Miren Iza: “Me habría gustado componer ‘Ready pa morir’, de Yung Beef”
Miren Iza es la voz y el alma de una de las banda más destacadas del panorama indie en España, Tulsa, que en 2021 publicó un álbum brillante: ‘Ese éxtasis’
Miren Iza (Fuenterrabía, 1979) es la voz y el alma de una de las banda más destacadas del panorama indie en España, Tulsa. La música, que también practicó varios años la psiquiatría en Nueva York, firma uno de los mejores discos de 2021: Ese éxtasis.
Ese éxtasis. ¿Dónde se halla? En el amor y en la muerte. Y en sus embajadores en la tierra: el sexo, la religión, la intoxicación..
¿Qué discos la acompañaron mientras componía este disco? Muchos discos y muchas canciones, si tuviera que elegir a tres artistas-faro, serían Michele Gurevich, Destroyer y Caetano Veloso.
¿Qué fue primero, la música o la psiquiatría? La música, claro, era muy niña cuando me di cuenta de que cantar me gustaba y creía que lo hacía bien, pero a mi alrededor nadie parecía creerlo, así que era como un secreto mío. En cierto modo, lo sigue siendo.
¿Qué se quedó en usted de Nueva York cuando se marchó de allí? Supongo que algo relacionado con la potencia de la juventud, cuando decidí volver sabía que estaba eligiendo que el mundo fuera más pequeño. En Nueva York el mundo es inmenso y en la juventud, también.
¿Qué álbum o canción ajenos le habría gustado componer? Ready pa morir, de Yung Beef. Con haber escrito el verso “me estoy cayendo parriba”, me habría bastado. Y si te parece demasiado poco ambicioso, el Abbey Road de los Beatles, que es el mejor disco de pop de la historia.
¿Cuál ha sido su último gran descubrimiento musical? Estoy loca por Little Simz, la he descubierto por las malditas listas de lo mejor del año. Y Fajardo, un cantautor canario que me descubrió mi amigo Xisco Rojo hace poco.
¿Cuál le ha dicho Spotify que ha sido la canción que más escuchó en 2021? No le hago ningún caso a eso y me deprime que la gente lo comparta robóticamente. Uno de los destacados del año para mi ha sido XXXTentación, tiene una canción que se llama Hope, que he escuchado mucho y que es preciosa. Es un rapero que mataron cuando tenía 20 años, la historia trágica de un chaval increíblemente talentoso. Es un mundo tan ajeno al mío, que no puedo evitar intentar desentrañarlo, inútilmente, con escuchas compulsivas.
¿Qué canción habla de usted? Todas las canciones hablan de mi. Y de ti.
¿Qué grupo poco conocido en nuestro país recomendaría? Recomendaría Arab Strap, son los hijos mordaces de Leonard Cohen.
¿Qué película ha visto más veces? No es La diligencia ni Shoah, es más bien Grease, o ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, con suerte.
Y su diálogo favorito en una película. Se me ocurre la escena final de Gertrud, de Dreyer, la propia Gertrud, ya vieja, lee un poema que escribió en su adolescencia que dice algo así como: “no soy joven, ni bella, pero he amado”, acaba con un solemne, excesivo y cursi amor omnia, (el amor lo es todo), un mantra vital, un elogio de la aventura y la búsqueda perpetua, algo con lo que me identifico hasta la perdición.
¿Qué libro tiene ahora mismo abierto en la mesilla de noche? Los reyes me trajeron The Paris Review, las entrevistas a escritores de la legendaria revista francesa que ha editado Acantilado, lo voy picoteando, es una maravilla. También tengo La conciencia del dolor y la belleza, de Simone Weil, que lleva ahí meses, resistiéndose a correr la misma suerte que Dublineses (véase siguiente pregunta).
¿Uno que no pudo terminar? Dublineses, de Joyce. Como el amor, mejor abandonarlos que terminarlos con odio.
¿Y cuál transformó su visión del mundo? Muchos, soy muy impresionable. Desde La interpretación de los sueños, que leí en la adolescencia a uno muy reciente, Huaco retrato, de Gabriela Wiener, que me incomodó porque me cuestionó mi supuesto antirracismo. Estaba yo tan tranquila pensando que tenía resuelto ese tema y ese libro te zarandea de arriba abajo y te impide dormir porque te recuerda que el mundo es racista y todos formamos parte de eso y somos responsables, no podemos no darle importancia o pensar que son testimonios exagerados. Realmente alarmante.
¿Qué ha aprendido sobre un escenario que no haya podido aprender de un libro? A perdonar y ser perdonada. Un libro no te compromete tanto como eso.
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