Sombras de censura sobre la abstención de Cécilia Sarkozy
Un semanario francés retira, por supuestas presiones, un reportaje que revelaba que la esposa del nuevo presidente no votó el día 6
No todo va sobre ruedas para Nicolas Sarkozy. Su matrimonio vuelve a crearle problemas. Su esposa Cécilia -en otros tiempos cercana colaboradora- estuvo ausente durante toda la campaña. Una actitud que dio pie a infinidad de rumores que, finalmente, aireó el ultraderechista Jean-Marie Le Pen en su último intento desesperado de desprestigiarle. Cécilia no acudió a votar con su marido, pero reapareció la noche de la victoria. Las cámaras captaron incluso un beso y mostraron, al día siguiente, a la familia entera saliendo del hotel camino de sus cortas vacaciones en un yate de lujo frente a las costas de Malta.
Este pasado domingo, el Journal du Dimanche (JDD), tenía previsto publicar un artículo en el que desvelaba que Cécilia no acudió a votar el 6 de mayo. Dos periodistas de este rotativo, propiedad de Grupo Lagardère, consultaron el registro del colegio electoral de Neully-sur-Seine, localidad de la que Sarkozy fue alcalde y donde está censada la familia, y descubrieron que ella no figuraba en la lista de quienes habían emitido su voto. Estos listados son públicos, por lo que la información no partía de ningún acto ilegal. Los periodistas de este dominical comentaron el contenido de su artículo a mediados de semana en una reunión y el director decidió su publicación, incluyendo una fotografía de la mencionada lista.
'Le Monde' dice que hubo presiones del dueño del 'Journal du Dimanche'
Reporteros sin Fronteras hizo pública una nota expresando su preocupación
Pero en la reunión del sábado, el director del JDD, Jacques Espérandieu, decidió que no se publicaba. El mismo domingo, el diario electrónico Rue 89, creado por dos antiguos periodistas de Libération, colgaba en su web un relato pormenorizado de lo sucedido, indicando que la decisión de no publicar el artículo se debió a las presiones recibidas en la redacción de JDD por parte de miembros del entorno del nuevo presidente, e incluso del propio Arnaud Lagardère, intimo amigo de Sarkozy. Rue 89, además, añadía detalles sobre una supuesta discusión entre los Sarkozy la noche de la victoria electoral.
La agencia France Presse entrevistó a Espérandieu y el director de JDD aseguraba que la decisión de no publicar el artículo había sido exclusivamente suya, alegando que se trataba de algo referente a "la esfera privada". El mismo sábado por la mañana, aseguraba, le habían anunciado la publicación del artículo. "Pedí expresamente que fuera acompañado por una llamada telefónica a la principal interesada". Como no hubo ninguna reacción, ni de Sarkozy ni de su mujer, decidió "no publicarlo". Sí, admitía, hubo "un cierto número de llamadas telefónicas de gente que insistía en el aspecto privado de la información".
El entorno del nuevo presidente negaba ayer haber presionado al director del JDD para impedir la publicación del artículo. Pero el diario Le Monde aseguraba tener informaciones sobre que fue el propio Lagardère quien llamó al JDD. El problema es que no es la primera vez que Sarkozy recurre a sus amigos -y especialmente a Lagardère, "su hermano"- para interesarse sobre informaciones referentes a su esposa. El caso más notorio es el despido del director del semanario Paris-Match, Alain Genestar, por haber publicado las fotos de Cécilia Sarkozy con su amigo el publicitario Richard Attias el verano de 2005, cuando la pareja se había separado.
El incidente de este fin de semana pone en evidencia dos debilidades del nuevo presidente francés: la inestabilidad de su matrimonio con Cécilia y su obsesión por controlar lo incontrolable en el mundo de la comunicación. María Sara Isabel Ciganer Albéniz, nacida el 12 de noviembre de 1957 en Boulogne-Billancourt, en las afueras de París, es una mujer que, por lo que se va desvelando, no está dispuesta a asumir el papel de discreta primera dama ni le preocupa demasiado crearle problemas a su cónyuge. La hija de Teresita Albéniz, nieta del compositor español Isaac Albéniz, y de André Ciganer, peletero de origen rumano, ha llegado a declarar que no tiene "ni una gota de sangre francesa".
El otro asunto es más inquietante. Sarkozy cuenta entre sus mejores amigos a los propietarios de las principales cadenas de televisión. Además de Lagardère -dueño de Hachette- entre otras amistades dispuestas a hacerle un favor está Martin Bouygues, que controla TF1 junto a Vincent Bollore, el mismo que le prestó el yate y que a su vez es dueño de otras cadenas audiovisuales. Y si es necesario, es el propio Sarkozy quien llama a los propietarios e incluso a los periodistas cuando una información no le gusta. Lo hizo con Philippe de Rotschild, el accionista de Libération, y con el dibujante Plantu en Le Monde. Reporteros sin Fronteras (RSF) hizo pública ayer una nota expresando su preocupación.
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