Áreas Liberadas, el programa que ha retirado 90.000 toneladas de basura de Montevideo
“La gente en los barrios se ha plegado a la recuperación ambiental”, dice la alcaldesa de la capital uruguaya. El plan ha limpiado el equivalente a 99 canchas de fútbol de residuos
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El uruguayo Yamandú López es un entusiasta observador de las aves que visitan el lago de Bajo Valencia, un barrio situado en el oeste de Montevideo, Uruguay. “Hay 11 especies que eligen convivir con nosotros en algún momento del año”, explica. La garza mora, el cisne de cuello negro y el pato colorado, cuenta, sorprenden a los vecinos con frecuencia. El lago está precedido por una extensa cañada que atraviesa esta comunidad surgida a partir de asentamientos informales. “Cuando éramos chicos, acá jugábamos, nos bañábamos y pescábamos”, recuerda López, de 40 años, señalando un recodo formado por el curso del agua. Pero, con el paso del tiempo, eso cambió radicalmente. “Se convirtió en el basurero del barrio, por la irresponsabilidad del ser humano”, agrega. Fue el destino de residuos orgánicos, muebles rotos y esqueletos de autos robados. López se detiene frente al canal, que ahora se ve despejado tras la puesta en marcha de un programa del Gobierno municipal con la comunidad. “La única forma de que esto perdure es que los vecinos estemos involucrados”, pronostica.
En Bajo Valencia, el barrio de López, el municipio de Montevideo retiró alrededor 150.000 kilos de basura en el marco del programa Áreas Liberadas, que se propone erradicar los basurales asociados a los múltiples cursos de agua que como venas atraviesan el departamento. De acuerdo con el registro oficial de la alcaldía, en todo Montevideo se recogieron en total 92.300 toneladas de residuos en 760 basurales informales, ubicados en predios públicos y privados, a lo largo de 19 meses.
Esas toneladas ocuparían, calcula el municipio, 99 canchas de fútbol. “La tónica de este proyecto es volver, siempre volver. No es cuestión de limpiar, decir ‘ahora cuídenlo’ y marcharse”, señala Carolina Cosse, alcaldesa de Montevideo. En conversación con América Futura, Cosse explica que han llegado a retirar de un solo lugar hasta 2.500 toneladas de basura, con máquinas y personal de la comuna, pero también con la colaboración de los vecinos. En el caso de Bajo Valencia, el proyecto estuvo precedido por reuniones con la comunidad y sigue con talleres de educación ambiental. Implicó la limpieza del canal, que se repite cada jueves, además de modificar la recolección de la basura en la zona.
“La gente en los barrios se ha plegado a la recuperación ambiental de su lugar”, dice Cosse. Destaca que Montevideo Más Verde, estrategia insignia de su gestión, busca abordar las cuestiones ambientales de manera “armónica” y “simultánea”. En ese sentido, explica, la erradicación de los basurales supone trabajar sobre sus causas con varias áreas del Ayuntamiento, como sanidad y convivencia, además de la encargada de limpieza y gestión de residuos. “Introdujimos cambios normativos y mayor fiscalización”, apunta. Sobre esto último, la alcaldesa asegura que su Gobierno ha multado a varias empresas por haber contribuido a la acumulación de residuos donde está prohibido para evitar pagar los costos del envío a la planta de disposición final de Montevideo. “Eso está cambiando”, sostiene. Hasta el momento, la comuna ha intervenido en 760 de los 779 sitios identificados con basurales de diferente porte. Buena parte de ellos se encuentran en zonas donde viven los sectores más vulnerables de la población, que a la luz de los datos fueron relegadas por gestiones anteriores del Frente Amplio, coalición progresista a la que pertenece Cosse y gobierna la capital desde 1990.
En el marco del programa Áreas Liberadas, la comuna identifica desde el aire, a través de drones, la presencia de basurales en predios privados. Notifica del hecho a su propietario y lo intima a retirarlo so pena de ser multado. Le ocurrió a Eduardo Vega, leñador de 58 años, que se llevó “un susto grande” cuando vio llegar al personal de la comuna a su casa del barrio Pajas Blancas, en el oeste de Montevideo. Vega explica que había acumulado basura durante más de 10 años, recogida por él mismo en comercios de la ciudad para alimentar a sus cerdos. El municipio lo detectó vía área, lo visitó y llegaron a un acuerdo. “Me dieron un mes y saqué basura casi todos los días, cerca de 40.000 kilos”, relata en una pausa de su faena. Vega se libró de pagar la multa, aunque reconoce que lo mejor ha sido el cambio en su entorno. “Sigo criando los chanchos [cerdos] pero ahora está todo más prolijo. Donde había basura ahora hay pasto”, sostiene. Después de su experiencia, varios vecinos de Vega se sumaron a la retirada de basura de sus predios y coordinan con la alcaldía su mantenimiento.
El compromiso político y la educación ambiental
Para Rocío Guevara, máster en Ciencias Ambientales, Uruguay necesita poner en práctica políticas ambientales que apuntalen la educación de la ciudadanía en este ámbito. “La clave está en la educación ambiental sostenida en el tiempo”, dice Guevara. En ese sentido, considera que tanto la alcaldía de Montevideo como el Gobierno nacional han tenido altibajos. “Tienen áreas muy acotadas de educación ambiental, con pocas personas y bajo presupuesto como para llevar adelante acciones que realmente impacten en la ciudadanía”, afirma. Por otro lado, reconoce que el país ha avanzado y tiende a la valorización de los residuos, como quedó plasmado en la Ley de Gestión Integral de Residuos de 2019, que aún está en proceso de reglamentación. Sus años de experiencia le dicen, además, que el cambio solo será posible si la ciudadanía se siente parte de estos desafíos ambientales y si existe una fiscalización eficaz de la gestión de los residuos. “Es una cuestión de decisión política, clara y de largo plazo”, remarca Guevara, que forma parte de la Red Temática de Medio Ambiente de la Universidad de la República.
A partir de la estrategia Montevideo Más Verde, desde la alcaldía sostienen que el departamento capitalino está atravesando un cambio cultural en materia ambiental. En lo que va de 2023, ejemplifican, la comuna atendió casi 373.000 reclamos de la ciudadanía vía WhatsApp relacionados con los residuos. Ese sistema permite denunciar la existencia de basura fuera de los contenedores, explican, que es recogida por 174 motocarros conducidos por antiguos hurgadores que trabajan formalmente en el reciclaje de residuos. “El equipo de Áreas Liberadas se reúne cada viernes y visita los lugares dos veces por semana. La respuesta en los barrios ha sido excelente, por eso creo que este proyecto nos permite unir a los vecinos de Montevideo”, explica Cosse. Según un monitoreo de Equipos Consultores, el funcionamiento global de la alcaldía tiene una aprobación del 48% (junio de 2023); la recolección de residuos es valorada positivamente por el 43%, 28% tiene una postura neutral, mientras que el 28% opina negativamente.
Casi un año después de que retiraran 150.000 kilos de basura, los vecinos de Bajo Valencia están preparando la colocación de biobardas o barreras confeccionadas con botellas, dice Yamandú López, para la retención de residuos livianos en el curso de agua que desemboca en el lago. Plantaron árboles a los bordes del canal y aspiran a que ese hábitat sea disfrutado por los vecinos de toda la ciudad: “Nuestro espacio es un pulmón de Montevideo, por eso soñamos con que se transforme en un parque ecológico. Queremos que nuestro barrio sea un ejemplo de respeto a la naturaleza”.
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