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Al Sisi causa un enfado popular al “regalar” dos islas en el mar Rojo a Arabia Saudí

La cesión ha desatado una fuerte polémica en las redes sociales de Egipto

El presidente egipcio, Abdelfatá al Sisi, saluda al rey saudí, Salman bin Abdelaziz en El Cairo.
El presidente egipcio, Abdelfatá al Sisi, saluda al rey saudí, Salman bin Abdelaziz en El Cairo.EFE

El Gobierno egipcio cedió el pasado sábado dos estratégicas islas situadas en el mar Rojo a Arabia Saudí durante la visita del rey Salman Ibn Abdulaziz a El Cairo. La noticia ha suscitado una fuerte polémica en Egipto, donde la oposición ha acusado al mariscal Abdelfatá al Sisi de compensar el respaldo económico que su régimen ha recibido por parte de la monarquía saudí con la renuncia de un territorio cuya soberanía estaba en disputa desde hace décadas. El mismo día, ambos líderes anunciaron la creación de un fondo de inversión común de más de 14.000 millones de euros, enésima inyección de capital saudí en Egipto desde el golpe de Estado de 2013 con el fin de mantener a flote su economía.

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En contraste la pompa que está rodeando la visita, durante la que el rey Salman ha realizado un discurso ante el Parlamento y ha recibido un doctorado honorífico por parte de la Universidad de El Cairo, la difusión de la concesión de las islas de Tirán y Sanafir se hizo a través de un discreto comunicado de prensa del Ejecutivo egipcio sobre la “demarcación de las aguas territoriales” entre ambos países. “Este logro llega después de un duro trabajo que se ha prolongado durante seis años, y en los que ha habido 11 rondas de encuentros”, reza la nota. El pasado viernes, los dos mandatarios informaron de la construcción de un puente sobre el mar Rojo que unirá ambos países y que llevará el nombre del rey saudí.

La islas están situadas a escasos kilómetros de la Península del Sinaí y poseen un alto valor estratégico porque permite controlar el acceso al Golfo de Aqaba, única salida al mar Rojo de Israel y de Jordania. Además, se cree que en su subsuelo podrían hallarse yacimientos de gas y de petróleo. El presidente Gamal Abdel Násser ocupó Tirán y Sanafir en 1949 con el consentimiento de la joven monarquía saudí en el contexto de la primera guerra árabo-israelí.

De hecho, su posesión fue clave para el bloqueo marítimo que Násser impuso a Israel en 1967, preludio de la Guerra de los Seis Días. Ocupada por la tropas israelíes tras el conflicto bélico, Egipto recuperó su control gracias a la firma de paz de los acuerdos de paz de Camp David. Actualmente, Tirán es sede de una misión multinación de observación de la ONU que supervisa el cumplimiento de estos tratados, que recogen la libre circulación marítima en la zona.

La entrega de las islas ha sido percibida como una auténtica afrenta al orgullo patrio de Egipto, cuya identidad está impregnada de un fervoroso nacionalismo. En cuestión de horas, la controversia había incendiado las redes sociales del gigante árabe y el irónico hashtag “Awad ba'a araduhu” (“Awad vendió sus tierras”) se convirtió en trending topic en Twitter. La expresión se refiere a una canción popular egipcia sobre un campesino que vende las tierras de cultivo de su familia, un acto percibido como vergonzoso.

Según informó el diario Shuruq, al menos once personas fueron arrestadas en domingo por participar en una manifestación de protesta, si bien fueron luego puestas en libertad. Entre los argumentos de quienes se oponen a la decisión figura el que podría ser inconstitucional, ya que la Ley Fundamental solo permite la cesión de una parte del territorio nacional previo referéndum. Un grupo de diputados ya han anunciado que se opondrán a la ratificación del tratado en el Parlamento.

“Pasen y vean señores, la península [del Sinaí] por un billón, las pirámides por dos, y de regalo dos estatuas”, escribió con sorna el célebre cómico Basem Yusef en su cuenta de twitter, comparando la cesión de las islas a una subasta. La reacción de los Hermanos Musulmanes, el partido del presidente depuesto Mohamed Morsi, también fue contundente. “Nadie tiene el derecho de ceder propiedad y recursos del pueblo egipcio a cambio de un puñado de dólares, o a cambio de apoyo a las políticas del gobierno”, declaró el movimiento islamista en un comunicado. Arabia Saudí mantiene una conflictiva relación con la Hermandad desde principios de los años noventa a causa de su apoyo a Sadam Hussein en la Guerra del Golfo.

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