‘Space Marine 2′: un buen juego; el mejor embajador de ‘Warhammer 40.000′
La brutal obra de Sabre Interactive se hace un hueco en la actualidad a base de violencia y saber hacer
Entre el fracaso de Concord, el éxito atronador de Wukong y varios anuncios solapados (Days Gone Remastered, los 30 años de PlayStation, nuevo hardware de Nintendo…), estas semanas se ha colado en el mundo digital un juego que, a la chita callando, está haciendo mucho ruido. En todos los sentidos. Es Warhammer 40.000 Space Marine II, un juego basado en el juego bélico de mesa Warhammer 40.000, de la famosa casa Games Workshop. En pocas palabras, es una brutalidad.
Surgida en 1997, la franquicia nació como complemento distópico a Warhammer Fantasy Battle, de 1986. El universo futurista de Warhammer 40.000 acabó devorando a su hermano primigenio, de corte medieval y steampunk, y se ha convertido en una de las franquicias más grandes del mundo que, sin embargo, no ha dado todavía el salto al éxito más mainstream. Situado en el año 40.000 y epítome de lo que ha venido en llamarse grimdark, narra la lucha de la humanidad, acaudillada por un emperador divino pero medio muerto desde hace 10.000 años, y las diversas fuerzas mutantes, robóticas, demoníacas y alienígenas que amenazan la Vía Láctea. Es un universo en perpetua guerra, constreñido por la superstición y el miedo, dominado por la inquisición y la desesperanza, y en el que la fuerza militar de los astartes o ultramarines (palabra que semánticamente viene más de ultramar que de clásico marine; el latín es importante en este universo) es la mayor baza de la humanidad para sobrevivir: seres modificados genéticamente que derivan de la semilla genética del emperador; moles de tres metros y mil quilos de peso convertidas en bestias en el campo de batalla.
Es un universo oscuro y fascinante, y no es descabellado decir que es de las franquicias más complejas y completas que existen en la cultura popular: el folclore del juego de mesa, con décadas de antigüedad, lo han ido rellenando medio millar de novelas y cuentos que expanden la trama en todas las direcciones posibles, y profundizan en la trama de todas las facciones en guerra. Ríete tú de Star Wars. El de Warhammer 40.000 es un ecosistema tan complejo que en internet hay miles de guías solo sobre cómo empezar a introducirse en él. Ha habido otros juegos de la franquicia, sí, medio centenar, pero no como este. Ya fuera por la extrema complejidad de propuestas como Eternal Crusade, la baja calidad de títulos como Space Hulk o la simplicidad de propuestas como Storm of Vengance, no habían cuajado. Y por eso, Space Marine 2 tiene no solo merito como el buen juego que es, sino como el embajador perfecto de ese universo para el gran público en el que se está convirtiendo. Una rumoreada serie, detrás de la cual se haya Henry Cavil, redondearía un proyecto de expansión transmedia que, de salir bien, podría asaltar toda la cultura popular en los próximos años.
Y no hemos hablado todavía del propio juego, que está teniendo un éxito enorme tanto de público como de crítica. El juego es perfecto en el sentido de que cumple con sus expectativas de forma magistral. Quien busque una historia profunda o arcos de personaje labrados, está buscando mal. Pero eso no quiere decir que no tenga otras muchas virtudes. Mecánicamente expolia muchos de los hallazgos más relevantes de juegos recientes, (desde la recuperación de vida al atacar de Bloodborne al gamefeel de Gears of War), sí, pero ya hemos dicho muchas veces aquí que a veces los videojuegos van de evolucionar, y a veces de refinar lo que ya hay. En ese sentido, Space Marine 2 se convierte en el epítome del entretenimiento mecánico y más o menos descerebrado: si hace 40 años era en una máquina recreativas en las que se disparaban píxeles a otro grupo de píxeles en los que todos nos esforzábamos por ver naves espaciales, en 2024 esto es lo máximo que puede ofrecer el género de los matamarcianos.
No todo en esta vida es sesudo. Hay tiempo también para la expansión (chiste malo: personal y del imperio de la humanidad). Si es a través de un juego tan bien ensamblado, tan fino, tan disfrutable y con un trasfondo narrativo tan apabullante y bien construido como este, bienvenido sea. Cojan sus rifles y espadas, que los tiránidos acechan. ¡Por el emperador!
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