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‘La novela ideal’, vida de un vampiro nudista

Todo es riguroso en la función que Juan Miñana construye, dirige y orquesta con una escritura impecable. Desde lo histórico hasta lo novelado

Juan Miñana
El escritor Juan Miñana.S. G. Pinyerò

La propia pereza de los medios hace que haya nombres que suenen mucho y otros que no lo hagan apenas. Ante cualquier clasificación de escritores, el resorte de lo cien veces leído y oído nos saca del apuro. Siempre decimos lo mismo de los mismos. No ayuda si su autor, Juan Miñana (Barcelona, 1939) en este caso, ha cambiado de casa editora casi en cada libro (Seix Barral, Tusquets, Planeta, Ediciones B, RBA y ahora Catedral). Para añadir emoción, su nueva editorial acompaña a La novela ideal con un par de señales triangulares de peligro llamadas “la gran novela de Barcelona” (¿les suena?) y que Miñana “es considerado uno de los mejores novelistas de su generación”. Quién sabe, dice uno antes de leerla. Después de haberlo hecho, servidor piensa que igual tienen razón. En las dos bravatas.

La época —parte de la primera mitad del siglo XX—, el personaje —Xavier Viura, poeta y dramaturgo tan nefasto como puro, ácrata, vegetariano, asexuado y nudista acérrimo—, el entorno cultural, político, social —finales de los veinte hasta los cuarenta— en una ciudad que sabemos sentenciada y condenada —Barcelona— son mimbres interesantes pero complejos de manejar para hacer con ellos algo apasionante, riguroso, personal y emocionante. Miñana lo consigue con una escritura impecable y alejada de cualquier manierismo. Desde una tercera persona clara, limpia y rica, nos explica la historia de Viura con el punto justo de rigor histórico, ternura y comprensión hacia unos personajes en una sociedad —barcelonesa, catalana— que rezuma fervor e ingenuidad, infantilismo, bondad y negligencia política, y que nosotros sabemos que la historia va a triturar y desmenuzar en España primero y en Europa después. Una sociedad que no se espera lo peor y que, cuando llega, trata de convencerse de que durará poco y que acabará bien. Para conseguir eso, la mirada de Miñana no es maniquea pero tampoco equidistante. Lo consigue gracias a su talento como narrador y una decisión creativa importante: escribir desde ayer (con Freud ninguneado) pero hoy. Así, nos evita el psicologismo de los personajes (actúan… después de hacerlo) y la pulsión sexual como omnipresente motor de la acción, trauma y trama en la mayoría de los libros de novedades de los últimos 30 años.

Asistimos a una cascada de personajes, de eventos, direcciones y situaciones que parecen falsamente novelescos

Asistimos a una cascada de personajes (pensadores, intelectuales, músicos y literatos), de eventos, direcciones y situaciones que parecen falsamente novelescos, transitando por las habitaciones y escenas con la levedad de lo bien escrito. El personaje aquí protagonista hechizó a Miñana en su anterior novela, El cielo de los mentirosos (2016), donde era el biógrafo de otro excéntrico de la bohemia barcelonesa, Pompeu Gener, y aquí asistimos a sus pasos de vampiro (por su palidez, así lo describió Josep Pla) como protagonista absoluto, víctima total de la vida y de la historia. El montaje narrativo hace que asistamos al mismo tiempo a su paso por la prisión Modelo en la represión franquista, así como a su deambular por la bohemia y el esplendor del nudismo naturista, uno de sus ejes espirituales, con Nicolás Capo como mentor absoluto. Todo es riguroso. Desde lo histórico hasta lo novelado, las mentiras y las suposiciones, las certezas y las citas con día, hora y lugar. Todo fluye, entretiene, enseña y emociona por el pulso del bisturí, de principio a fin, con la información justa para querer, comprender, compadecer y no molestar a sus intérpretes en la función que Juan Miñana construye, dirige y orquesta ante nuestros ojos.

portada libro 'La novela ideal', JUAN MIÑANA. CATEDRAL BOOKS

La novela ideal 

Autor: Juan Miñana.


Editorial: Catedral, 2022.


Formato: tapa blanda (336 páginas. 20 euros).

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