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Las tropas iraquíes logran avances estratégicos en la ofensiva de Mosul

Las tropas gubernamentales irrumpen en la Universidad, convertida en base militar por el ISIS

Ángeles Espinosa
Las fuerzas especiales iraquíes, en el frente cerca de la Universidad de Mosul, este viernes.
Las fuerzas especiales iraquíes, en el frente cerca de la Universidad de Mosul, este viernes. AHMED SAAD (REUTERS)

Fuerzas especiales iraquíes han entrado este viernes en la Universidad de Mosul en un nuevo paso hacia la recuperación de la segunda ciudad de Irak, bajo la férula del Estado Islámico (ISIS) desde junio de 2014. El avance es altamente simbólico porque los yihadistas convirtieron el campus en base militar y, al parecer, utilizaban los laboratorios de la facultad de Químicas para fabricar armas. Después de tres meses de ofensiva, las tropas gubernamentales han llegado a la ribera oriental del Tigris, el río que divide Mosul de norte a sur, y preparan el asalto a la parte vieja de la ciudad, situada en la otra orilla.

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A última hora de la tarde, los soldados controlaban parte del recinto universitario, pero aún mantenían intensos combates en su interior, según informaban las agencias de noticias. Además, habían llegado a otros dos de los cinco puentes que unen ambos lados de Mosul (el primero lo alcanzaron hace unos días), con lo que ya sólo les falta acceder a los más septentrionales, anunció el portavoz del Fuerza Antiterrorista (CTS en sus siglas inglesas), Sabah al Numan, en la televisión iraquí. También han conseguido colocar la bandera iraquí sobre la sede del Gobierno provincial de Nínive, cuya capital es Mosul.

El asalto a la universidad, situada en el Noreste, se ha producido después de que las unidades que atacaban al ISIS desde el norte y las que avanzaban desde el este lograran unirse la víspera, tras liberar tres nuevos barrios. “Eso evitará con seguridad que el enemigo pueda utilizar cualquier resquicio entre los ejes”, explicó Al Numan. Los soldados ya sólo tienen a los yihadistas enfrente y no a los lados como hasta ahora.

“Con la ayuda de Dios, muy pronto anunciaremos la limpieza de toda la margen izquierda… ya no quedan muchas zonas [bajo control del ISIS] en esta orilla”, aseguró el portavoz del CTS. Las fuerzas iraquíes también cuentan con el apoyo aéreo de EE UU. Su aviación había golpeado de antemano los puentes para dificultar los movimientos de los yihadistas. Pero estos los han terminado de destruir para dificultar el avance de las tropas gubernamentales.

El objetivo es dominar toda la parte oriental de la ciudad antes de lanzarse al asalto de la parte vieja, donde los milicianos del ISIS se están viendo obligados a replegarse. Sin embargo, aún quedan algunos francotiradores y suicidas. Además, los yihadistas atacan desde el otro lado del río con obuses de mortero y drones recreativos modificados para trasportar pequeñas bombas.

La esperanza del Gobierno de Bagdad, y de la coalición internacional que lo respalda, es que la expulsión del ISIS de Mosul acabe no sólo con el lado iraquí del Califato, que se extiende hasta Siria, sino que marque el principio del fin de ese grupo extremista suní.

En la campaña, lanzada el pasado octubre, participan 100.000 hombres que incluyen miembros del Ejército iraquí, de las fuerzas kurdas y de las milicias chiíes. Esa amalgama de tropas produjo algún desajuste inicial, pero en las últimas semanas los observadores han notado una mejora de la coordinación entre las unidades y de las tácticas empleadas frente a los coches bomba y los terroristas suicidas.

Los combates han desplazado a 140.000 personas de Mosul y sus alrededores, según cifras de la ONU. Pero quienes permanecen atrapados en las zonas bajo control del ISIS se enfrentan a una creciente falta de agua, alimentos y medicinas a medida que los soldados estrechan el cerco sobre los yihadistas. El Comité Internacional de la Cruz Roja ha hecho un llamamiento para que se le permita ayudar a esas personas, cuyo número se estima en varios cientos de miles.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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