan justos por pecadores. En algunos casos sí lo es, y se cree que todas lo son. El Cuarto Sector quiere que, en vez de que una empresa sea comercial y haga cosas responsables, nazca responsable y, de paso, haga cosas comerciales. Cambia la prioridad.

"Mondragón no explota lo suficiente la bondad de su modelo productivo"

P. Ponga algún ejemplo de empresa responsable.

R. La responsabilidad tiene miles de facetas. Hay empresas que son responsables con su producto y descuidan otras cosas. Otras son muy buenas en publicitarlo. Mondragón, por ejemplo, es tímida a la hora de explotar la bondad de su modelo productivo. Hay empresas que son ejemplos mundiales, como Telefónica. Repsol tiene unos buenísimos programas de responsabilidad, pero sale en el periódico por las razones equivocadas. Es difícil generalizar.

P. El lema de su consultoría sobre responsabilidad social, Cumpetere, es “Cooperar para competir”. ¿Cooperan entre sí las empresas y los Gobiernos?

R. No. Muy poco. Me refiero a cooperación entre empresas, sociedad civil y Gobiernos. El Cuarto Sector se supone que nace como resultado de esa cooperación. Precisamente es un sector que se crea para cooperar para que todos podamos competir. Pero no tenemos el mismo idioma. La empresa tiene un idioma muy específico, como los bancos. La crisis nos ha descubierto que los bancos tiene un idioma propio. Por ejemplo, las ONG y los Gobiernos tienen que aprender a hablar su idioma para poder hablar con ellos, y viceversa.

P. ¿Qué considera una inversión responsable?

R. Hablamos de la inversión responsable en dos puntos de vista: en la Bolsa y de proyecto. En España se habla de inversión socialmente responsable, que es la inversión en Bolsa de empresas que sean conocidas por su responsabilidad. Hay instituciones que se dedican a hacer ese análisis. El problema actual, sobre todo en España, es que ese análisis es muy ligerito y se cuelan muchas como empresas responsables. Y es porque son análisis de negatividad. “¿Haces algo negativo? No. Ah! Entonces está bien”. No es proactivo. Hay grupos que califican de responsable a las empresas que no son de alcohol, tabaco, armamento y apuestas. Los demás, responsables. No. Es un primer colador; hay que hacer otros más finos. Lo que pasa es que cuando lo haces —nosotros lo hicimos en México— pasan diez.

P. ¿Qué piden esos coladores más finos?

R. Que reportes los gases de efecto invernadero y los reduzcas de un año a otro. Exigen unas condiciones laborales adecuadas y rechazan el trabajo infantil y esclavo. Con estos tamices hay muy pocas en América Latina y en España aún hay relativamente pocas.