‘La gran fragmentación’: manual de instrucciones para un nuevo mundo
El libro de Ricardo de Querol constituye una guía exhaustiva de los riesgos y oportunidades de la revolución digital en marcha


Hubo un tiempo en el que internet era solo una herramienta para acceder a muchísima información y el móvil un teléfono para llamar desde cualquier sitio. Después muchos supusieron que, además de facilitarnos la vida, estas innovaciones nos conducirían a una sociedad más libre, descentralizada, justa, y mejor informada. Pero un día, al levantar la vista de la pantalla, descubrieron un mundo dominado por compañías descomunales, más polarizado, donde la privacidad está amenazada e inventos fascinantes como la inteligencia artificial plantean desafíos existenciales. La vida conectada, pero no solo, nos ha llevado además a la gran fragmentación: la quiebra de los consensos básicos y una vuelta a las tribus atrincheradas en grandes burbujas.
En ese tránsito “del ciberentusiasmo a la tecnopreocupación”, en palabras del filósofo Daniel Innerarity, el ciudadano necesita guías para hacerse una idea cabal de este proceso, de sus riesgos y oportunidades. Pero encuentra una dificultad que tiene que ver que otro tipo de fragmentación: lo atomizada que está la información sobre un asunto tan complejo le hace sentir que para ello necesitaría leer decenas de libros y miles de artículos. Pues bien, la impresión al leer La gran fragmentación es que Ricardo de Querol le ha hecho en gran parte ese trabajo. El ensayo, cimentado sobre una impresionante cantidad de lecturas, ofrece un destilado panorámico, con sus aristas y matices, de la gran revolución en marcha.
El libro de De Querol funciona así como un exhaustivo manual de instrucciones de esta nueva era y un avance, al final esperanzado, de lo que puede llegar. El lector ávido de comprender por qué lee noticias diferentes a las de su vecino en la misma plataforma, qué peligros tiene invertir en criptomonedas o si es probable que su trabajo sea desempeñado por un robot, puede encontrar explicaciones claras. Sin excesivos tecnicismos, incidiendo en cómo afecta todo esto a su vida cotidiana.
El libro se fija en personajes no tan conocidos que merecerían algún día estar en los libros de historia como pioneros en abrir grandes debates
No son pocos ni superficiales los cambios que analiza La gran fragmentación. La economía se ha convertido en un juego de gigantes donde el ganador se lo lleva todo. La venta de discos se ha desplomado, pero se ha revitalizado la música en directo. Las series han pasado a ser la gran manifestación artística de nuestra época. Las audiencias de los medios se han fragmentado y, de forma inquietante, se ha perdido incluso un relato compartido de los hechos. Pero también se ha demostrado que si algo puede salvar a los periódicos, tras años de búsqueda desaforada de clics, es la apuesta por la calidad y la recuperación de la confianza del lector.
Más allá de algunos celebérrimos protagonistas de este revolución —Mark Zuckerberg, Bill Gates, Elon Musk— el libro se fija además en historias como la de la ingeniera despedida por Google Timnit Gebru o Frances Haugen, la garganta profunda de Facebook. No tan conocidas por el gran público, merecerían estar algún día en los libros de historia como pioneras en abrir algunos de los debates que marcarán las próximas décadas.
También hay un apartado dedicado al gran superviviente de este seísmo. Un objeto que estuvo en el origen del éxito de uno de los nuevos titanes (Amazon) y que ha resistido, casi sin erosión y contra todo augurio: el libro físico. “La experiencia de leer en papel sigue siendo muy placentera, además de propicia para la concentración. Solo estáis el libro y tú, nadie te molesta”, recuerda Querol. Sea en formato impreso o digital la lectura de La gran fragmentación es una estimulante invitación a reflexionar sobre esta nueva era. Una experiencia de la que nadie, se sienta un ignorante digital o un gurú tecnológico, saldrá sin aprender cosas nuevas.

La gran fragmentación
Autor: Ricardo de Querol.
Editorial: Arpa Editores, 2023.
Formato: tapa blanda (280 páginas, 19,90 euros).
Puedes seguir a BABELIA en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Más información
Archivado En
Últimas noticias
La Cámara de Representantes rechaza dos propuestas para impedir a Trump lanzar un ataque unilateral contra Venezuela
Los campesinos amagan con revivir las protestas en México por los precios de las cosechas
Kylian Mbappé tampoco puede librar en Talavera: “Ha sido decisivo, por eso lo hemos mantenido”
El Baskonia sigue fuerte en el Buesa y suma una victoria de prestigio ante AS Monaco
Lo más visto
- La población de pumas de la Patagonia se dispara gracias a una presa inesperada: los pingüinos
- El Supremo ordena al ex fiscal general el pago de la multa y la indemnización a la pareja de Ayuso que le impuso al condenarle
- El Gobierno de Mazón pagó 107 millones de euros más a Ribera Salud al aumentar su aportación por ciudadano
- Elon Musk, más cerca de ser el primer hombre en alcanzar una fortuna de un billón de dólares
- Víctor Manuel, músico: “El capital tiene que rectificar, nunca pensé que fueran a ser tan voraces”






























































