La calidad ecológica de los ríos catalanes se estanca por primera vez en años

La mejora de la calidad ecológica de los ríos catalanes, que se ha mantenido de forma casi ininterrumpida en la última década, se ha frenado en 2011. Las calidad de las aguas de las cuencas catalanas se ha estancado por primera vez tras años en que su estado ha permitido la reintroducción de especies desaparecidas en la década de 1970, como la anguila. "La situación es de estabilidad respecto a los últimos años anteriores", indica el estudio, que advierte de las consecuencias de que no prosiga la mejora. "Debe seguirse trabajando para cumplir las exigencias que fija la UE para 2015", señala.

El estudio, basado en inspecciones realizadas durante la primavera y el otoño, precisa que todos los ríos, excepto el Fluvià, tienen tramos con una calidad ecológica "mediocre". Más de la mitad de los tramos analizados mostraban niveles de calidad peores que en el año anterior y cerca del 80% de los márgenes y riberas se hallaban perjudicados por residuos. En el 75% de las muestras tomadas se han detectado restos de desperdicios y desechos, principalmente domésticos. El 20% de los tramos analizados, por otra parte, presentan sustancias tóxicas o químicas generadas por agentes externos "en niveles superiores a los exigidos por la UE".

En el 75% de las muestras se han hallado restos de desechos

La vegetación de ribera también ha visto frenado su aumento: solo el 38% de los ríos tienen bosques sanos en ambas márgenes, mientras que el 21% presentan una calidad considerada "mediocre". Seis de cada 10 ríos padecen en al menos una de las dos márgenes una calidad de bosque de ribera "mediocre" o "mala". La presencia de nitratos en el agua, por otra parte, resulta preocupante: una cuarta parte de los ríos presentan 20 miligramos o más por litro, nivel que se considera potencialmente perjudicial para bebés y mujeres embarazadas. Las zonas más afectadas son las que concentran más actividad agrícola, ganadera o industrial, como la comarca de Osona, la ribera del Besòs, la del Anoia y el tramo bajo del Llobregat. Son las más alejadas de los objetivos de la UE, determina el estudio.

 La Unión Europea aprobó en octubre de 2000 la llamada Directiva Marco de Aguas (DMA), que obliga a que en 2015 se consiga un buen estado ecológico para todas las aguas: ríos, lagos, costeras y freáticas. El objetivo es prevenir y reducir la contaminación, fomentar el uso sostenible, proteger el medio acuático, mejorar la situación de los ecosistemas acuáticos y paliar los efectos de las inundaciones y sequías. Desde el año pasado, los Estados miembros deben garantizar que la política de tarificación incita a los consumidores a utilizar los recursos de forma eficiente y que los diferentes sectores económicos contribuyan a la recuperación de los costes de los servicios relacionados con el uso del agua. Cataluña, sin embargo, sigue sin haber concretado todavía su plan en este sentido.

Los peores datos se registran en las cercanías del área metropolitana

La evolución medioambiental de la calidad de las aguas fluviales, sin embargo, mantiene una trayectoria positiva especialmente desde 2008, en gran parte gracias a la influencia de las precipitaciones superiores a la media registradas ese año. Los peores datos siguen registrándose en las cercanías del área metropolitana. Las cuencas presentan un cinturón de mala calidad en las inmediaciones de Barcelona. La polución y los residuos se ceban en la cuenca del Llobregat, donde la biodiversidad de las especies autóctonas sigue amenazada. El área natural del delta del Llobregat ha sobrevivido a la desviación del río, a la ampliación del puerto, del aeropuerto de El Prat y a la construcción de la desalinizadora. Pero este y otros informes de entidades ecologistas coinciden en señalar la calidad fluvial de esta cuenca entre las peores de Cataluña.