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Maddi Barber: “Hay muchas películas indeseables”

La cineasta prepara su primer largo de ficción y ha sido seleccionada por el Museo San Telmo de San Sebastián para llevar a cabo un proyecto inédito que pasará a formar parte de la colección del centro

La directora de cine Maddi Barber.
La directora de cine Maddi Barber.

La cineasta Maddi Barber (Valle de Arce, Navarra, 1988) abordó en su díptico de películas 592 metroz goiti y Urpean Lurra la construcción del embalse de Itoiz en el Valle de Arce, bajo el que quedaron sepultados siete pueblos y tres reservas naturales. La creadora, que prepara su primer largo de ficción, ha sido seleccionada por el Museo San Telmo de Donostia para llevar a cabo un proyecto inédito que pasará a formar parte de la colección del centro.

¿Cuáles son los principales retos de concebir una intervención específica para un museo? Ir abierta a encontrarse con el ecosistema concreto y situado que conforma el museo: los objetos y obras de arte, el edificio, las personas que trabajan allí, las que visitan el museo, las obras guardadas en los archivos.

¿Con qué tres adjetivos definiría su trabajo? Intento no definir mi trabajo…

¿Qué le hizo querer ser cineasta? Al principio la cámara era una herramienta para documentar mi alrededor. Después me pareció que el cine me permitía acercarme a aquello que me preocupa y amo y tomar una distancia crítica respecto a ello.

¿Qué trabajo habría desempeñado de no haber sido cineasta? Guarda forestal.

¿Cuál es la mejor crítica que ha escuchado de su trabajo? Una crítica en prensa que hizo el escritor Harkaitz Cano en el que decía que los buitres que aparecen en mi película 592 metroz goiti no eran metáforas de nada, eran buitres.

¿Y la peor? Una crítica que quería ser un cumplido: una vez un cineasta hombre mayor me dijo que había pensado que mi cortometraje estaba dirigido por un cineasta hombre mayor.

¿Qué le deben sus películas a sus vivencias personales? Casi todo. Me es difícil relacionarme con aquello que no conozco o con lo que no tengo un vínculo estético y afectivo estrecho.

¿Qué papel cree que juega el arte dentro de la sociedad? ¡No lo sé! Para mí el arte complejiza el mundo desde lo sensible.

¿Qué echó de menos en su formación, cuando era estudiante? En comunicación audiovisual eché de menos espacio y tiempo para el desarrollo e investigación de proyectos personales más allá de los proyectos concretos y limitados por la asignatura y sus tiempos.

¿Qué obra de arte ajena le habría gustado crear? Muchas… El otro día vi un cuadro en el Museo San Telmo de Maria Josefa Kareaga, un retrato de dos mujeres con un conejo entre las manos. Me pareció muy misterioso, me hubiera gustado pintarlo.

¿Qué cineasta poco conocida en nuestro país recomendaría? Angela Schanelec.

¿Hay alguna película indeseable? Sí, muchas. Aunque todas han sido creadas desde algún tipo de deseo: sea económico, político o artístico.

¿Qué museo ha visitado más veces? El Museo de Historia Natural de la Universidad de Manchester. Hicimos una película colectiva allí sobre las piezas de taxidermia de la colección.

¿Qué libro ha marcado más su visión del mundo? La seta del fin del mundo: sobre la posibilidad de vida en las ruinas capitalistas, de la antropóloga Anna Lowehaupt Tsing.

¿Cuál tiene abierto ahora en su mesilla de noche? Horas de Invierno, de Mary Oliver, editado por Errata Naturae.

¿Qué canción o pieza musical usaría como autorretrato? Difícil pregunta. Ura Ixuririk, de Haizea (1977), me pusieron mi nombre por esa canción y me siento unida a ella a través del tiempo.

¿Cuál es la película que más veces ha visto? Debe ser Silencio Roto, de Montxo Armendáriz. Se rodó en mi pueblo y mi padre y yo hicimos de extras, teníamos el DVD y cada vez que venía alguien de visita al pueblo la veíamos.

¿La última serie que vio del tirón? Fleabag, de Phoebe Waller-Bridge.

¿Qué suceso histórico admira más? Las luchas activistas ecologistas y ecofeministas, que a través de la acción directa no violenta luchaban (y siguen luchando) contra las nucleares, autovías o pantanos.

¿Qué está socialmente sobrevalorado? La familia nuclear.

¿A quién le daría el próximo premio Velázquez? Fina Miralles.

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