Gabinete TV: Petro insiste en las ventajas de una estrategia de comunicación que desfiguró su Gobierno

Gustavo Petro no parece ver un problema, sino una oportunidad, en televisar sus consejos de ministros, la reunión que solía ocurrir a puerta cerrada semanalmente sin celulares en el salón. Ahora sus funcionarios tendrán que tolerar una cámara en la sala. “Los consejos de ministros serán televisados todos, algunos en cadena otros por TV pública”, anunció el presidente el miércoles en X. El día anterior transmitió en vivo el primer evento. Ante miles de ciudadanos, señaló a sus ministros, uno a uno, de incumplir con las promesas de su proyecto, e incluso recriminó a quienes llegaron tarde. Aunque recibió críticas por la transmisión, tanto dentro como fuera del gabinete, y lo ocurrido dejó a su Gobierno en crisis, Petro insiste. Con su decisión de repetir la difusión cada semana, arranca un experimento de comunicación que, si bien hace eco al Aló Presidente de Hugo Chávez o a los consejos comunitarios de Álvaro Uribe, no es del todo lo uno ni lo otro. El reality del gabinete de Petro tiene su propio tono.

El presidente ha dicho en X que su objetivo, inspirado en el régimen de Cuba, es que los ciudadanos puedan sentirse informados sobre el gabinete sin intermediarios, como son los medios privados. Conocido como comunicador carismático y hábil desde que fue senador, considera una prioridad poder controlar el relato de su Administración. Por eso prefiere comunicar decisiones sensibles por X o nombrar a un buen amigo a la gerencia de la empresa de medios públicos, RTVC, para asegurar una línea editorial gobiernista. Televisar la reunión de los ministros es inédito, pero no sorprendente para un presidente que prefiere la comunicación sin filtros.

“Esto no es un escenario que desfigura del todo a Petro”, dice Juan Abel Gutiérrez, estratega político. “Él es desafiante de las formas que existen, como existen, y si el Consejo de Ministros era cerrado, el desafío para él es romper la prudencia de esos espacios, con la lógica de que se necesita transparencia. Se acentúa la forma en la que Petro se ha comunicado siempre”.

Pero el martes, en el repentino estreno de esta estrategia, el relato se le salió de las manos a Petro. Varios de sus ministros, menos obedientes que los de Uribe o Chávez, aprovecharon las cámaras para exponer sus críticas internas, incluso señalando al presidente de dejarse chantajear. “Estoy preocupada de que llegue gente con chantajes para socavar un sueño”, dijo molesta la vicepresidenta Francia Márquez ante la llegada del Armando Benedetti a la Casa de Nariño, un político tradicional que ha dicho, en audios filtrados, tener más información de la que al presidente le gustaría revelar. El efecto ha sido dejar un Gobierno debilitado y en crisis política.

Por eso, para el analista Carlos Andrés Arias, profesor de comunicación política en la Universidad Javeriana, el presidente ya fracasó en su experimento. “Tuvo el objetivo de presentar al país un ejercicio que dejara ver que está preocupado por la gestión de su Gobierno, pero no dimensiona el escenario que propició y alimentó”, dice. “Las personas que asesoraron, aprobaron o secundaron su idea no solamente cometieron un error, si no que le hicieron un daño brutal a su proyecto político, la imagen y reputación del Gobierno”.

Una enorme diferencia con Aló Presidente y con los consejos comunitarios es que Chávez o Uribe nunca perdieron el control del relato en sus eventos televisados. “Tenían un mensaje de Gobierno y un libreto unificado, que incluía los regaños y las respuestas a los regaños”, dice Angie González, profesora de comunicación política en la Universidad Externado. “Acá todo parecía improvisado, sin un mensaje unificado”, añade.

Aun así, para Gutiérrez no todo es un fracaso para el presidente. “Si el objetivo de Petro era que lo que discute el Gobierno tenga mayor alcance, pues se cumplió: hay gente que no estaba enterada que había un Consejo de Ministros, ya se enteró por los videos cortos en redes sociales, por los memes, por el rap”, añade González. “Si el objetivo era posicionar la agenda de Gobierno, creo que se logró también, porque pasamos de hablar de la entrevista de Vicky Dávila, de los posibles candidatos de la derecha o de Trump, a volver a hablar de Petro, quien logró recuperar la atención”, añade. El presidente se tomó por asalto las miradas: este martes la trasmisión del Consejo de Ministros tuvo un rating tan alto en la noche que superó al reality La Casa de Los Famosos.

“Yo no había visto una trasmisión digital de ese calibre, que en twitter hubiera 600.000 personas viendo en vivo al gabinete”, retoma Juan Abel Gutiérrez. “Lo que queda es una oportunidad. Petro construyó rápidamente una audiencia, la pregunta es cómo la maneja en adelante ¿El próximo consejo es un acto de perdón público? ¿Algunos ministros harán un acto de confianza frente al Pacto Histórico? No van a ser emisiones tan divertidas como la primera, pero ya Petro colonizó un espacio”.

Otra gran diferencia con los eventos que hacían Uribe y Chávez tiene que ver con el público: los dos expresidentes tenían ciudadanos en la audiencia, mientras que el Consejo de Ministros se dio alrededor de una mesa, con los ciudadanos distantes, mirando desde sus celulares. “Ahora la ciudadanía está más involucrada en las redes, donde puede compartir videos cortos del Consejo de Ministros en infinito”, explica González. “Yo creo que en el Gobierno están entendiendo que, en términos de comunicación, más que mostrar resultados, lo que les importa es copar la agenda: tener siempre algo que decir. Es una lógica que entiende la inmediatez, las cápsulas digeribles”.

Ángel Becassino, otro experto en comunicación política, dijo en Hora 20 esta semana algo parecido. Considera que Petro sí logró enviar el mensaje de que no le teme a la transparencia. “En un mundo que valora lo que se convierte en vibrante, que es el mundo de las redes sociales, el mundo de la comunicación digital, [Petro] captura la atención, la sostiene todo el día, y anuncia la posibilidad de que este espectáculo sigue”, dice. Y si bien no controló del todo el relato, sí lo hizo con un punto importante: si hay una debilidad en el Gobierno, no es suya sino del gabinete, y por eso necesita un nuevo equipo para convertir su visión en realidad. En la Casa de los Famosos que se mudó a la Casa de Nariño, ya dos protagonistas se han ido, pero más de uno está amenazado por convivencia.