Henry Arteaga, el Jeque de la música

Creó una agrupación de hip hop que se volvió el corazón de un proyecto cultural y educativo que ha revolucionado la Medellín marginal. Su academia es hoy una de las canteras de talentos deportivos y musicales más respetadas de Colombia

Henry Arteaga, el jeque de la música
Henry Arteaga, el 'jeque' de la música. Fotografía: Santiago Serna.Santiago Serna

Una noche, casi a punto de terminar el milenio pasado, y muchos años antes de que alguien decidiera bautizarlo como El Jeque, Henry Arteaga decidió hacer una pausa en medio de la fiesta. Era su cumpleaños 20 y, alejado de los altoparlantes y la algarabía, se entregó por un momento a la gran pregunta: “¿Qué hacer con mi vida?”, recuerda con voz firme, al otro lado de la pantalla.

Mientras contesta la entrevista, Henry –hoy JKE, léase Jeque– se toma un descanso en una esquina del barrio Aranjuez de Medellín, conocida en la zona con el nombre del colectivo artístico que él decidió fundar aquel 12 de noviembre de 1999: el parque de los Crew Peligrosos, donde justo andan grabando un documental sobre los primeros 24 años de su odisea cultural.

“Ese día decidí que iba a empezar a bailar break. Que iba a viajar por el mundo, a pertenecer al movimiento hip hop. Decreté muchas cosas que logré”, dice, y gira el celular para mostrar el ambiente del rodaje: el parque es una plazoleta de cemento en el ángulo que forman dos paredes recubiertas de grafitis, en plena Comuna 4, al nororiente de Medellín. Como tantos, este paisaje de casas de ladrillo en las laderas de la ciudad ha sido el escenario de un pulso entre los espejismos de la ilegalidad y la batalla por una vida digna.

JKE acerca la cámara hacia una chica que baila frente a una mesa, en el centro del parque. Se ven dos tornamesas que giran y equipos de audio profesional. La chica saluda. Su nombre es Valentina y tiene 15 años. “Llegó cuando tenía nueve y ahora es un bólido”, dice con orgullo el líder de Los Crew. “Es de las DJs más tesas y la idea es proyectarla a los campeonatos mundiales”.

Valentina es uno de los cerca de 300 alumnos activos de 4 Eskuela, la academia de hip hop fundada por los Crew, cuya historia y egresados le dan la vuelta al mundo. Operan en las tardes cuando los salones de la Escuela Tomás Carrasquilla se quedan vacíos. Esas aulas se han convertido en una de las canteras de talentos más prolíficas de la ciudad: DJ Tornall –nominado a Mejor DJ en los Premios Heat y a DJ del año en los Premios Lo Nuestro, en 2023– y Luma –medalla de plata en los Panamericanos de breaking en Chile y a pocos puntos de clasificar a los Olímpicos de París 2024– son sólo dos entre las decenas de artistas y atletas que se han abierto camino gracias a esta escuela excepcional.

Los logros del proyecto Crew Peligrosos cubren todo tipo de frentes: como grupo musical han sido Mejor Banda Hip-Hop en los Premios Shock (2013) y Canción del Año en la emisora pública Radiónica, con su manifiesto biográfico Medayork (2012). Hicieron historia en el Teatro Colón de Bogotá al ejecutar su música y bailes junto a la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia (2014), con la dirección de Juancho Valencia (de Puerto Candelaria). Y en 2017 repitieron con Marcapasos, un sorprendente ballet hip hop.

Para conectar al barrio con el mundo crearon el festival Hip-4, que ajusta 17 versiones. Con Medayork Records, su sello discográfico, impulsan el trabajo de su tribu creativa. Y tienen también su propia marca de ropa y accesorios, con mensajes de resistencia y orgullo local.

Han trabajado con gobiernos locales en mesas de diálogo y planes de cultura, con cajas de compensación en plataformas para la industria creativa, con empresas y marcas que se conectan con su misión (JKE es imagen de Nike en Colombia) y ofrecen apoyo a otros proyectos creativos, muchos de los cuales se han inspirado en su historia para emprender la propia.

El equipo base, con el que planean y coordinan cada frente de acción, son unas 10 personas: P Flavor, Pac Dunga, Hunter, Lethal Flavor y Rat Race son los pilares del proyecto musical y los más visibles. Pero al frente está JKE, que aunque le rehúye al brillo y a la palabra “líder”, en 2017 recibió el premio Womex –de la Worldwide Music Expo– en la categoría Excelencia Profesional, por ser un “extraordinario ejemplo del poder y la fuerza de independencia que constituye la música en la sociedad”.

“Lo único que sé es que me divierto con lo que hago y trato de hacer que las cosas sucedan”, dice. “Si usted trabaja con comunidades, y lo hace con esfuerzo, disciplina y constancia, puede lograr lo que sea de una manera muy contundente”.

Su nombre artístico se lo estampó un tal Atomic Rock, “que dizque porque los jeques hacen cosas imposibles”, cuenta, casi incrédulo.

Pero, ¿alguien lo quisiera contradecir?

Juan Miguel Villegas es comunicador social, periodista y editor.

Apoyan Ecopetrol, Movistar y Fundación Corona.

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