El fenómeno Dellafuente, McCartney eterno y el archivo de Bob Dylan: el pop y el rock del otoño de 2024

Dellafuente es un músico de Granada de 31 años que evita las entrevistas, con lo que su presencia en los medios es escasa. En noviembre llenará el Bernabéu: 60.000 personas. Aitana participó en Operación Triunfo en 2017 y Mónica Naranjo, jurado, le recriminó durante el concurso: “Entre el escenario y la artista debe haber una unidad, y contigo no la hay”. En diciembre, la cantante de 24 años completa dos bernabéus: 120.000 espectadores. Lola Índigo también concursó en aquel OT, aunque su paso resultó fugaz: fue la primera de los 16 aspirantes que abandonó la Academia. En marzo del próximo año, esta artista de 32 años abarrotará en estadio del Real Madrid: 60.000 seguidores. He aquí una tendencia hasta ahora inédita en la música española: artistas jóvenes españoles con capacidad para colmar las gradas de un estadio de Champions.

Hasta ahora, el remozado coliseo blanco ha acogido a artistas internacionales como Taylor Swift, Luis Miguel o Karol G (también al onubense Manuel Carrasco: mucho mérito el suyo), y ahora la conquista viene de parte de músicos nacionales de la llamada escena urbana, ese mejunje de géneros que abarca reguetón, pop latino, electrónica o hip hop. Si en algún momento de los últimos meses alguien auguró que lo urbano ya había tocado techo y ya solo había que comprobar las dimensiones del trompazo, conviene advertirle que ha errado, que por el momento la tendencia continua en ascenso y que se ve lejos incluso la estabilidad. Muchos asistentes a estos conciertos serán adolescentes e incluso niños, de 7, 8, 9 y 10 años, que arrastrarán a sus progenitores a escuchar a Lola Índigo cantar: “Yo sé que estás con otra, pero esa no era para ti. / Y que quiere buscarme, pero tú no eres así. / Yo lo sé, bebé, yo lo sé. / Pero tengo que decir que tú no puedes ser rey si no tienes a la reina” (de su éxito La reina). Ningún fenómeno pop surge hoy sin el concurso de niños y niñas, que también quieren acudir a los conciertos de sus ídolos. La misión de los padres es ahora explicarles las letras. Ahí ya no nos metemos.

Clásicos incontestables como Joni Mitchell, Neil Young y Bob Dylan seguirán editando sus grabaciones de archivo

Quevedo, el chico de Quédate, podría perfectamente sumarse al grupo de los llenaestadios, pero antes debe refrendar con su segundo disco, que se publica en noviembre, el pelotazo de su debut de 2023, Donde quiero estar. El joven artista canario (22 años), también adscrito a lo urbano, afirmó que “desaparecía” en 2024. Pero, como mantener una promesa es cosa de gente curtida, en otoño veremos lo que es capaz de aportar. Por el momento, sabemos que además del estudio ha pasado mucho tiempo en el gimnasio: vean el YouTube su aspecto en el único concierto que ha ofrecido este año, en junio en Valencia. Afilado vuelve un rato. Cerramos el capítulo nacional con los lanzamientos, también en otoño, de tres puntales del pop: Amaral, Dani Martín y Love of Lesbian, dos bandas y un solista que vinieron cada uno por su lado estilístico y que se han instalado en la intersección del pop-que-le-gusta-a-todo-el-mundo.

Otro lanzamiento de envergadura en las próximas fechas. Nada menos que lo nuevo de Coldplay, el pim-pam-pum del pop. Alguna vez, allá por principio de los 2000, la banda del siempre pulcro Chis Martin (el otro día, paseando por Múnich, vio un papel en el suelo y se agachó a cogerlo para depositarlo en la papelera de reciclaje correspondiente) se convirtió en favorita del público indie, un fan al que más tarde se le atragantó la deriva comercial del cuarteto. Desde entonces, cada vez que editan música son objeto de burla por determinado sector; y ellos, a mí qué, siguen llenando estadios. Ya se pueden escuchar dos temas de su nuevo trabajo, Moon Music (6 de octubre): el previsible y vacuo Feels Like I’m Falling In Love, y el interesante We Pray, con nada menos que cuatro invitados: la rapera Little Simz, el nigeriano Burna Boy, la argentina Tini y la palestina-chilena Elyanna. Si te olvidas de que ha participado tanta gente, hasta la canción convence.

Los seguidores clásicos quedarán satisfechos con lo que se publicará antes de Navidad. El nuevo trabajo largo del miembro de Pink Floyd David Gilmour sale el 6 de septiembre, se llama Luck and Strange y ya se ha encargado el propio músico de dictar sentencia: “Es lo mejor que he hecho desde The Dark Side of The Moon [1973]”. Y esta declaración deja regular su valoración de The Wall [1979], aunque también se puede interpretar como una pulla a su excompañero Roger Waters, compositor casi en exclusiva de aquella magna obra. El mismo día de principios de septiembre Neil Young publica Archives Vol. III (1976-1987), donde el canadiense sigue sacando a la luz grabaciones que ha ido escrupulosamente guardando. Estas alcanzan su etapa más controvertida, cuando fichó con Geffen y la propia discográfica le acuso de editar discos anticomerciales. El caso es que aquellas obras experimentales, como Trans (1982), suenan hoy bastante bien. Este nuevo capítulo de los archivos suma nada menos que 198 canciones (15 nuevas y muchas relecturas inéditas de temas ya editados) y 11 películas. Tengan el bizum preparado.

Más tesoros de veteranos: Joni Mitchell y sus Archives Vol 4: The Asylum Years 1976-1980 (que se publica el 4 de octubre) y otra de esas pruebas titánicas para el fan clásico: escuchar las 417 canciones de Bob Dylan — The 1974 Live Recordings, que se publica el 20 de septiembre con un porrón de conciertos de aquel año. Continúa, pues, la tendencia a hipotecar al seguidor pureta. Quizá lo que más expectación está levantando, sobre todo en los países que hablan español, es el nuevo trabajo del mito argentino Charly García, que si es un milagro que esté vivo ya no sabemos cómo calificar que encima edite nueva música. La lógica del escorpión ve la luz la primera quincena de septiembre y músicos como Fito Páez que ya lo han escuchado han dicho: “Un gran manifiesto de nuestros días”.

Pero para todos los amantes de los sonidos eternos las fechas señaladas son 9 y 10 de diciembre. Esos días actuará en el madrileño WiZink Center su eminencia Paul McCartney. Las entradas se agotaron en nada. Este sí es un concierto al que deberían acudir los niños. Se lo agradecerán de por vida a sus padres. Para hablar del regreso de Oasis, en el verano de 2025, solo hay que esperar a que empiecen a pelearse. Nos lo vamos a pasar de lujo.

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