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Las publicaciones como legado de un fotógrafo

Dos nuevos libros y una exposición reevalúan la contribución de Paul Wolff y Alfred Tritschler y del editor francés Robert Delpire a la historia de la fotografía

Doble página extraída de la revista 'NEUF' dedicada a Brassaï.
Doble página extraída de la revista 'NEUF' dedicada a Brassaï.Delpire & Co.

“Si se topa usted con una lista de los fotógrafos más importantes de la primera mitad del siglo XX, Paul Wolff (Mulhouse, Francia, 1887-Fráncfort, 1955) no estará en ella. Sin embargo, si hubiese que hacer un listado de los fotógrafos más influyentes, más publicados, y con más éxito comercial de dicho periodo, Wolff, pionero de la Leica, debería figurar en lo más alto.” De esta forma introduce Manfred Heiting la figura de este olvidado fotógrafo, que documentó el estilo de vida en Alemania desde el inicio de la República de Weimar hasta la caída del Tercer Reich a través de la pequeña y manejable cámara, destinada a revolucionar el desarrollo del medio fotográfico. “No es cuestión de lo que uno ve, sino de cómo lo ve”, sería su credo.

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Heiting, diseñador, reputado experto en libros de fotografía y voraz coleccionista de libros y fotografías, tardó en saber de la obra del versátil alemán, quien llegaría a abarcar todos los géneros del medio, menos el desnudo, del que rehuía. El descubrimiento tuvo lugar gracias a una confusión. Interesado en adquirir un ejemplar del libro Deutsche Arbeit ( Ullstein, 1930), obra maestra de E. O. Hoppé dedicada a la fotografía industrial, el coleccionista recibió por error Arbeit!, de Wolff (1937). La estética de las imágenes, la habilidad de su autor en el uso de la luz y la excepcional calidad de impresión transformó de inmediato la inicial decepción de Heiting. “Me di cuenta de que había recibido una joya”, recuerda. Realizada como un encargo con fines propagandistas para dar a conocer los éxitos iniciales del Plan Cuatrienal de Hitler —destinado a recuperar la economía alemana—, la publicación compone un soberbio retrato visual, que dignificaba la labor de los obreros a través de pronunciados contrastes, planos cortos y geometrías que dialogan a la perfección con el ámbito industrial, enmarcados dentro de los postulados de la nueva objetividad. Un estilo del que el autor se distanciaría más tarde, refiriéndose a él como “la fría objetividad”.

Doble página extraída del libro 'Dr. Paul Wolff  & Alfred Tritschler: The Printed Images, 1906-2019', publicado por Steidl
Doble página extraída del libro 'Dr. Paul Wolff & Alfred Tritschler: The Printed Images, 1906-2019', publicado por Steidl

Albeit! está comprendida dentro de las más de mil publicaciones realizadas en el estudio que Wolff estableció en Fráncfort junto a su socio, el también fotógrafo Alfred Tritschler (1905-1970). Juntos trabajaron en encargos publicitarios, otros con fines turísticos, anuarios de empresas, catálogos comerciales, publicaciones conmemorativas, así como en la elaboración de reportajes para revistas, entre otros muchos. “Wolff produjo el mayor número de publicaciones de un fotógrafo activo durante el siglo XX”, destaca Heiting, cuya minuciosa tarea de investigación, a la que se suma la realizada por Kristina Lemke, está detrás de Dr. Paul Wolff & Alfred Tritschler. The Printed Images 1906-2019 (Steidl). Este libro ofrece una rica y detallada documentación sobre la vasta obra producida por este tándem artístico y empresarial. Una obra que se vio favorecida por un auge en el consumo de información, a través de las revistas, la radio, y el cine, así como de gran demanda de propaganda comercial y política de la época “La fotografía pasó a ejercer una influencia crucial en la vida de los alemanes. Lo que contribuyó a cambiar la imagen del medio fotográfico”, señala Heiting.

El declive de la aventura de este par de artistas emprendedores comenzó en 1944, tras el bombardeo que destruyó el domicilio de Wolff durante la guerra. Buena parte de los negativos pudieron ser rescatados, pero no las placas de gran formato que marcaron el inicio de su trayectoria. Con 19 años, y siendo un estudiante de la facultad de medicina, utilizó su cámara para ilustrar un artículo sobre las formas cilíndricas en la naturaleza, que publicaría en la revista científica Kosmos. Con el tiempo pasaría a convertirse en un maestro de la Leica tras recibir en 1926 un prototipo de la cámara como obsequio por parte de la firma y con el fin de experimentar y divulgar el invento. Siete años después, la compañía organizó una exposición, My Experience with the Leica Camera, compuesta por más de cien ampliaciones de la obra del fotógrafo alemán, que itineró por Europa, América y Japón. “Durante aquella época ningún otro fotógrafo logró acercarse tanto a un reconocimiento mundial”, asegura Heiting.

