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La cuarentena por el ébola sume a Liberia en el caos

Dos barrios permanecen en bloqueados a causa del brote; cuatro residentes están heridos

José Naranjo
Un soldado se enfrenta a un residente del West Point.
Un soldado se enfrenta a un residente del West Point.John Moore (Getty Images)

Las extraordinarias medidas que están imponiendo los países afectados por la epidemia de ébola que ya se ha cobrado 1.350 víctimas mortales están generando los primeros problemas de seguridad ciudadana. Este miércoles, las calles de Monrovia, la capital de Liberia, fueron el escenario de enfrentamientos cuando decenas de ciudadanos de West Point, barrio en torno al cual se ha decretado una cuarentena sanitaria, comenzaron a arrojar piedras a la policía, que respondió con gases lacrimógenos para dispersar a la multitud. Al menos cuatro personas resultaron heridas, según AFP.

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Los vecinos estaban muy enfadados porque se encontraron, por la mañana, todos los accesos bloqueados con barricadas levantadas por la policía con muebles y alambres de espino, lo que les impedía ir a trabajar o a comprar al mercado. “Simplemente nos lo encontramos esta mañana. Salimos y no podíamos ir a ninguna parte”, dijo Alpha Barry, de 45 años. “No tengo comida y estamos asustados”, añadió este guineano residente en Liberia, padre de cuatro hijos.

Este barrio, uno de los más populares y humildes de la capital liberiana, con unos 75.000 habitantes, ya fue el escenario el pasado fin de semana de un ataque a un centro provisional de aislamiento protagonizado por residentes que se oponían a la presencia de enfermos de ébola en la zona. En dicho ataque se escapó una veintena de enfermos que, según las autoridades liberianas, ya han sido localizados y vueltos a aislar. La presidenta liberiana Ellen Johnson-Sirleaf ha decretado un toque de queda nocturno, entre las 21.00 y las 6.00, para evitar nuevos incidentes. Además, se ha ordenado el cierre de todos los centros y establecimientos de ocio del país.

“No hemos sido capaces de controlar la propagación del virus debido a la resistencia por parte de los ciudadanos, a las prácticas culturales en los entierros y al desprecio a los consejos del personal sanitario y a las advertencias del Gobierno”, ha asegurado Johnson-Sirleaf en un comunicado en el que anunció, además, la cuarentena en torno a dos barrios, West Point y Dolo Town, en Margibi.

Mientras tanto, en Sierra Leona también aumenta el malestar ciudadano. Adama Ba, un empresario que regenta un hotel en Freetown, aseguraba por teléfono a EL PAÍS que ya está notando “un aumento de los precios en la calle”. “Como esto siga así se va a producir un levantamiento popular”, dijo. La población se enfrenta además a otro problema. Muchas personas enfermas de cualquier dolencia no tienen a donde ir. “Los centros de salud se están quedando vacíos, el personal sanitario no acude a trabajar”, añadió En este contexto, cada vez más ciudadanos extranjeros están dejando el país. La Embajada de Canadá se ha sumado a otras legaciones que recomiendan a sus ciudadanos abandonar Sierra Leona.

Fuerzas de seguridad bloquean el barrio de West Point, en Monrovia.
Fuerzas de seguridad bloquean el barrio de West Point, en Monrovia.Abbas Dulleh (AP)

En otro de los países afectados, Nigeria, la conmoción ha venido por el quinto fallecimiento por ébola. Se trata de la doctora Stella Ameyo Adadevoh, quien, al igual que ocurriera con el doctor Umar Khan en Sierra Leona, ya es considerada una heroína en su país. Según han publicado los medios locales, Adadevoh se contagió de ébola cuando atendió, junto a su equipo, al primer enfermo de ébola en este país, el liberiano-estadounidense Patrick Sawyer.

“Ella misma, con la ayuda de la enfermera Justina Obi Ejelonu, retuvo a Sawyer en el hospital de Lagos cuando este intentó quitarse el gotero y levantarse de la cama. La acción de Adadevoh probablemente salvó muchas vidas en Nigeria, porque si el paciente hubiera logrado salir del hospital hubiera entrado en contacto con muchísimas personas”, asegura el periódico nigeriano Vanguard. Ella fue la primera persona oficialmente contagiada de ébola en Nigeria y su salud se había deteriorado mucho en la última semana, hasta el punto de que amigos y colegas habían pedido ayuda a Estados Unidos para intentar salvarla. Sin embargo, la ayuda no llegó.

El miedo al ébola no se queda en los países afectados. También se empieza a notar en otros de la región. En Senegal, por ejemplo, se están produciendo cancelaciones de reservas hoteleras y muchos turistas han decidido escoger otro destino. En lugares tan alejados dentro del continente, como Kenia o Sudáfrica, los operadores turísticos también empiezan a percibir esta tendencia.

Este miércoles, la compañía aérea Air France ha confirmado que algunos de sus trabajadores se están negando a volar a Guinea, Sierra Leona o Liberia, aunque la aerolínea mantiene de momento sus vuelos.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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