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Patrullas antirrobo

Los payeses de Alcarràs montan grupos de vigilancia para proteger sus propiedades ante la oleada de asaltos

Payeses de Alcarràs en la noche del miércoles distribuyendo sus tareas.
Payeses de Alcarràs en la noche del miércoles distribuyendo sus tareas.HERMÍNIA SIRVENT

Los agricultores de Alcarràs (Segrià), como los de otras poblaciones catalanas, están hartos de que les roben el ganado, el gasóleo, la maquinaria, los aspersores de riego y todo cuanto tienen en las masías y en las granjas. Un grupo de vecinos de esa localidad ha decidido pasar a la acción y ayer de madrugada salieron las primeras patrullas de vigilancia para defender sus propiedades y frenar la oleada de robos en el término municipal.

Pasada la medianoche y con una temperatura gélida de dos grados bajo cero, un centenar de agricultores y ganaderos de Alcarràs se concentraron en la partida de Montagut y, al abrigo de una hoguera en medio de una fantasmagórica niebla, organizaron las rondas de vigilancia a través del entramado de caminos del término. Ellos conocen el terreno mejor que nadie, incluso cuando la niebla lo difumina todo hasta borrar las siluetas de sus granjas y masías. Están dispuestos a patrullar las 24 horas “hasta que la situación se normalice”.

Entre los integrantes de las patrullas, formadas por dos o tres personas cada una, hay indignación. Están desencantados por la legislación que deja impunes este tipo de delincuencia de la que son objeto y se sienten “indefensos” ante una situación de robos continuados que han ido en aumento desde noviembre, circunstancia que no reflejan las estadísticas policiales porque la gran mayoría de los delitos que se cometen en el campo no se denuncian. “No sirve de nada. Si decides denunciar un robo, tienes que perder una mañana y otro día si al final tienes que ir a declarar en el juicio”, afirma Simeó Abad, vecepresidente de la Comunidad de Regantes del Canal de Aragón y Cataluña.

“La iniciativa”, añade, “es una respuesta espontánea a la oleada de robos que estamos sufriendo. Queremos vigilar lo que tenemos en colaboración con la policía y llegar a donde ellos no pueden llegar. No podemos vivir permanentemente con la angustia de pensar que cuando lleguemos a la finca la encontraremos desvalijada”.

Las patrullas solo llevan transmisores-receptores para comunicarse entre ellas y su función es disuasoria

A Antoni Escarp, otro agricultor afectado, le entraron a robar en su finca el pasado fin de semana. Arramblaron con todo. Los ladrones se llevaron un motocultor, dos motos, una motosierra, un compresor de aire y material que utiliza habitualmente en el campo. Todo ello lo ha valorado Escarp en 6.000 euros, “una cantidad importante para mí y difícil de recuperar”, dice. “Te sientes indefenso”, señala, y si detienen a alguien, a las pocas horas ya está en la calle. Los mismos mossos nos lo dicen. Eso es una vergüenza”.

Las patrullas solo llevan transmisores receptores para comunicarse entre ellas y su función es disuasoria. Se limitarán a realizar rondas de vigilancia por turnos y alertar a la Policía Local o los Mossos d’Esquadra si ven vehículos o personas sospechosas. Todos tienen claro cómo actuar si se topan de frente con un presunto ladrón en sus explotaciones: “Avisar a la policía y salir corriendo”, dice un patrullero.

Hay pocos vecinos de Alcarràs a los que no les hayan robado alguna vez. Existe un sentimiento de indefensión porque saben que la policía no puede vigilarlo todo, ya que son pocos los efectivos disponibles y el término municipal es muy extenso. Los ladrones roban de noche y de día, principalmente a mediodía, cuando los agricultores están comiendo. “Esperamos una reacción de las autoridades. Ellas no saben cómo tienen que actuar en una situación como esta. La gente está muy caliente y tememos que pueda ocurrir una desgracia. Se ha de procurar que no pase nada”, advierte Escarp.

“Nos sentimos desprotegidos y burlados. Todos se ríen de nosotros, los que roban y los legisladores”, se queja Miquel Serra, presidente de la comunidad de regantes de Vilanova de Remolins. “Si nos roban una máquina o un ternero, nos representa mucho dinero. No podemos vivir con esta angustia porque llegará un momento en que alguien hará daño a un maleante y al final el único que ira a prisión será uno de nosotros”.

Los agricultores de Alcarràs tomaron la determinación de patrullar después de una reunión con los Mossos d'Esquadra en la que estos les dieron consejos sobre seguridad en el campo.

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