Una de las '17 rosas de Guillena' estaba embarazada
Las pruebas de ADN detectan un feto de siete meses en una de las víctimas de los franquistas
Una de las conocidas como 17 rosas de Guillena (Sevilla), las mujeres torturadas por los fascistas durante la Guerra Civil y asesinadas junto al cementerio de la vecina localidad de Gerena, fue fusilada cuando estaba embarazada de siete meses y medio, según han confirmado los arqueólogos que han exhumado los restos de las mujeres.
El arqueólogo Juan Luis Castro ha explicado a Efe que, junto a uno de los 17 esqueletos que han localizado amontonados en una fosa común del cementerio de Gerena, han encontrado los restos de un feto de unos siete meses y medio. Las pruebas del ADN que están realizando a instancias de la asociación 19 Mujeres determinarán a qué mujer corresponde ese feto, aunque el arqueólogo tiene una idea aproximada de quién sería la embarazada por la disposición y proximidad de los pequeños huesos localizados respecto a uno de los esqueletos.
Cuando empezaron los trabajos de exhumación se habló de la posibilidad de que entre las 17 fusiladas hubiera dos embarazadas, lo que sólo han podido confirmar en un caso. El arqueólogo ha precisado que en gestaciones inferiores a cinco meses y medio no se encuentran restos del feto tanto tiempo después de muertos.
Los estudios de ADN y antropológico de los restos se están realizando en el salón de plenos del Ayuntamiento de Gerena, que ha cedido el espacio porque tiene las garantías de seguridad y vigilancia que necesitan los restos, según ha afirmado a Efe la alcaldesa, Margarita Gutiérrez (PSOE).
En ese "laboratorio improvisado", como lo denomina el arqueólogo, se desarrollarán los trabajos de identificación de los huesos y los que determinarán la edad de las fallecidas durante unos 20 días. El arqueólogo responsable de los trabajos ha subrayado que en la fosa común, situada entre dos hileras de nichos del cementerio de Gerena construidos posteriormente, se han encontrado evidencias de que lo ocurrido fue un "asesinato múltiple". Los esqueletos amontonados en un pequeño lugar y las fracturas que presentaban cada uno de ellos indican que ese fue un episodio "violento", según el arqueólogo.
Las mueres fueron apresadas y vejadas cuando sus familiares huyeron de Guillena tras el levantamiento militar de julio de 1936. El testimonio de un niño de ocho años que vio el fusilamiento desde un olivar cercano fue fundamental para localizar la fosa común, han indicado los promotores de la exhumación, que han trabajado una década para encontrar los restos de las mujeres.
Una vez concluida la identificación de los esqueletos, está previsto que las mujeres sean enterradas en un nicho común en Guillena.
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