‘Cuando Benjamin encontró a Antígona’, de Rafael Escudero: la memoria en España, la dignidad y los derechos humanos
El ensayo de Rafael Escudero analiza la legislación sobre la memoria histórica a partir de autores y mitos clásicos y de la jurisprudencia internacional

Pese al ruido del ambiente, las políticas y las leyes de memoria democrática están hoy en día plenamente consolidadas en España. Tras décadas de silencio, nuestro país participa plenamente del consenso europeo sobre la gestión del pasado traumático con leyes, investigaciones y conmemoraciones entre otras prácticas. La memoria es hoy un ámbito de lo político del mismo modo que lo es de lo científico: si los estudios sobre este tema surgieron en los márgenes de algunas disciplinas, hoy en día existen estudios, revistas y congresos sobre lo que en los países anglosajones se llama “Memory Studies”.
La memoria forma parte, por tanto, de la política institucional, de las prácticas de la sociedad civil y de las de la academia. De ahí la necesidad de la reflexión y de la investigación sobre este ámbito desde diferentes ángulos: el historiográfico, el sociológico y también el jurídico. Al fin y al cabo, hablar de memoria significa hablar de derechos humanos.

Cuando Benjamin encontró a Antígona aborda la evolución y el estado actual de la memoria en España desde el derecho. Para ello Rafael Escudero tira de varios hilos: por un lado, los del pensamiento de Walter Benjamin y los de las lecturas actuales de Antígona. Por otro, de los del derecho internacional. Con el apoyo de estas ideas y de normas y de dictámenes de relatores especiales de Naciones Unidas, el autor defiende la existencia de un derecho a la memoria, individual y colectivo, que ya está asentado en la jurisprudencia de tribunales internacionales y también, pese a nuestra particular historia reciente, en el derecho español.
Escudero repasa algunos casos judiciales y las leyes que considera más importantes en este ámbito: la de amnistía de 1977, la mal llamada ley de memoria histórica de 2007 y la reciente ley de memoria democrática de 2022, de la que hace un análisis quizás demasiado minucioso. Deja de lado el estudio de normas y prácticas de países europeos influyentes aquí y el de algunas leyes autonómicas que marcaron hitos importantes en un tema, la memoria, que quizás sea el único en el que el federalismo asimétrico funciona. El libro es en algunos puntos innovador y tiene el mérito de vincular la memoria con los derechos humanos “como procesos de lucha por la dignidad humana”, como los concebía Herrera Flores, autor citado por Escudero.
El legislador y la judicatura reciben una crítica muy fundamentada. Sin embargo, se echa de menos que esa crítica se extienda a la cultura de la memoria de asociaciones y partidos políticos. Después de veinte años desde las primeras leyes de memoria y de cincuenta desde las primeras reivindicaciones de justicia, verdad y reparación, algunas prácticas y discursos deberían repensarse y adaptarse a un momento, el actual, que es más post-transicional que transicional. Al final del libro Escudero compara la cultura de la memoria con una CT (Cultura de la Transición) que “pugna por ir copando un cada vez mayor protagonismo público, premios literarios, subvenciones, audiencias o cuotas elevadas de mercado”. El autor descarta que la memoria pueda contagiarse de esa deriva. Pero la posibilidad de que se abrace la autocomplacencia y se construyan consensos intocables existe y eso es lo peor que le puede suceder a la memoria. Para evitarlo hará falta más reflexión y más trabajos como el de Rafael Escudero.

Cuando Antígona encontró a Benjamin. Víctimas del franquismo y derecho a la memoria
Trotta, 2025
168 páginas
18 euros
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