El fiscal investiga un centro de Telefónica por contaminación acústica
Los vecinos de Nou Barris denuncian la inacción del Ayuntamiento de Barcelona
La fiscalía de Barcelona ha abierto una investigación para averiguar si una instalación de Telefónica en el barrio barcelonés de Nou Barris vulnera la normativa medioambiental. El fiscal ha encargado a una unidad especializada de la Guardia Urbana un informe exhaustivo sobre los niveles de contaminación acústica del centro de datos de la compañía en la calle de Boada, según explicaron a este diario fuentes cercanas a la investigación. Las ruidos, las vibraciones y la polución que generan las chimeneas se han convertido en un tormento para los vecinos desde hace tres años.
En 2009, Telefónica convirtió una antigua instalación del barrio de la Prosperitat en un centro de procesamiento de datos. La empresa instaló en la azotea del edificio equipos de aire acondicionado y generadores de gran potencia para que el centro pudiera seguir en funcionamiento en caso de producirse una avería eléctrica. El nivel de ruido que emite el centro alcanza los 95 decibelios, por encima del límite permitido, según la inspección que efectuaron técnicos del Ayuntamiento tras las reiteradas quejas de los vecinos.
Hace poco menos de un año, el Consistorio abrió un expediente a Telefónica, le ordenó que cesara en su actividad en un plazo máximo de 48 horas y le conminó a “legalizar la central de telecomunicaciones”. En ese mismo informe, el área de Urbanismo recordó a la compañía que estaba desarrollando una “actividad molesta” y que incumplía “los niveles de ruido establecidos por la normativa”. Además, precisaba que la licencia de actividad no había sido actualizada, trámite que aún está pendiente. La compañía recurrió ante los tribunales, que el pasado verano volvieron a dar la razón a los vecinos de la Prosperitat.
Pese a que la sentencia daba luz verde al Ayuntamiento para ejecutar el expediente y clausurar la instalación, todo sigue igual. Y los vecinos, hartos de las molestias cotidianas, han decidido actuar por elevación y llevar el caso a la vía penal. “Los ruidos y las vibraciones siguen. Pero no es solo eso. En la azotea hay chimeneas que, cuando entran en funcionamiento, emiten gases que se meten en las casas y son nocivos para la salud. Los olores también son muy desagradables”, lamentó ayer el portavoz de la asociación de vecinos, José Ferrándiz. “Los bomberos han tenido que venir cuatro veces a atender a vecinos que se habían intoxicado”, insistió Ferrándiz.
Los vecinos reclaman que el centro, que da servicio a unas 200.000 personas, se traslade a “un lugar alejado de los núcleos de población, como un polígono industrial, donde no moleste”, según el portavoz vecinal.
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