Dimensión estatal

El próximo 25 de marzo se van a celebrar las elecciones autonómicas en las comunidades autónomas de Asturias y Andalucía. En conjunto va a acudir a las urnas aproximadamente el 20% de la población española. Aunque no se puede desconocer que se trata de elecciones regionales, tampoco se puede perder de vista que dichas elecciones van a ser las primeras que se van a celebrar tras las elecciones generales del 20-N del pasado año y una vez que se ha constituido el Gobierno con base en los resultados de dichas elecciones y ha empezado a dar su primeros pasos.

Los ciudadanos asturianos y andaluces van a elegir a los diputados de sus respectivos Parlamentos, pero no creo que quepa la menos duda de que a la hora de depositar el voto en la urna por parte de cada elector va a contar no solo el programa de los partidos que concurren a las elecciones y la personalidad de los candidatos de dichos partidos y en especial la personalidad del candidato a la presidencia de la Junta correspondiente, sino también la opinión que se hayan podido formar en estos meses sobre la forma en que está dirigiendo el Estado el actual Gobierno de la nación.

El propio Gobierno lo sabe. De ahí que esté reteniendo la presentación de los Presupuestos Generales del Estado hasta después del 25 de marzo, a pesar de la urgencia de la situación económica y de los requerimientos que se le están haciendo desde la propia Unión Europea. Conocer el proyecto de Presupuestos sería la mejor manera de que los ciudadanos pudieran formarse una opinión sobre el marco de política económica dentro del cual tendrán que moverse los gobiernos asturiano y andaluz que sean elegidos el 25 de marzo. Se trata, en consecuencia, de una información de la que deberían de disponer, para que pudieran ejercer de manera apropiada el derecho de sufragio. El Estado y las comunidades autónomas constituyen conjuntamente el Estado autonómico. No son compartimentos estanco, sino vasos comunicantes. Cada comunidad autónoma se ve afectada por lo que ocurre en las demás, pero, sobre todo, se ve afectada por lo que ocurre en el Estado, por la dirección política general del país, que corresponde al Gobierno de la nación. Los Presupuestos Generales del Estado son el principal instrumento de dicha dirección política.

Pero ya sabemos que el proyecto de Presupuestos se dará a conocer después del 25 de marzo. Esta retención por parte del Gobierno invita a que se haga todo tipo de juicio de intenciones. Pero no es terreno en el que vaya a entrar. Considero que cada ciudadano es lo suficientemente maduro como para hacerse su propia composición de lugar sin necesidad de ayuda de ningún tipo.

Entre otras cosas, porque ya disponemos de algunas acciones de Gobierno que permiten que los ciudadanos como ciudadanos y, en el caso de asturianos y andaluces, como próximos electores dispongan de información sobre el Gobierno que dirige el país desde finales del año pasado. Con el voto del 25 de marzo no solamente se van a elegir nuevos Gobiernos en Asturias y Andalucía, sino que simultáneamente se va a transmitir un mensaje acerca de la forma en que se está dirigiendo el Estado por parte del nuevo Gobierno.

Un mensaje que jurídicamente es irrelevante, pero que políticamente no lo es. Es obvio que el Gobierno presidido por Mariano Rajoy se verá impulsado a seguir adoptando medidas de la misma naturaleza de las que ha adoptado en estos meses e incluso a adoptar otras todavía más agresivas, si los resultados de las elecciones del 25 de marzo le son favorables, o que, por el contrario, tendrá que reflexionar sobre el camino a seguir en el caso de que no lo sean. Las elecciones asturianas y andaluzas tienen también una dimensión estatal.