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Columna
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Maestra, de luz o con forma de llave: la importancia capital de las espadas digitales

Esta arma ha sido un icono en el mundo de los videojuegos, donde su uso ha propiciado también saltos técnicos

Espadas digitales
Imagen de la Espada Maestra en el juego 'The Legend of Zelda: Breath of the Wild'.
Jorge Morla

Casi desde su nacimiento, la espada ha sido un elemento troncal en el imaginario de los videojuegos. La espada como símbolo de la fantasía, como ariete contra la oscuridad. La espada cristaliza la esencia de los juegos de acción que se basan en el combate cuerpo a cuerpo (la otra mitad de los juegos de acción se basan en el combate con armas de fuego). Pero lo interesante de esa herramienta, más allá de lo que supone en un determinado juego, es su significado como galvanizador tecnológico. Es decir, como herramienta no solo dentro de la obra sino también fuera, como trampolín tecnológico y estético.

Expliquémoslo mejor. Decíamos que la otra mitad de los juegos de acción son los de disparos, que se basan en el ataque a distancia. En esos juegos la mecánica básica es el apuntado, y la animación que nos llega es la de la víctima (la gran mayoría de estos juegos son en primera persona, por lo que no vemos a nuestro personaje; o bien vemos solo su espalda, que no se inmuta). En los juegos de espada, no: debemos ver los movimientos de nuestro protagonista, con el que nos identificamos mejor; debemos ver sus ataques con todo su cuerpo, su forma de moverse y sus expresiones al blandir el filo. Es decir, si en un juego tenemos una espada, eso requiere no solo otro plano mental sino otra concepción estética.

Además, está el plano tecnológico. A lo largo de los años ha habido experimentos para trasladar el movimiento de nuestra mano a la pantalla. Ya sea con los mandos de las Nintendo Wii y Switch, el Move Controller de Sony o los mandos de las diferentes gafas de Realidad Virtual, han sido numerosas las veces en que la forma (el control tecnológico) intentó acercarse al fondo (la historia de espadas del juego en cuestión) para ir un paso más allá en el desarrollo de una nueva caligrafía interactiva.

Un momento de 'Star Wars Jedi: Survivor'.
Un momento de 'Star Wars Jedi: Survivor'.

Por último, está la parte narrativa: la importancia de la espada dentro de la historia que nos cuentan. Dentro del mundo de los videojuegos, espadas hay muchas, y muy icónicas: está la Masamune de Sephirot (Final Fantasy VII), la Llave Espada de Sora (Kingdom Hearts), Las Espadas del Kaos de Kratos (God of War) o la Espada de Energía de Halo. Pero de todas ellas, si hay una espada surgida del mundo de los videojuegos que se lleva la palma, esa es la Espada Maestra de la saga The Legend of Zelda. Y si hay una espada ajena a los videojuegos pero que ha llegado a ellos a través de colonizar la entera cultura popular, esa es la espada de luz de Star Wars: el sable láser jedi. Ambas han sido capitales en el desarrollo de la tecnología de traslación de movimiento. La de luz, en experiencias realidad virtual como Vader o el Tales from the Galaxy’s Edge. Y, bueno, Beat Saber, en la que hacemos música a lo Guitar Hero cortando las notas que nos llegan en el aire con lo que es a todas luces un sable de luz encubierto.

Ambas, también, han tenido una importancia capital en el imaginario de la cultura popular y ambas están de enhorabuena porque han vuelto a la palestra. La Maestra, con el Tears of The kingdom (lanzado al mercado el pasado viernes), la última entrega de la saga Zelda, de la que pronto hablaremos con la profundidad que merece un serio candidato a Juego del Año. Y la de luz, con el lanzamiento del Star Wars Jedi: Survivor el 28 de abril. Es de la franquicia galáctica es un juego estupendo, y no exageramos si decimos que es el mejor juego de Star Wars de los últimos (¿10? ¿15?) años. Todo lo que hacía bien Star Wars Jedi: Fallen Order (2019) lo hace mejor esta secuela: jugabilidad, exploración (los mundos son ridículamente enormes), el combate, la historia (mejor dicho, los giros de esa historia). En un momento de cambio en las franquicias de la cultura popular, los videojuegos vuelven a demostrar (en este caso con Star Wars) que son extremadamente importantes para la estrategia transmedia de las marcas. Casi tanto como lo son las espadas a la hora de vencer al mal.

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Sobre la firma

Jorge Morla
Redactor de EL PAÍS que desde 2014 ha pasado por Babelia, Cultura o Internacional. Es experto en cultura digital y divulgador en radios, charlas y exposiciones. Licenciado en Periodismo por la Complutense y Máster de EL PAÍS. En 2023 publica ‘El siglo de los videojuegos’, y en 2024 recibe el premio Conetic por su labor como divulgador tecnológico.

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