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‘Los detalles’, autobiografía con moralina

En sus memorias, históricas y desensimismadas, Ia Genberg indaga en lo propio a través de lo ajeno, pero no ensancha la visión del mundo de los lectores con su desenlace aleccionador

La escritora Ia Genberg, en un retrato promocional de 2021.
La escritora Ia Genberg, en un retrato promocional de 2021.sara mac key
Marta Sanz

Esta novela autobiográfica de Ia Genberg fue galardonada con el Premio August concedido al mejor libro del año en Suecia. El texto tiene grandes méritos, pero también encierra una visión del mundo y la literatura que, como lectora, me apartan de él.

Empezaré por lo que me interesa mucho de una novela que utiliza el retrato de personas importantes en la vida de la escritora para, a través de lo ajeno, indagar en lo propio. Comparto ese dibujo, aparentemente tangencial, de la personalidad, así como la importancia de los detalles para comprender la existencia. También comparto la necesidad de contradecir la obsesión de que todo pueda ser reducido a relato: ese planteamiento problematiza el poder apisonador de ciertas normas y convenciones literarias que pueden llegar a homogeneizar y distorsionar la singularidad de una vida. El curso de la historia y la vivencia de la contemporaneidad, no una retórica compresiva y única, nos hermanan y nos sacan del propio ombligo. Ese sentimiento de lo contemporáneo no tiene por qué encajar siempre dentro del mismo modelo retórico que puede atreverse a dar un golpe sobre la mesa y, a partir de un estilo, disentir. Genberg da cuenta de la transformación de la memoria en una habilidad cotidiana a corto plazo que solo se ejercita como músculo poderoso al emprender la aventura autobiográfica. En esa actividad de la memoria, injertada en el fin del siglo XX y el comienzo del siglo XXI, adquieren relevancia los objetos perdidos —teléfonos rojos, listines, ceniceros llenos—. En la memoria autobiográfica, histórica y desensimismada de Genberg, los restos fantasmagóricos de amantes y amigas se quedan impresos en el propio rostro, y la sensación de vivir se experimenta con plenitud cuando miramos hacia fuera.

En la casilla de las transformaciones significativas, la escritora coloca el asunto de la salud mental: “Lo problemático” ahora es considerado “patológico”. Escribe Genberg: “La función principal de la ansiedad es, siguiendo las instrucciones del miedo, correr hacia delante y palparlo todo, anticipar y esquivar las amenazas, una y otra vez, en un proceso que no se detiene nunca y que es consustancial a la vida”. Esta certera definición pierde potencia cuando cristaliza en la aparición de un personaje y reduce el funcionamiento de la ansiedad a elemento motriz de una trama sobre la que esta lectora tenía expectativas más ambiciosas.

En Los detalles se huye, con suave ironía, de esa nostalgia reaccionaria que evoca la juventud entre suspiros de “¡ah, aquel tiempo!”. Sin embargo, ese legítimo no querer volver atrás deriva en un exceso de complacencia con el presente motivado por una visión reduccionista del progreso y por la inexorabilidad de la muerte. Pese a mi empatía con Genberg —coincidencia en el año de nacimiento, diversiones compartidas, la ventosa eléctrica con que nos sacaron del útero materno—, me separo de la novela porque su desenlace es aleccionador y no ensancha la visión del mundo de lectores y lectoras progresistas que encuentran en estas páginas justo lo que quieren oír: un carpe diem socialdemócrata que hasta puede parecer radical si analizamos la deriva política europea, pero que, desde un punto de vista literario, resulta innecesariamente explicativo y autocomplaciente, y engorda esa retórica compresiva y única de la que, en principio, pretende escaparse. En todo caso, creo que ahora es el momento de que ustedes lean el libro y participen en el debate, ético y estético, que logra suscitar.

Portada de ‘Los detalles’, de Ia Genberg.

Los detalles

Autora: Ia Genberg.


Traducción: Gemma Pecharromán.


Editorial: Gatopardo, 2023.


Formato: tapa blanda (160 páginas. 17,95 euros) y e-book (9,49 euros).

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Sobre la firma

Marta Sanz
Es escritora. Desde 1995, fecha de publicación de 'El frío', ha escrito narrativa, poesía y ensayo, y obtenido numerosos premios. Actualmente publica con la editorial Anagrama. Sus dos últimos títulos son 'pequeñas mujeres rojas' y 'Parte de mí'. Colabora con EL PAÍS, Hoy por hoy y da clase en la Escuela de escritores de Madrid.

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