Un altavoz propio en Bruselas

Unos 400 alumnos vascos cruzan la frontera de lunes a viernes para estudiar en colegios franceses. Los residentes en Hendaya pueden ser atendidos de forma urgente en el Hospital del Bidasoa, los centros tecnológicos de Euskadi y Aquitania tienen en marcha varios programas de colaboración, mientras que sus respectivos Gobiernos ya gestionan un fondo común desde los años noventa, además de actuar de forma conjunta en cuestiones como la vigilancia de epidemias.

 La lista de ejemplos de la cercana relación que mantienen Aquitania y Euskadi resulta amplia y diversa. Ambos Ejecutivos creen que la puesta en marcha de la Eurorregión como Agrupación Europea de Cooperación Territorial marcará un punto de inflexión en una alianza que suma más de cinco millones de habitantes y un Producto Interior Bruto combinado que supera los 150.000 millones de euros.

El potencial no deriva tanto de los recursos de los que dispondrá —la intención es que la Eurorregión pase a gestionar el citado fondo común y superar con el mismo el umbral del millón de euros—, sino por el hecho de tener voz propia ante la UE. “Desde el respeto institucional, esto nos permite plantear cuestiones desde un frente unido, como por ejemplo actuar en apoyo del corredor atlántico ferroviario”, explican fuentes del Gobierno vasco.

Dichas fuentes reconocen que, ante la multiplicidad de organismos transfronterizos existentes, “sería deseable una cierta simplificación”, pero recuerdan: “Cada organismo está dotado de su propia entidad jurídica y respetamos las competencias de cada uno”. “Nosotros aspiramos a ordenar nuestra presencia, pero también esperamos que la Eurorregión pueda ir dotando de un marco general de actuación a todos”, añaden.

El PNV pregunta si habrá un programa para “el País Vasco continental”

La movilidad de personas y mercancías supone la primera prioridad. Ello incluye impulsar el eje de alta velocidad Dax-Vitoria o la puesta en red de los principales puertos de ambas regiones. La segunda, la apuesta por el desarrollo económico sostenible, incluye profundizar en la colaboración entre universidades con la mira puesta en una mayor movilidad del profesorado y los estudiantes o la creación de diplomas conjuntos, entre otros. En el ámbito cultural, la Eurorregión buscará fomentar el conocimiento de los idiomas de cada lado de la frontera (español, francés, euskera y occitano) y seguir financiando intercambios en el ámbito artístico.

La estructura institucional de la Eurorregión suma una asamblea paritaria compuesta por 20 miembros; una comisión ejecutiva de seis componentes, tres por cada lado; y una unidad administrativa dirigida por Marc Moulin, hasta ahora director adjunto del Gabinete del Presidente de Aquitania, Alain Rousset.

La sede del organismo estará en Hendaya, mientras que la presidencia rotará cada dos años. Rousset, estará al frente durante el primer periodo. Completan el comité ejecutivo François Maitia, vicepresidente del Consejo Regional encargado de Cooperación Transfronteriza; Bernard Uthurry, vicepresidente del Consejo Regional encargado de las Infraestructuras; Guillermo Echenique, responsable de Acción Exterior del Gobierno vasco; Andrés Araujo, viceconsejero de Economía, y Miguel Ángel Crespo, delegado de Cooperación Transfronteriza del Ejecutivo autónomo.

El PNV ha presentado ya varias preguntas parlamentarias sobre el proyecto todavía pendientes de respuesta, incluida una sobre si la Eurorregión podría impulsar un programa específico para “el País Vasco continental como territorio con rasgos culturales y lingüísticos comunes”.

El Gobierno recalca que el proyecto “no nace para levantar nuevas fronteras ni identidades excluyentes”, sino como la unión de dos entidades ya existentes. La alianza está abierta a la incorporación de territorios vecinos, como Navarra, pero por ahora el Ejecutivo foral no se ha mostrado interesado por la iniciativa.