Cesuras ejecuta una depuradora a solo 30 metros de un núcleo de casas
Los vecinos denuncian que el cambio de ubicación benefició a un promotor
A los vecinos del lugar de A Ponte, en el municipio coruñés de Cesuras, el Ayuntamiento les ha colocado una depuradora de aguas residuales al lado de casa. Tanto es así que desde el muro perimetral de la última de las 16 viviendas del núcleo rural hasta la finca de ribera donde se ha empezado a construir la estación distan apenas 30 metros.
En esta aldea de la parroquia de Bragade viven una treintena de vecinos que hace dos meses se toparon con las máquinas removiendo el terreno junto al río Mendo, afluente del Mandeo que desemboca en la ría de Betanzos, sin haber sido informados de una obra que les toca de cerca.
“Queremos una depuradora pero no ahí”, resume Bernabé Pérez Lago, que se ha erigido en portavoz de los vecinos afectados y lleva semanas reuniendo firmas en contra de la ubicación actual de una planta que se financia con 600.000 euros de los fondos Feder de la Unión Europea.
“La planta estará a tres metros del río, a siete el punto de abastecimiento y a diez de una fuente de agua potable”, acota Pérez para ilustrar el poco espacio que hay entre la planta y las viviendas. Critica que ningún responsable de la Administración local se haya reunido con ellos para informarles de una obra en la mismísima puerta de sus casas y han pasado a la acción. Han remitido cuatro denuncias al Ayuntamiento, la Diputación de A Coruña, a Augas de Galicia y al Seprona para tratar de reubicar la depuradora y han encargado sus propios informes ambientales para justificar el traslado. Están dispuestos a llegar hasta los tribunales europeos para detener una infraestructura, que según denuncian, les obligaría a vacunarse contra la hepatitis de acuerdo a la normativa interna del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene que rige para los trabajadores este tipo de instalaciones y el personal en contacto.
Los vecinos también desconfían del ruido, el olor y la suciedad que les supondrá tener una depuradora en una aldea donde la mayoría de los habitantes pasan de los sesenta años. Los informes técnicos de la Diputación Provincial sostienen que el olor o las molestias de la planta depuradora serán similares “a las de un contenedor de basura”.
Bernabé Pérez apunta que meses atrás, el gobierno de Cesuras, que dirige desde hace más de una década el popular Julián Lucas, había adquirido una finca por 8.000 euros para ubicar allí la planta. Otro vecino explica que esta primera ubicación les convencía a todos menos a un promotor coruñés que planeaba edificar varios chalés en un solar próximo y sospecha que “movió sus influencias” para desviar la obra con el plácet de la Diputación Provincial. La explicación oficial es que la primera finca no reunía los requisitos técnicos necesarios y se desechó a pesar de que se había comprado a propósito para la depuradora. “Ese terreno no valía ni 500 euros y se pagaron por él casi 8.000”, denuncia la oposición local, que critica “el oscurantismo en las negociaciones de la compra de fincas”.
Las arcas municipales tuvieron que desembolsar otros 3.000 euros para comprar un ferrado de terreno junto al río Mendo en el lugar exacto que señalaron los técnicos y donde ahora se levanta una pequeña estación que tramitó la Xunta bipartita pero de la que poco o nada se había sabido en los últimos tres años.
Su construcción ha enfrentado a gobierno y oposición. El alcalde de Cesuras, Julián Lucas, sostiene que la estación cuenta con todos los permisos e informes favorables. “No hay controversia ninguna. Hicimos lo que nos dijo la Diputación”, se excusa Lucas. Socialistas y nacionalistas han hecho frente común con los vecinos afectados para pedir explicaciones en el próximo pleno. “La gestión del Ayuntamiento ha sido absolutamente desastrosa. Ni los vecinos ni los concejales nos enteramos de donde se iba a hacer la depuradora hasta que la obra se hizo evidente”, señala Xoán Vázquez, portavoz local del BNG.
La obra, incluida en el Plan Mandeo, avanza a buen ritmo pese al recelo vecinal y ya se ha colocado la mayor parte de la tubería para canalizar las aguas residuales. La planta está diseñada para tratar las aguas sucias de 70 viviendas de los núcleos rurales de A Ponte, Transanquelos y O Vilar a partir del verano próximo. Una vez tratada y depurada, el agua del río Mendo abastecerá a los municipios de Oza dos Ríos y Betanzos.
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