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Assange se convierte en el mejor aliado de Trump

Las filtraciones de Wikileaks han permitido al republicano apuntalar su estrategia de dibujar a Clinton como una política opaca y corrupta

Intencionadamente o no, Julian Assange se ha convertido en el mejor aliado del republicano Donald Trump en la recta final de la campaña presidencial. Las filtraciones de WikiLeaks, la organización que el activista australiano fundó hace una década, sobre los correos electrónicos del entorno de Hillary Clinton han incomodado a la candidata demócrata. El equipo de Clinton y el Gobierno estadounidense culpan a Rusia del robo de correos publicados por WikiLeaks.

Assange, de 45 años, lleva más de cuatro exiliado en la Embajada de Ecuador en Londres mientras persiste el proceso judicial en su contra en Suecia en que se le acusa de abusos sexuales.

El Gobierno de Quito limitó recientemente el acceso de Assange a Internet porque quiere evitar la impresión de injerencia en las elecciones estadounidenses. El australiano habla de una histeria McCarthyista sobre Rusia y niega cualquier afinidad con Trump. "Siento pena", dijo hace poco sobre ambos candidatos. "Son dos personas atormentadas por sus propias ambiciones".

Los republicanos ven ahora con simpatía las filtraciones de WikiLeaks sobre Clinton. Contrasta con las críticas por el robo de cables diplomáticos en 2010 cuando la candidata demócrata era secretaria de Estado y que Assange teme que podrían llevarle a ser extraditado a EE UU. Entonces, igual que ahora, WikiLeaks le crea problemas a Clinton.

Las filtraciones han permitido a Trump apuntalar su estrategia de dibujar a Clinton como una política supuestamente opaca y corrupta.

En la antesala de la convención de julio que designó a Clinton candidata demócrata, Wikileaks publicó correos del Comité Nacional Demócrata que podían sugerir un trato de favor a Clinton en las primarias frente a su rival, el senador Bernie Sanders. En las últimas semanas, ha difundido mensajes del jefe de campaña de la candidata que revelan el contenido de los discursos que dio Clinton a grandes firmas de Wall Street o la línea tenue entre la Fundación Clinton y las ganancias personales del matrimonio.

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