De Gispert pide un pacto fiscal ambicioso y lo más consensuado posible

La presidenta del Parlament, Núria de Gispert, salió ayer en defensa del pacto fiscal, el modelo de financiación que defienden Convergència i Unió y Esquerra Republicana y que reclama acercar a Cataluña a nivel de ingresos a lo que logran las comunidades con concierto económico. De Gispert reclamó que el pacto sea lo más consensuado posible pero sin rebajas: es decir, que CiU y ERC logren sumar a más partidos a su causa. Será fácil con Iniciativa, formación que siempre ha visto con buenos ojos el nuevo modelo de financiación. Más complicado será que se agreguen el Partido Popular y al Partit dels Socialistes, que siempre han rechazado el pacto fiscal.

"Cataluña necesita un nuevo sistema de financiación. Si dispusiera de los más de 16.000 millones de euros de déficit fiscal que tiene con el Estado, por ejemplo, no habría tenido que hacer tantos recortes", justificó la presidenta, en una conferencia pronunciada en el Foro Nueva Economía de Barcelona. De Gispert emplazó a CiU y ERC a "trabajar para sumar el resto de partidos" aunque "sin rebajar sus planteamientos. La democristiana está convencida de que el Gobierno central o el Congreso rebajará los planteamientos catalanes. "No debemos rebajar planteamientos, entre otras cosas porque hay otros a 600 kilómetros de aquí que esto ya lo harán". Si no logran aunar más esfuerzos, De Gispert recordó que CiU y ERC conforman "una mayoría soberanista en el Parlament".

La Cámara catalana votará el 15 de febrero los presupuestos de 2012 y encara, paralelamente, la recta final de las últimas dos leyes ómnibus, la de urbanismo y la de medios. Una vez cumplidos estos tres trámites legislativos, los partidos apostillarán las conclusiones a la comisión, que, antes de las elecciones generales de noviembre, estudió el pacto fiscal. Para De Gispert, "este será un año clave de la legislatura actual". Pese a que la comisión se abrió y cerró en un tiempo récord antes de los comicios, sus comisiones se han demorado en aras del consenso. CiU avanzó esta semana que incluso podían alargarse hasta después del verano. La presidenta del Parlament también pidió que los partidos se pongan de acuerdo para crear una ponencia conjunta que encare el enésimo intento de crear una ley electoral.

De sus meses en el cargo, la presidenta lamentó los hechos del 15 de junio de 2011, cuando un grupo de indignados estuvo a punto de paralizar la sesión del Parlament. "Aquellos fueron unos de los momentos más vergonzosos", aseguró de Gispert, que recordó que los manifestantes "increparon, insultaron y agredieron" a los diputados en un incidente que calificó como "el más grave ocurrido en los años de democracia".