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Carlsen firma dos decepcionantes tablas con Ding en la ronda inicial

Todas las partidas, de hombres y mujeres, terminan en empates y se deciden en la ‘muerte súbita’

Ding y Carlsen, durante su partida de la primera ronda
Ding y Carlsen, durante su partida de la primera rondaStev Bonhage
Leontxo García

Los organizadores de Stavanger (Noruega) acertaron de pleno en 2019 cuando decidieron distinguir al torneo Norway Chess con una muerte súbita en caso de tablas en la partida lenta. Ello hizo que la ronda inaugural de su duodécima edición tuviera momentos de interés y emoción a pesar de los aburridos y decepcionantes empates entre el campeón del mundo, el chino Liren Ding, y el número uno, el noruego Magnus Carlsen. La novedad de este año es que el torneo femenino tiene la misma bolsa de premios que el absoluto (unos 150.000 euros) a pesar de que ninguna de las seis participantes está entre los 400 mejores del mundo.

Carlsen, vencedor de sus últimos ocho torneos presenciales, (sin contar los de internet) disfruta de un momento muy dulce en su vida: hace una semana, en el torneo de Casablanca, se mostró en público muy cariñoso con su novia, Ella Victoria Malone (noruega de 25 años; él tiene 33). Y ha cambiado una costumbre, no levantarse jamás antes del mediodía, que parecía inamovible por su convicción de que átomo de energía que gaste por la mañana puede ser necesario durante la partida. Ahora prefiere jugar al golf, lo que le obliga a madrugar.

De ahí lo insólito de la escena en el desayuno anterior a una partida de tan altos vuelos: mientras Ding, uno de los poquísimos ajedrecistas que se levantan pronto, compartía mesa desde las 09.00 con su madre, Carlsen y Malone aparecieron a las 09.30 con gran sorpresa de los asiduos a los torneos de élite. Resulta que ahora el escandinavo sigue el consejo del patriarca del ajedrez soviético, Mijaíl Botvínik (1911-1995), multicampeón del mundo entre 1948-1963, quien aconsejaba con fervor largos paseos matutinos en los días de partida.

Cuando, a las 17.00, la árbitro principal, Anastasia Sorókina, ordenó poner los relojes en marcha, pasaron más cosas raras. Tras realizar su tercer movimiento, Carlsen abandonó el escenario. La interpretación más lógica de una conducta tan inusual es un apretón intestinal acaecido justo en ese momento, tras más de media hora de teórica relajación después de la ceremonia inaugural (a la que el noruego llegó tarde, justo cuando el presentador empezaba a llamar a los jugadores para que posaran). Pero, dado que en los camerinos hay pantallas de televisión donde los jugadores pueden seguir las partidas en directo, es más probable que el número uno prefiriese elegir su variante de apertura cómodamente en soledad, en lugar de estar sentado frente a su rival y ante los reporteros gráficos, lo que es una clara falta de profesionalidad, dado que camarógrafos y fotógrafos (excepto los oficiales de la organización) sólo disponen de cinco minutos para realizar su trabajo.

Más sucesos inesperados. Carlsen volvió, por fin, doce minutos después. Y al cabo de media hora se firmó el empate por triple repetición de jugadas tras sólo catorce lances; el mismo desenlace de otra partida entre ambos, correspondiente al torneo rápido por internet Goldmoney Asia, en 2021. Conviene recordar en este punto lo que el escandinavo dijo a EL PAÍS en diciembre de 2019 durante el torneo Clásico de Londres: “De todos mis posibles rivales en los próximos duelos por el título, Ding es el que más temo”. Esa opinión cambió pronto porque la pandemia fue especialmente dañina para Ding, quien no ha vuelto a jugar tan bien como entonces a pesar de lograr el título mundial, en 2023, tras la renuncia de Carlsen. Pero este le sigue profesando un respeto especial: se han enfrentado doce veces en la modalidad clásica (lenta) con una victoria del noruego y doce empates (incluido el de este lunes).

El Norway Chess se distingue de los demás torneos de élite por el sistema Armagedón: cada partida que termina en tablas es seguida por otra de desempate: 10 minutos para las piezas blancas y 7 para las negras; en caso de nuevo empate, gana el jugador de las negras. La victoria en la partida lenta da 3 puntos (cero para el perdedor); en Armagedón, 1,5 (1 para el perdedor). Por tanto, Carlsen, quien encabeza la lista mundial en todas las modalidades, no le hizo ascos al empate en la partida lenta porque piensa que la baja forma de Ding tras un año con serios problemas para dormir debe notarse aún más a ritmo muy rápido, por pérdida de reflejos.

Carlsen tenía razón, para desgracia de los aficionados conectados por internet desde todo el mundo: en lugar de un espectáculo electrizante, como cabe esperar de un Armagedón entre el campeón del mundo y el número uno, el desempate fue muy aburrido. Ding estaba lento, en efecto, y se comió enseguida sus tres minutos de ventaja; luego intentó forzar una posición de tablas, y quedó peor. Carlsen ofreció el empate que le convertía en ganador para redondear un enfrentamiento tan esperado como decepcionante.

De abajo arriba: Ding, Praggnanandhaa, Firouzja, Caruana, Nakamura y Carlsen; Ju, Lei, Koneru, A. Muzychuk, Vaishali y Cramling.
De abajo arriba: Ding, Praggnanandhaa, Firouzja, Caruana, Nakamura y Carlsen; Ju, Lei, Koneru, A. Muzychuk, Vaishali y Cramling.Stev Bonhage

Por fortuna, hubo luchas de gran interés en la primera ronda. Especialmente la de los estadounidenses Fabiano Caruana y Hikaru Nakamura, 2º y 3º del mundo, respectivamente, cuya partida lenta terminó en un vibrante empate después de 30 movimientos, por lo que pasó y por lo que pudo haber pasado. Luego Nakamura supo nadar y guardar la ropa con las piezas negras en el Armagedón, hasta que Caruana forzó y perdió.

El duelo entre dos jóvenes prodigios, el indio Rameshbabu Praggnanandhaa y el francés de origen iraní Alireza Firouzja, fue mucho menos trepidante hasta que se firmaron las tablas. El indio se impuso en el desempate.

El inicio del torneo femenino sirvió para admirar de nuevo a la sueca Pía Cramling, un prodigio de longevidad deportiva: a los 61 años es la 28ª del mundo, y a punto estuvo de subir unos cuantos puestos porque logró una posición ganadora frente a la india Humpy Koneru, 5ª, quien logró enredar la posición para arrancar el empate. La muerte súbita también terminó en tablas.

Resultados (1ª ronda).-

En el Norway Chess, cada partida que termina en tablas es seguida de inmediato (menos de 20 minutos) por una Armagedón, con 10 minutos para las piezas blancas y 7 para las negras; en caso de nuevo empate, gana el jugador de las negras. La victoria en la partida lenta da 3 puntos (cero para el perdedor); en Armagedón, 1,5 (1 para el perdedor).

Ding – Carlsen, tablas, tablas; Praggnanandhaa – Firouzja, tablas, 1-0; Caruana – Nakamura, tablas, 0-1.

Torneo femenino: Ju – Vaishali, tablas, tablas; A. Muzychuk – Lei, tablas, 0-1; Cramling – Koneru, tablas, tablas.

Clasificaciones.-

1º-3º Carlsen, Nakamura y Praggnanandhaa 1,5 puntos; 4º-6º Ding, Caruana y Firouzja 1.

Torneo femenino: 1ª-3ª Vaishali, Lei y Koneru 1,5 puntos; 4ª-6ª Ju, A. Muzychuk y Cramling 1.

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Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).
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