Clase del nuncio en Deusto

“Entre la fe y la ciencia verdadera no puede haber conflicto”, sentenció ayer durante su visita a la Universidad de Deusto en Bilbao el nuncio del Papa en Madrid, el arzobispo Renzo Fratini. La festividad de Santo Tomás de Aquino, patrono de la universidad privada, que está celebrando su 125º aniversario, sirvió de marco para que el representante del Benedicto XVI en España apelara a que los centros académicos confesionales insistan en “dejar en el alma” de sus alumnos “la fe y el amor por Jesucristo”.

Fratini, acompañado por el obispo de Bilbao, Mario Iceta, y el rector de Deusto, Jaime Oraá, participó en la ceremonia académica de investidura de nuevos titulados. Un total de 1.506 alumnos de las distintas facultades de la universidad de los jesuitas se licenciaron durante el curso pasado, mientras que 27 doctores defendieron sus tesis.

El arzobispo visita la muestra de textos bíblicos abierta en el campus bilbaíno

La visita comenzó temprano, sobre las 9.30, cuando el nuncio visitó la muestra Testamentum, que incluye textos bíblicos, manuscritos, incunables e impresos que se remontan hasta el siglo XII. También conoció el fondo antiguo de la universidad y el resto de la biblioteca, contemplando así la panorámica del conjunto de edificios que forman el campus bilbaíno de Deusto a ambos lados de la Ría.

Con la capilla gótica de la universidad rozando el lleno, Fratini presidió la eucaristía, en la que hizo una férrea defensa del papel de la Iglesia católica en la enseñanza universitaria. Añadió que el mundo está viviendo, en su opinión, una “nueva emergencia educativa” debido a que la juventud mantiene distancias frente a los valores que defiende el Vaticano. Y lanzó, a modo de pregunta, el debate sobre si los alumnos formados en Deusto, y en las universidades vinculadas a la Iglesia en general, generan “alumnos motivados y formados para hacer vida cristiana”.

El rector repasa

Oraá aprovechó su discurso tras la ceremonia de investidura para recordar los cambios que ha vivido la universidad en sus 125 años de historia. Relató cómo a las funciones tradicionales de docencia e investigación han ido sumándose otras formas de entender la búsqueda del conocimiento que han marcado el paso de un modelo “lineal”, en el que el estudiante aprendía para después integrarse en el mundo profesional, a otro “cíclico” en el que el aprendizaje es continuo.

Sobre Santo Tomás de Aquino, el nuncio recordó que “desde su más tierna infancia” sintió inquietud por entender el mundo que le rodeaba, en parte “por amor a Dios”. “Era un buscador de la verdad”, añadió antes de recalcar que hizo una reflexión sobre los límites de lo que la ciencia puede o no puede abordar. Y se respondió a sí mismo: “Una ciencia utilitarista sin sentido moral es peligrosa”.