Sin embargo, durante su vida ningún museo o coleccionista adquirió su obra, hecho que contribuiría a su olvido. Su primera exposición de museo tuvo lugar seis años después de su muerte y se prescindió de un catálogo. No fue hasta 2003 cuando el Suerdmont-Ludwig Museum de Aquisgrán publicó el primero. “Estoy firmemente convencido de que la historia de la fotografía del siglo XX solamente podrá ser entendida, evaluada, interpretada y enseñada al examinar la obra completa del fotógrafo: las copias propiedad de museos y coleccionistas y las fotografías publicadas. Solamente entonces se puede tener un juicio fundado sobre el lugar que ocupa un fotógrafo en la historia”, sostiene Heiting.

Wolff comprendió que ante todo el valor primordial de la fotografía estaba en su reproductibilidad, y en esto se centró. Sin embargo, la fotografía del siglo XX ha sido juzgada desde la perspectiva de su presencia en los museos y en colecciones y la del mercado artístico, pasando por alto lo que Heiting identifica como “el mayor impulso de los propios fotógrafos: el deseo de ver su obra reproducida en revistas y en libros”.

Portada de 'Dr. Paul Wolff & Alfred Tritschler. The Printed Images 1906-2019', publicado por Steidl
Portada de 'Dr. Paul Wolff & Alfred Tritschler. The Printed Images 1906-2019', publicado por Steidl

El editor que contribuyó a definir la fotografía del siglo XX

“Si un fotógrafo tiene algo importante que decir, él [o ella] lo publicará en un libro”, diría en una ocasión Josef Koudelka, algo que de forma instintiva supo el que llegaría a ser su editor, el legendario Robert Delpire (1926- 2017), un visionario que contribuyó a definir la fotografía del siglo XX aventurándose a publicar libros que hoy figuran como hitos y que supo mantenerse durante seis décadas dentro del complicado mercado editorial de los libros de fotografía. A él le dedica una exposición, hasta el 26 de septiembre, la nueva edición de los Encuentros de Arlés, Neuf de A à Z. Delpire avant Delpire, con motivo de la reedición de los nueve números de la innovadora revista NEUF, su primera aventura editorial.

“La labor de un editor es mostrar el trabajo de otros. Va más allá del trabajo en equipo; requiere un profundo entendimiento mutuo. Nunca he publicado a alguien que no haya sido de mi interés”, diría el editor y también comisario. Algo que ya dejó muy claro cuando en 1950, con 24 años y siendo un estudiante de medicina aficionado a los deportes así como a la pintura y a la fotografía, acepta hacerse cargo de una revista ilustrada publicada por la facultad universitaria, que de forma habitual publicaba un modesto boletín cada seis meses. Con “el talante de los jóvenes audaces y dinámicos de la posguerra emprende una aventura tan imprevista como incongruente, un negocio que inicia a contrapié de lo que era la edición fotográfica de la época, para, en tan solo seis meses, dejar su marca”, escribe Michel Frizot, en un texto que se incluye en el cofre de edición limitada donde se presentan los facsímiles.

Algunas portadas de la revista 'NEUF'.
Algunas portadas de la revista 'NEUF'.

La aventura se prolongó tres años durante los cuales Jean-Paul Sartre, Guillaume Apollinaire, André Breton y Henry Miller firmaron textos. En su primer número el pintor Raoul Dufy cubrió de color las páginas con una ilustración. Cartier-Bresson, Doisneau o Werner Bischof contribuyeron con sus imágenes en blanco y negro. El quinto número estuvo dedicado a Brassaï y el octavo presentaba las imágenes realizadas en Perú por un desconocido Robert Frank acompañando un texto de Georges Arnaud.

“Comprendí que mi camino en la vida estaba en el mundo editorial y no en la cirugía. Cualquiera se puede equivocar”, diría el editor, a quien esta primera iniciativa le serviría para establecer la que ha sido una de las firmas editoriales más influyentes de su tiempo: Éditions Delpire, cuyos puntos cardinales quedan fijados con De una China a la otra (1954), de Henri Cartier-Bresson; Los americanos (1958), de Robert Frank, y Gitanos: el final del viaje (1975) de Josef Koudelka.

La fotografía no sería hoy la misma sin la figura de este editor, que nunca puso límites a su ambición creativa. Fue el productor cinematográfico de Qui êtes-vous, Polly Maggoo?, película satírica sobre el mundo de la moda y sus excesos, dirigida por William Klein, diseñó campañas publicitarias, comisarió exposiciones, e innovó el formato editorial con la introducción del libro de bolsillo de fotografía. Con Delpire la fotografía siempre fue más asequible.


Cofre de la edición facsimilar de la revista NEUF, publicada por Delpire & Co

NEUF

Éditions Delpire, 2021.
826 páginas.149 euros.

NEUF de A à Z. Delpire avant Delpire. Espace Van Gogh. Encuentros de Arlés. Hasta el 26 de septiembre.

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