Irak e Irán cortan el retroceso de la pena de muerte en el mundo
Las ejecuciones ascendieron en 2013 a 778, casi un centenar más que las 682 de 2012
La tendencia global camina hacia el abolicionismo de la pena de muerte, según Amnistía Internacional, pero los datos de 2013 no van en esa dirección: las ejecuciones en Irán (al menos 369, un 18% más que en 2012) y en Irak (169, un 30% más) han hecho que el número de ejecuciones oficiales en el mundo ascendieran en 2013 a 778, casi un centenar más que las 682 registradas en 2012. En estas cifras no se incluyen ni las miles de ejecuciones que Amnistía cree que se producen cada año en China y de las que este país no informa ni las ejecuciones en número indeterminado que se cree que han ocurrido en Siria y en Egipto tanto en 2012 como en 2013 pero que no han podido ser confirmadas. Tampoco se incluyen las ejecuciones en Corea del Norte, cuya cifra también se desconoce.
El año pasado había 98 países que habían abolido la pena de muerte, uno más que en 2012 y 13 más que los 85 países que la habían abolido en 1985. Sin embargo, hubo ejecuciones en 22 países, uno más que en el año anterior. Al margen de China y de Irán e Irak, los países con más ejecuciones el año pasado fueron Arabia Saudí (al menos 79), Estados Unidos (39), Somalia (al menos 34) y Sudán (al menos 21). “Solo un pequeño número de países llevaron a cabo la gran mayoría de esos absurdos homicidios patrocinados por el Estado. No pueden invertir los avances generales ya realizados hacia la abolición”, en opinión de Salil Shetty, secretario general de Amnistía.
“Los auténticos festines de muerte registrados en Irán e Irak han sido una vergüenza. Pero los estados que se aferran a la pena de muerte se ubican a contracorriente de la historia y, de hecho, están cada vez más aislados”, añadió Shetty.
"Los auténticos festines de muerte registrados en Irán e Irak han sido una vergüenza"
La situación en Irán es especialmente decepcionante. El inesperado triunfo del moderado Hassan Rohaní en las elecciones presidenciales de junio de 2013 desembocaron en la puesta en libertad de docenas de prisioneros políticos y en un acuerdio de principio en noviembre sobre el programa de desnuclearización. Pero las ejecuciones no solo aumentaron el año pasado sino que entre 80 y 95 personas han sido ya ejecutadas en las siete primeras semanas de 2014, según las cifras difundidas el 21 de febrero por Naciones Unidas.
Los 22 países que llevaron a cabo ejecuciones en 2013 utilizaron la decapitación, la electrocución, el fusilamiento, la horca y la inyección letal. Hubo ejecuciones públicas en Arabia Saudí, Corea del Norte, Irán y Somalia. Y se impuso la pena de muerte por delitos no mortales como el robo, delitos económicos o relacionados con drogas “y otros que no deberían ser en absoluto delito, como el adulterio y la blasfemia”, destaca Amnistía en su informe. “Muchos países utilizan la imprecisa denominación de ‘delitos políticos’ parea condenar a muerte a disidentes o presuntos disidentes”, advierte también.
Amnistía Internacional cita entre las tendencias positivas en 2013 el hecho de que no hubiera ninguna ejecución en Bielorrusia, Singapur y Emiratos y que se suspendieran en Gambia y Paquistán, donde se habían reanudado en 2012. En Singapur se conmutaron penas tras la revisión de la legislación que obligaba a ejecutar a los culpables de determinados delitos.
Entre las tendencias negativas cita el hecho de que seis países mantuvieran la pena de muerte preceptiva para determinados delitos; que en tres países se aplique por delitos económicos y en 13 por delitos relacionados con las drogas; y que en Arabia Saudí y “probablemente” en Irán y Yemen se ejecutara a personas por delitos cometidos cuando eran menores de 18 años.
En 2013 se condenó a muerte al menos a 1.925 personas en 57 países, frente a las 1.722 condenas en 58 países que hubo en 2012. A final de año había en el mundo al menos 23.392 personas condenadas a muerte.
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