Un periodista italiano inicia una huelga de hambre tras 10 días detenido en Turquía
La autoridades no han presentado cargos contra Gabriele Del Grande ni le han permitido asistencia legal
El periodista y documentalista italiano Gabriele Del Grande inició la pasada noche una huelga de hambre para protestar contra su detención en Turquía, que se prolonga ya durante diez días sin que las autoridades del país euroasiático hayan presentado cargos en su contra ni le hayan permitido acceder a un abogado o recibir asistencia de los representantes consulares.
Del Grande fue detenido el pasado 9 de abril en la provincia suroriental de Hatay, fronteriza con Siria, adonde se había desplazado dos días antes para entrevistar a refugiados y exiliados sirios para un libro en el que está trabajando. “Fue arrestado porque carecía de la acreditación que se exige a los periodistas que trabajan en Turquía. Él no había solicitado la acreditación y por tanto fue detenido y ordenada su deportación”, explicó a EL PAÍS una fuente gubernamental. Del Grande fue enviado a un centro de internamiento de extranjeros como paso previo a su deportación.
Habitualmente los procesos de deportación de periodistas extranjeros que han entrado en Turquía sin acreditación se efectúan en el plazo de un par de días. Sin embargo, Del Grande no fue expulsado y fue enviado a otro centro de internamiento en la provincia de Mugla (oeste de Turquía) donde fue confinado “en aislamiento”. Solo este lunes se le permitió telefonear a su familia.
“Mientras hablo, cuatro policías me observan y escuchan”, explicó el periodista italiano, según relató posteriormente su pareja, Alexandra D’Onofrio. Del Grande aseguró que el trato recibido ha sido correcto, pero ha sido sometido a constantes interrogatorios: “Estoy bien, no me han tocado un pelo, pero no puedo llamar por teléfono. Me han quitado el móvil y mis pertenencias, pese a que no se me acusa de ningún delito. La razón de la detención tiene que ver con el contenido de mi trabajo. He sufrido numerosos interrogatorios sobre ello”.
El periodista denunció además que no se le ha explicado hasta que día permanecerá retenido, ni se le ha permitido contactar con un abogado, lo que supone una violación de la propia legislación turca. Incluso bajo el estado de emergencia que rige en Turquía, un arrestado puede permanecer como máximo cinco días sin asistencia legal.
El Ministerio de Exteriores italiano asegura que sigue el caso “con la máxima atención” y ha tramitado ante las autoridades turcas un permiso para visitar al detenido “tal y como está previsto en la Convención de Viena de 1963”. Sin embargo, al menos hasta esa visita no se ha producido todavía. “La Farnesina (Ministerio de Exteriores) pide con insistencia desde el primer día que Gabriele Del Grande pueda recibir asistencia legal y consular con regularidad”, se queja la diplomacia italiana en un comunicado. La fuente del Gobierno turco aseguró a este diario que el cónsul italiano podrá visitar al periodista detenido el próximo viernes y que la detención se ha prolongado porque “la investigación aún no ha sido completada”.
Del Grande no es el único informador europeo detenido en Turquía. También permanece entre rejas desde febrero y aún a espera de juicio Deniz Yücel, periodista del diario alemán Die Welt con doble nacionalidad turca-germana y al que se acusa de “incitar al odio” y colaboración con organización terrorista. Pese a las protestas del Gobierno de Berlín, las autoridades turcas se han negado a liberarlo. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo la semana pasada que Yücel no será devuelto a Alemania bajo ninguna circunstancia porque es “un espía y un terrorista”. “No será (excarcelado) mientras yo siga en este cargo (de presidente)”, afirmó. Son los tribunales, no obstante, quienes deciden sobre la inocencia o culpabilidad de los acusados.
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