Los museos dicen adiós al ‘blockbuster’: una selección de las mejores exposiciones de la temporada
Las retrospectivas de grandes maestros ya no son un peaje obligatorio en los centros de arte. De Barcelona a Venecia, pasando por Madrid, Valencia, Nueva York, Londres, París y Berlín, un repaso a las propuestas más interesantes en 13 ciudades
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Superado el perfil bajo que impuso la pandemia, los museos han recuperado durante la primavera una añorada normalidad, palabra que ya hemos aprendido a pronunciar con cautela (e incluso con aprensión: cada vez que uno la pregona, sube el pan). Aun así, atrevámonos a afirmar que las programaciones de los centros de arte recobran estos días una ambición digna de los días previos al virus, y que incluso se alejan del dogma de la exposición blockbuster que imperó hasta 2019. Es decir, las grandes monográficas sobre maestros de la pintura, pensadas para seducir a un público multitudinario.
Retrocedamos hasta ese año para recordar qué sucedía entonces en los museos. En París, una gran muestra sobre Leonardo da Vinci triunfaba en el Louvre y otra sobre el Greco, en el Grand Palais. En Londres, la Tate se rendía a Van Gogh, la National Gallery homenajeaba a Gauguin y el British Museum abría sus salas a Munch. Mientras tanto, en Nueva York, se producía la reapertura apoteósica del MoMA, anunciada como un adiós definitivo al canon de antaño que iba a permitir la inclusión de colectivos ignorados con obstinación en la historia de la modernidad. Eran gestos espectaculares y sintomáticos de un museo de inspiración neoliberal, que se autofinanciaba a golpe de taquillazos, y de una masificación que, en ciertos momentos, llegó a parecer autodestructiva. El Louvre, museo más concurrido del mundo, superó los 10 millones de visitantes en 2018 (gracias a Delacroix y Beyoncé) y rozó esa cifra el año siguiente.
Hasta que pasó lo que pasó. En 2020, fueron 2,7 millones. Y en 2021, 2,8. El cambio de paradigma que provocó el confinamiento y la caída en picado del turismo han puesto en peligro las finanzas de toda institución, pero también ha tenido un efecto colateral positivo. Las retrospectivas de esos grandes maestros convertidos en reclamo publicitario ya no parecen un peaje obligatorio. Han dejado lugar a muestras más modestas, menos vistosas y menos caras, pero que han permitido que los museos cumplan funciones que, en algunos casos, tenían algo olvidadas: la asociación de ideas inesperadas, el comparatismo entre disciplinas, la prospección de nombres y escenas desconocidas, de ayer como de hoy. Esta es una selección subjetiva de algunas de ellas, ciudad por ciudad (y en orden alfabético), comentadas en EL PAÍS por mis compañeros Jacinto Antón, Carlos Córdoba, Gloria Crespo McLennan, Mario de Jaime, Rafa de Miguel, Silvia Hernando, Ianko López, Ángela Molina, Javier Montes, Javier Rodríguez Marcos, Jesús Ruiz Mantilla, María Antonia Sánchez-Vallejo, Iker Seisdedos y Victoria Zárate.
Barcelona
El Macba y el CCCB, instituciones vecinas en el barrio del Raval, acaban de inaugurar las que ya parecen dos de las muestras del año. El primero se ha decidido a rendir homenaje a Teresa Lanceta, pionera del arte textil en España que recibe, a sus 70 años, los honores que se le han resistido durante toda su carrera. Mientras, el CCCB dedica una gran exposición a Francesc Tosquelles, el republicano catalán que luchó por reformar las instituciones psiquiátricas y desdramatizar la enfermedad mental. Es exigente, algo densa y absolutamente apasionante. En otoño llegará al Reina Sofía de Madrid.
Berlín
La reciente restauración de la Neue Nationalgalerie de Mies van der Rohe llega con una nueva instalación in situ de Barbara Kruger en la planta baja del edificio. En ella sobresalen dos vídeos cargados de mala leche que se mofan de las dos guías morales del estadounidense medio: la Constitución de 1787 y los votos del matrimonio. Además, el centro C/O, especializado en la imagen, se adentra en la obra de Susan Meiselas, la fotógrafa de Magnum que en los setenta recorrió la costa oeste de Estados Unidos para retratar el submundo de los clubes de striptease.
Bilbao
El Guggenheim recorre en Jean Dubuffet: ferviente celebración la totalidad de la carrera del pintor y escultor francés, de sus primeras obras, concebidas durante la ocupación nazi en París, hasta sus últimas series en los ochenta. Todas ellas están cruzadas por la voluntad de cambiar de perspectiva en el arte, en el sentido literal y figurado. Mientras, el Azkuna Zentroa ha programado Una voz para Erauso. Epílogo para un tiempo trans, exposición del colectivo Cabello/Carceller, comisariada por Paul B. Preciado y centrada en la figura de la monja alférez que participó en la conquista. Fue religiosa, soldado, macarra y también icono.
Córdoba
El acuerdo firmado con la fundación TBA21, presidida por Francesca Thyssen, lleva al C3A de Córdoba una selección de 40 obras de su impresionante colección, con nombres como Ai Weiwei, Olafur Eliasson, Camille Henrot, Sarah Lucas o John Akomfrah, en una presentación de inspiración temática que aspira a rebatir las tesis de Malthus sobre la escasez. Su título es Futuros abundantes.
