No culpéis a todos los rusos por la guerra de Putin

[Desde la prisión]

Ya hace un año que dura la guerra que el Kremlin libra contra Ucrania. Esta contienda se ha llevado a la tumba a decenas miles de vidas humanas, ha destruido ciudades enteras y convertido en refugiados a millones de familias.

Vladímir Putin, el responsable de esta tragedia, se ha convertido en un auténtico símbolo del mal, en un ser a quien maldice el mundo entero. Pero se diría que también el pueblo de Rusia se ha convertido en el objeto de este odio. La acusación principal contra los rusos es que “no os habéis resistido a la política agresiva de vuestro gobierno y por consiguiente os habéis convertido en cómplices de este crimen de guerra”.

Me llamo Iliá Yashin y soy un opositor político ruso, a quien el Kremlin mantiene preso desde el verano de 2022. Me han condenado a ocho años y medio de reclusión por haber denunciado públicamente la guerra contra Ucrania. Pero hoy quisiera decir unas palabras en defensa de mi pueblo.

En primer lugar: nos resistimos a este régimen. Desde el principio de la invasión y durante todo el 2022, la policía ha detenido en Rusia a casi a 20.000 manifestantes contrarios a la guerra. Según datos de los defensores de los derechos humanos, en diversas ciudades desde el 24 de febrero han surgido acciones de protesta y no se ha detenido ni arrestado a nadie en tan solo 19 días. En términos generales, vemos ejemplos asombrosos de valor cívico. Así, a un fogonero, Vladímir Rumiántsev, le han caído tres años de cárcel por fabricar una emisora de radio casera a través de la cual emitía noticias contrarias a la guerra. Y al diputado moscovita Alekséi Gorínov lo han condenado a 7 años después que este propuso, en una sesión de la asamblea municipal, guardar un minuto de silencio en memoria de los niños ucranianos caídos.

Quisiera subrayar el hecho de que ha abandonado Rusia como mínimo el doble de las personas que han sido movilizadas

En segundo lugar: la gente huye de Putin. En un año ha abandonado Rusia entre un millón y un millón y medio de ciudadanos, y la absoluta mayoría de ellos ha emigrado por no querer tener nada que ver con la agresión militar. Quisiera subrayar el hecho de que ha abandonado Rusia como mínimo el doble de las personas que han sido movilizadas. Seguramente es cierto que podrían echarles en cara su actitud a quienes han preferido huir que resistir, que verse encarcelados o torturados. Pero lo relevante es que centenares de miles de mis compatriotas han abandonado sus hogares, negándose a convertirse en asesinos a las órdenes del Gobierno.

Y en tercer lugar, los que se han quedado en Rusia viven en calidad de rehenes. Muchos no están de acuerdo con la guerra, pero callan, temerosos de la represión. Sin embargo, el silencio del rehén, a quien el terrorista apunta con su fusil, no lo convierte en cómplice de este.

Al transferir la responsabilidad de los crímenes de guerra de la “junta” del Kremlin a mi pueblo aligeráis el peso moral y político de Putin

Quisiera llamar a la comunidad internacional a que reflexione. Absteneos de humillar a los rusos, pues este género de retórica no hace más que reforzar el poder de Putin. Al transferir la responsabilidad de los crímenes de guerra de la “junta” del Kremlin a mi pueblo, aligeráis el peso moral y político de Putin. Le dais la oportunidad de responsabilizar de unas acusaciones ciertas a unos seres que, en las circunstancias actuales, se convierten de hecho en escudos humanos. Y esto me parece un grave error.

Putin ha ocasionado un dolor enorme al pueblo ucraniano. Pero esta bárbara guerra destruye también mi país: Rusia. Y yo confío que los rusos puedan convertirse en aliados del mundo libre enfrentados al tirano.

Tended la mano a mis conciudadanos, los rusos.

Iliá Yashin. Centro de Reclusión – 1, Udmurtia.

Traducción de Ricardo San Vicente.

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