El Banco Mundial revela que uno de cada cinco afrodescendientes en América Latina abandona la escuela antes de completar la primaria
Un informe recién publicado por esa organización muestra una grave disparidad en los ámbitos escolares para la niñez y juventud afro en la región
Hace cinco años el Banco Mundial publicó el informe Afrodescendientes en América Latina: hacia un marco de inclusión, que evidenció el componente étnico y racial que tienen la pobreza y la desigualdad en la región. En la misma línea, este martes la organización publicó un nuevo reporte sobre el racismo, esta vez en la educación de niños y jóvenes. Inclusión afrodescendiente en la educación: una agenda antirracista para América Latina muestra que los 34 millones de niños y jóvenes afro tienen menos oportunidades académicas, reciben una educación de menor calidad y tienen más probabilidades de deserción escolar que el resto de los latinoamericanos.
De acuerdo con el reporte, casi uno de cada cinco niños afro abandona el sistema educativo antes de llegar a la educación secundaria, el doble del promedio latinoamericano. Y solo dos tercios de los jóvenes afro que comienzan la educación secundaria logran culminarla, en comparación con tres cuartos de las personas blancas.
Muchas de estas dificultades radican en el acceso limitado a las tecnologías digitales. El acceso a computadoras por parte de los afrodescendientes es bajo en todos los países de la zona. En países como Perú y Colombia, solo uno de cada seis tiene computadora en su casa, la mitad de la proporción de los no racializados (lo que ya es un porcentaje bajo). Además, los niños y jóvenes afro que logran continuar en la escuela asisten en general a centros educativos con instalaciones deficientes, baja calidad de educación o con docentes sobrecargados o sin altas cualificaciones, lo que tiene un impacto negativo en su educación.
A estos escollos se suma la escasa representación de afros en posiciones de toma de decisiones o de liderazgo y su sobrerrepresentación en los contextos de pobreza, pues representan alrededor de la mitad de quienes viven en extrema pobreza en Latinoamérica cuando son apenas una cuarta parte del total de la población de región. Para el Banco Mundial, la ausencia de representación positiva podría estar relacionada, junto a otros factores, a las altas tasas de deserción escolar, lo que a su vez ha redundado en que sean pocas las personas afrodescendientes que asumen roles dentro del sector educativo.
El panorama desalentador para los afro se extiende luego del bachillerato: a pesar de representar un cuarto de la población de la región con 25 o más años de edad, representan solo el 12% de quienes logran un título de posgrado. Y en el mercado laboral las barreras permanecen: los afro suelen devengar salarios menores que el promedio, así tengan igual formación y experiencias. La situación es incluso peor para las mujeres afro, ya que según el informe ganan menos que las mujeres blancas y que los hombres afro, así tengan un mayor nivel educativo.
La importancia de avanzar hacía la educación etnorracial
Bajo la premisa de que “la educación es la principal herramienta que tienen los hogares afrodescendientes para salir de la pobreza”, la organización multinacional incluye una serie de propuestas políticas, recomendaciones y una caja de herramientas para aplicarlas. Entre estas se aconseja la integración de la cultura e historia africana y afrodescendiente en los currículos, una medida que ya ha sido implementada gradualmente en países como Brasil y en algunas ciudades de Colombia.
Entre las disposiciones se sugiere formar a los docentes y directivos en inclusión etnorracial, lo que de acuerdo con la investigación ha sido uno de los grandes retos, pues las directivas no suelen considerarlo importante. El Banco Mundial también consigna conclusiones y reflexiones para la lucha contra la discriminación, como propender por políticas etnorraciales con metas, presupuestos y financiamiento claros, o diseñar textos escolares racialmente inclusivos y que enfrenten los discursos discriminatorios. Las conclusiones del Banco apuntan a retos estructurales. Plantean que es necesario que los Gobiernos atiendan las disparidades socioeconómicas que afectan a la población afrodescendiente: a pesar de que en las dos últimas décadas se han dado pasos en la promoción de una agenda legal antirracista en la región, aún hay grandes desafíos que requieren compromiso de todos los actores de la sociedad.
“La educación es la principal herramienta que tienen los hogares afrodescendientes para salir de la pobreza. Aprovechar el potencial de la educación depende de que los países eliminen las barreras que alejan a los niños, niñas y jóvenes afrodescendientes de la escuela. Un paso crucial para avanzar en la inclusión en la educación es reconocer y abordar los factores que causan y perpetúan la exclusión”, concluye la investigación.
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