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Argentina cierra en silencio su campaña electoral tras la muerte violenta de una niña de once años

Los precandidatos suspenden los actos proselitistas por el ataque a Morena Domínguez a metros de su escuela. La muerte de un manifestante en el Obelisco tensa aún más el clima preelectoral

Una manifestante lleva un cartel en el que pide justicia por Morena Domínguez, una niña de 11 años que murió por un robo, en Buenos Aires.Foto: AP | Vídeo: EPV

Faltan tres días para las elecciones primarias en Argentina y hay un silencio denso en las calles de Buenos Aires. Un clima tan enrarecido como el de este invierno austral sin frío. La muerte violenta de Morena Domínguez, una niña de once años víctima de un robo, noqueó a un país que está a las puertas de una de las elecciones más inciertas de sus 40 años de democracia. Nadie sabe el impacto que el caso de Morena tendrá en las urnas. Este jueves estaban previstos los cierres de campaña de las principales fuerzas políticas, pero todos los precandidatos a presidente cancelaron sus actos electorales por lo ocurrido. Esta tarde, la muerte de un manifestante en el Obelisco tensó aún más el clima preelectoral.

El miércoles, poco antes de las siete y media de la mañana, dos ladrones se lanzaron sobre Morena para arrebatarle la mochila que cargaba camino a su escuela primaria en Lanús, un municipio bonaerense pegado a la capital argentina. En el forcejeo, los agresores la empujaron al suelo y huyeron en moto. Morena falleció poco después, ya en el hospital, por el golpe recibido.

Este jueves, una multitud se congregó a las puertas de la vivienda familiar para despedir a la menor y acompañar al padre, Hugo Domínguez, a los abuelos y hermanos. Después, decenas de personas marcharon tras el cortejo fúnebre hacia el cementerio entre abrazos, llantos y aplausos.

Lanús tiene casi medio millón de habitantes y está gobernado por la coalición opositora Juntos por el Cambio. La provincia, en cambio, está en manos del kirchnerista Axel Kicillof. Tras la muerte de Morena, las críticas no distinguieron pertenencia partidaria. Al alcalde, Néstor Grindetti, los vecinos le echaron en cara haber descuidado el municipio para presidir el club de fútbol Independiente y hacer campaña por la gobernación bonaerense. Al secretario de seguridad de Kicillof, Sergio Berni, lo criticaron por no garantizar la seguridad ciudadana.

Complicidad policial

Los habitantes de Villa Diamante, el barrio de Morena, revelaron ante las cámaras la la violencia cotidiana que padecen. Una maestra contó que la habían asaltado en la zona días antes. Una madre agregó que a ella también. Era una “tragedia anunciada”, repitieron varios entrevistados. Los vecinos denunciaron el abandono estatal y la complicidad de las fuerzas de seguridad con unos ladrones que todos parecían conocer. Dieron con ellos en cuestión de horas. Los sospechosos son dos hermanos de 25 y 28 años con antecedentes penales. Están detenidos, acusados del delito de homicidio en ocasión de robo.

El crimen ha frenado en seco una campaña electoral monopolizada por la economía. Las discusiones han virado de golpe hacia la inseguridad. La precandidata presidencial que más ha apostado al mensaje de mano dura contra la delincuencia es Patricia Bullrich. La exministra de Seguridad de Mauricio Macri (2015-2019) podría sumar votos de personas indignadas con el ataque a Morena, pero también perderlos si los habitantes de la provincia de Buenos Aires deciden dar la espalda a Grindetti, su candidato a gobernador. En ese último caso, podría beneficiar al precandidato que está en la extrema derecha del espectro político argentino, el economista ultraliberal Javier Milei. Por carambola, saldría entonces reforzado el rival de Bullrich en la interna de JxC, Horacio Rodríguez Larreta.

Los sondeos han mostrado siempre a Bullrich por delante de Larreta, pero la distancia se ha acortado en las últimas semanas. Entre ambos sumarían uno de cada tres votos, según las encuestas, un porcentaje algo superior al que atribuyen al total de la alianza peronista, escindida en primarias entre el ministro de Economía Sergio Massa y el dirigente social Juan Grabois.

A la definición de última hora de los indecisos se le suma la incógnita de la repercusión que tendrá este hecho de inseguridad en la provincia más poblada de Argentina, donde se emiten cuatro de cada diez votos. No se sabe tampoco si disminuirá o aumentará la abstención, que se ha acercado al 30% en las elecciones provinciales celebradas este 2023 aunque el voto es obligatorio.

Desde hace más de una década, los sucesivos gobiernos no han sabido dar respuesta a las demandas ciudadanas. Los argentinos han visto cómo sus sueldos se adelgazaban cada vez más rápido frente a una inflación voraz, que es hoy del 115,6%, récord en 30 años. La pérdida de capacidad adquisitiva es la punta del iceberg del deterioro socioeconómico. Muchos suman trabajos (cada vez más precarizados) y ni así les alcanza para llegar a fin de mes. Viajan peor. La educación infantil es peor. Incluso muchas familias comen peor. El miedo a que los hijos sean asaltados camino a la escuela primaria es un nuevo límite roto. De ese cóctel de bronca e impotencia bebe Milei, a quien las encuestas le auguran cerca del 20% de los votos.

Este viernes comienza la veda electoral y el domingo se vota. Preguntados por el posible impacto de la muerte violenta de Morena los políticos piden esperar. Por lo bajo, algunos referentes creen que aumentará la abstención y otros que beneficiará a Bullrich o Milei. Ha sido un duro golpe en el ánimo social. El domingo se verá cómo se traduce en las urnas.

Un muerto en el Obelisco

El clima enrarecido de este jueves se ensombreció aún más a última hora de la tarde con la muerte de un manifestante en el Obelisco de Buenos Aires. El fallecido fue identificado por sus compañeros como Facundo Morales, de 47 años. El Gobierno porteño informó a través de un comunicado que la causa de su muerte fue “un paro cardíaco producto de factores de riesgo”. Para sus compañeros, por el contrario, su muerte está vinculada a la represión policial.

En imágenes difundidas en medios locales, se ve a Morales tendido en el suelo entre agentes antidisturbios mientras otros manifestantes gritan que le está dando un infarto y piden una ambulancia. Los intentos por reanimarlo in situ fracasaron y fue trasladado a un hospital público, donde llegó ya sin vida.

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