El trémulo espíritu de Las Aletas

Hay una fotografía para los álbumes. Se tomó el 7 de septiembre de 2009. Las autoridades que gobernaban entonces forzaron una sonrisa y posaron ante unas máquinas que empezaban a mover arena en un terreno baldío. Era el inicio de las obras del parque industrial de Las Aletas en Puerto Real (Cádiz). Aquel día se hablaba de la posibilidad de crear 30.000 empleos y de levantar la que podía ser la solución para la crisis estructural de la bahía gaditana. Pero, al margen de reveses judiciales y de piruetas administrativas, poco o nada se ha avanzado en el proyecto. El PP estudia aparcarlo definitivamente al verlo como un fracasado instrumento electoral de los socialistas. Empresarios y sindicatos no se rinden y creen que Las Aletas sigue siendo posible.

 Quien ha dado el paso para que el proyecto de Las Aletas vuelva a temblar ha sido el secretario del PP andaluz y número uno de este partido a las elecciones autonómicas por Cádiz, Antonio Sanz, quien en una entrevista en Diario de Cádiz reconocía las dudas que tiene su partido sobre este proyecto ahora que gobierna en Madrid. “Hay mucha gente que se ha dejado engañar con Las Aletas pero no podemos permitir más ese engaño porque esta es una provincia ultranecesitada de suelo industrial”, aseguraba. “O hay solución o hay alternativa, pero esa decisión tiene que ser inmediata”, añadía. Sanz ponía voz a una crítica permanente de los populares a este proyecto cuando estaban en la oposición.

Lo cierto es que Las Aletas no ha sido un proyecto fácil. El parque empresarial, estratégico y logístico se diseñó para ser el tercero más grande de Andalucía. Se ubicaba en unas marismas desecadas, por lo que necesitó una declaración de interés autonómico para poder empezar las obras, ya que estaba catalogado como terreno de dominio público marítimo terrestre. Los ecologistas denunciaron y el Tribunal Supremo terminó dándoles la razón. Así que hubo que empezar de cero. Las obras se detuvieron y se aguardaba el estudio definitivo de las alegaciones al renovado informe ambiental, que da mayor espacio a las actividades sostenibles.

El desarrollo del nuevo polígono está ahora a la espera de que el Gobierno de Rajoy nombre a los nuevos cargos en el Consorcio

El desarrollo del nuevo polígono está ahora a la espera de que el Gobierno de Rajoy nombre a los nuevos cargos en el Consorcio de Las Aletas, el órgano que dirigía el avance del proyecto. Pero estos nombramientos no llegan. Las palabras de Sanz apuntan a que ni el Ejecutivo central —ni el autonómico en un hipotético Gobierno de Javier Arenas— tiene mucho interés en afrontar las dificultades de este parque empresarial. Algo que contrasta con la actitud del presidente provincial del PP y de la Diputación, José Loaiza, quien se alineó tras salir elegido con la continuidad de Las Aletas. Incluso apeló a su espíritu, el espíritu Aletas, para pedir la unidad de todos los agentes económicos, sociales y políticos con el proyecto. Loaiza ha tenido que matizar a Sanz. “No ha dicho que queramos darle carpetazo sino que no podemos esperar otros ocho años a que este polígono se desarrolle”, asegura.

La patronal gaditana está “desconcertada” con la actitud del PP. “Se alinea con los que no quieren el proyecto”, lamentó el secretario de la Confederación de Empresarios de Cádiz, Javier Sánchez. Los ecologistas sí están contentos con las palabras de Sanz y, de hecho, han remitido cartas al Gobierno de Rajoy para que abandone definitivamente esta idea. Los sindicatos piden claridad. “No se puede tener dos discursos”, exigió el secretario provincial de CC OO, Manuel Ruiz. Patronal y sindicatos han pedido la reunión del Consejo Económico y Social de la provincia. El PSOE cree que el PP “ha enseñado la patita” de lo que puede hacer un Gobierno del PP en Madrid y Sevilla.

Si Las Aletas no prospera, otros ayuntamientos cercanos, gobernados por el PP, como Jerez y El Puerto, tienen suelos industriales que la Junta no apoyó para justificar Las Aletas. El de Puerto Real, gobernado por el PA, reclamará la titularidad de estos terrenos si el parque empresarial se desestima, aunque su desarrollo está condicionado por sus servidumbres medioambientales. Las Aletas aguarda otra foto mientras su espíritu industrial tiembla.