Londres
En una entrevista concedida en 1959, Walt Disney afirmó que su aspiración no era hacer arte: “Hago películas en nombre del entretenimiento, y luego ya vienen los profesores y me dicen lo que significan”. Una muestra en la Wallace Collection revela ahora que muchas de ellas contenían vínculos con la cultura y la literatura europeas, especialmente la tradición francesa del siglo XVIII. Mientras, la National Gallery celebra la armonía renacentista de Rafael con una muestra que reúne más de 90 obras del artista italiano. Retrasada por la pandemia, es lo más parecido a un vestigio del mundo de antes.
Málaga
La figuración torturada de Paula Rego ha vuelto. La pintora portuguesa, afincada en Londres desde los cincuenta, cuenta con una sala propia (y es de las pocas) en la nueva Bienal de Venecia y protagoniza una retrospectiva en el Museo Picasso de Málaga, procedente de la Tate. En un tiempo saturado de imágenes, sorprende el poderío de Rego a la hora de representar los maltratos a los que se ha sometido al cuerpo de las mujeres. Contiene, además, una obra de 1961 que resume toda su poética: Cuando teníamos una casa en el campo dábamos fiestas maravillosas, y luego salíamos y matábamos negros. Un título que ya merece una visita.
Madrid
Clausurada la extraordinaria muestra de Vivian Suter en el Palacio de Velázquez, nos quedamos con tres propuestas de inspiración arquitectónica. Primero, la intervención de Carlos Bunga en el Palacio de Cristal, trampantojo de cartón que nos hace dudar de lo sólido y lo frágil. Segundo, la de Guillermo Mora en Alcalá 31, que también juega con la arquitectura para desestabilizar nuestras certezas (e incluye una interesante selección de obras recientes). Y tercero, el arte del remordimiento histórico de Álvaro Perdices en el CA2M (Móstoles), que usa esa misma disciplina para cuestionar el pasado reciente del Estado español.
Nueva York
Desde 1932, la Bienal del Whitney observa el estado de salud del arte contemporáneo en Estados Unidos. Su nueva edición, recién inaugurada tras un parón de tres años, recoge un arte mayoritariamente joven y realizado en tiempos pandémicos. Y, en consecuencia, más sombrío y reflexivo de lo habitual, lleno de reflexiones sobre la violencia racista y la división social que reina en el país, según las primeras críticas. Además, esta semana todo el mundo hablaba de la gala del Met, pero algo menos de la muestra que explica su celebración: In America, la gran exposición anual de moda del Costume Institute del museo neoyorquino, que esta vez regresa al glamur de la edad dorada en una superproducción en la que han participado Martin Scorsese, Sofia Coppola y Tom Ford.
París
A la espera de que se inaugure la gran muestra sobre Alemania en los años veinte que ultima el Centro Pompidou, nos quedamos con esta exposición en el Museo de la Orangerie, que da una apasionante vuelta de tuerca al impresionismo y revela que muchas de sus obras maestras fueron concebidas originalmente como objetos y piezas decorativas, poniendo en duda esas polvorientas jerarquías que siguen reinando en el arte. Además, el Museo de Arte Moderno de la capital francesa recuerda a Toyen, semiolvidada artista checa que recaló en París, donde estuvo vinculada al grupo surrealista. Su figuración alucinada parece más influyente en del arte de hoy que la de sus supuestos maestros.
San Sebastián
En la estela del redescubrimiento en los últimos años de la obra de Hilma af Klint, la pintora sueca que hizo cuadros abstractos antes que Kandinsky y Kupka, los museos siguen indagando en pioneras que quedaron arrinconadas en la historia oficial. Por ejemplo, la suiza Emma Kunz, responsable de dibujos con una riqueza visual adelantada a su época (y un pequeño detalle sin importancia: tal vez predijeron la bomba atómica). Una exposición en la Tabalakera de San Sebastián reivindica su legado haciéndolo dialogar con artistas contemporáneos.
Sevilla
Luis Gordillo vuelve a su ciudad natal con una exposición en el Espacio Santa Clara. Allí expone una larga serie de obrass que, a sus 87 años, parecen más jóvenes e innovadoras que las de muchos artistas de la escuadra millennial. Además, el veterano dicta sentencia: Duchamp se está comiendo a Picasso. La pregunta del millón es si eso es bueno o malo.
Valencia
El IVAM también expone dos de las muestras que marcarán este 2022. La primera es El arte y la vida, que compara las obras del matrimonio formado por Anni y Josef Albers, y observa la influencia de sus composiciones geométricas, que dejaron huella desde la Bauhaus hasta Yale, en la actualidad. Y luego está el trabajo de Zanele Muholi, “activista visual” que documenta las vidas de los colectivos LGBTIQ en su Sudáfrica natal y en otros lugares del continente y del mundo, a menudo a través del autorretrato posado y de los códigos iconográficos de la moda.
Venecia
La nueva edición de la Bienal de Venecia, que se inauguró a finales de abril, ha convertido de nuevo a la ciudad italiana en capital del arte durante la primavera. La oferta es inacabable, así que nos centraremos en el programa oficial: la muestra principal, The Milk of Dreams, con su diálogo entre el surrealismo histórico, la absurdidad del presente y el presagio de un futuro híbrido, y el aplaudido pabellón español de Ignasi Aballí, ganador moral (aunque se fuera sin premio) de una edición en la que no está Rusia, pero sí Ucrania.
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