Madrid impulsó un cambio legal para desatascar la venta del biogás de Valdemingómez

El Ayuntamiento de Madrid (gobernado por el Partido Popular) adjudicó el pasado 13 de febrero la comercialización del biogás producido en el parque tecnológico de Valdemingómez a Cepsa a un precio de 25,95 euros por megavatio hora térmico. Comenzará a inyectarse en la red general de Enagás a principios de marzo, una iniciativa pionera en España con la que la ciudad espera ingresar hasta 4,4 millones de euros al año, además de los beneficios medioambientales por el ahorro de emisiones contaminantes del vertedero.

El concejal de UPyD Jaime de Berenguer ha criticado esta mañana en la comisión municipal de Medio Ambiente, Movilidad y Seguridad el coste económico de este proyecto. Según ha detallado, las obras de construcción se adjudicaron por 51 millones de euros, con un plazo de realización de 15 meses. Comenzaron en diciembre de 2005 y concluyeron en noviembre de 2008, es decir, duraron 35 meses. Costaron 78,6 millones de euros, aunque 34,4 millones provinieron de fondos de cohesión de la Unión Europea.

La directora general de Valdemingómez, Myriam Sánchez, ha achacado el retraso y sobrecoste en las obras a la detección de fallos en plantas similares de A Coruña y Barcelona, que hubieron de ser evitados en Madrid.

Según ha explicado Jaime de Berenguer, el periodo de preexplotación fue adjudicado en marzo de 2009 por 28,5 millones de euros, a los que suman otros tres millones por contratos de dirección de obras. Durante este periodo, el gas podría haber sido utilizado para generar electricidad, ha señalado el concejal. Según la directora de Valdemingómez, eso no era posible: lo prohibía la ley.

Por último: el contrato de explotación ha sido adjudicado por 14,8 millones de euros al año durante 14. “Nuestra posición [respecto al proyecto] es favorable, pero creemos que es un ejemplo más de cómo no se deben hacer las cosas. El coste ha sido absolutamente desorbitado”, ha concluido Jaime de Berenguer.

La directora de Valdemingómez ha defendido la necesidad de realizar trabajos de preexplotación para optimizar el flujo y la calidad del biogás y cumplir así los criterios de Enagás para inyectarlo a la red general; para definir los criterios económicos de la licitación posterior; y para impulsar un cambio normativo que hiciera posible la comercialización del combustible.

Este último punto ha sido objeto también de críticas por parte de UPyD, debido al retraso en la puesta en marcha de las plantas construidas en Valdemingómez. La directora del parque tecnológico ha culpado al anterior Gobierno (PSOE, 2004-2011) por no trasponer a la legislación nacional la directiva europea que debía permitir la inyección del biogás a la red general, “obligando” así al Ayuntamiento a prorrogar un año más el periodo de preexplotación.

Ante esos retrasos, el Ayuntamiento buscó otras fórmulas legales para desatascar el proyecto, lo que logró a finales del año pasado, con el PSOE aún en el poder.

Durante los dos años de pruebas, el gas en efecto no sirvió para generar electricidad sino que se consumió en antorcha, como marcaba la ley. Eso, según la directora del Valdemingómez, permitió en cualquier caso evitar la expulsión a la atmósfera de 280.000 toneladas de dióxido de carbono. “Ahora, a esos beneficios ambientales se añaden los energéticos y económicos” con la comercialización del biogás, ha añadido la responsable del parque.

Valdemingómez es el principal productor de energías renovables de la región merced a sus dos plantas de biometanización (Las Dehesas y La Paloma), que extraen gas de la materia orgánica acumulada en el basurero municipal. Estas instalaciones tienen capacidad para asumir hasta el 60% de los residuos orgánicos que llegan al vertedero (que recibe unas 4.000 toneladas de basura al día). Generan suficiente biogás (28,4 millones de metros cúbicos) como para propulsar 405 autobuses de la Empresa Municipal de Transportes, o para generar electricidad para 20.000 viviendas.