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Esta es la crema que mejor funciona según la ciencia

El arsenal para luchar contra el envejecimiento de la piel es abrumador. El producto más avalado es tan potente que hay que limitar su dosis

Se descubrieron hace medio siglo para tratar el acné. Más tarde, por pura carambola, se comprobó su eficacia para revertir los efectos del envejecimiento. Los retinoides (la forma ácida de la vitamina A, y principal ingrediente de cremas míticas como Retin-A) concentran el mayor número de estudios médicos que avalan su eficacia por tres motivos: actuan en la dermis (su bajo peso molecular hace que penetren a capas profundas), estimulan la producción de colágeno, elastina y ácido hialurónico, y aceleran la regeneración celular.

Según Mintel, agencia de inteligencia de mercado, cerca de 300 nuevos productos con retinol llegaron al mercado en 2003. Después de 14 años, la suma sigue. A pesar de su veteranía, y del gran número de competidores que surgen, sigue siendo el producto más querido en las nuevas formulaciones cosméticas. Pero, ¿todo son ventajas? Destripamos las debilidades del activo posiblemente más rentable de esta industria.

No todos funcionan igual

Retinol, ácido retinoico, retinil palmitato, iso-tretinoína, tazaroteno… No son más que distintos collares para el mismo perro. Son derivados de la vitamina A, la vitamina de la piel como la llaman, el mejor antiedad demostrado y documentado por la literatura científica. “El retinol es una molécula presente en gran cantidad de cosméticos, pero su efectividad dependerá del tipo de formulación y la concentración. Y para tratar el fotoenvejecimiento facial, la tretinoína [la forma más potente de la vitamina A, que no está permitida en cosméticos] es el gold standard, pero es el experto de la piel quien debe indicar cómo usarla y en qué dosis”, afirman las dermatólogas Cristina García Millán y María Vitale, de los laboratorios farmacéuticos IFC y de la clínica Grupo Pedro Jaén.

Conviene aclarar que si ha usado retinol y no ha notado ningún cambio significativo en la piel, puede ser debido a que realmente no ha hecho nada porque el retinol necesita unas condiciones mínimas para dar lo mejor. Su vida es exactamente de 36 meses, más allá perderá eficacia. Hay que conservarlo a una temperatura que no sobrepase los 25ºC, y la materia prima debe almacenarse a -40ºC. Además, si se expone a la luz solar se oxida… Es tan inestable que casi hay que mantenerlo en una urna.

Cuidado con sus efectos secundarios

El otro caballo de batalla son las concentraciones. Hasta ahora su eficacia para transformar la piel solo dependía de altas concentraciones (con riesgo de toxicidad), debía ser recetado por el dermatólogo, y en muchos casos terminaba abrasando la piel y descamándola, uno de los efectos menos deseables para los usuarios que terminaban dejando el tratamiento. Todos los expertos coinciden: este ingrediente requiere adaptarse a la piel. Por eso se aconseja iniciar su aplicación evitando los meses de verano, una o dos veces por semana, por la noche y, poco a poco, subir la dosis hasta usarlo diariamente sin riesgos. Y para producir cambios notables, se necesitan un mínimo de 12 semanas en las que la descamación y enrojecimiento son parte del proceso.

No tenga prisa

El retinol es un proyecto a largo plazo. La paciencia es la clave, dicen los expertos. Tiene una acción antiedad sin parangón, pero cuando se deja de usar se desvacen los efectos (los más visibles, no todos). Es la paradoja de este producto. A pesar de haber demostrado clínicamente su potencia para tratar los daños producidos por el fotoenvejecimiento, a su vez hace que la piel sea más vulnerable a la radiación solar, incluso puede llegar a bajar el umbral de quemadura solar. Entonces, ¿despigmenta o puede provocar manchas? “El tratamiento no induce cambios permanentes en la piel, por lo que, al suspenderlo, los efectos dejarían de tener lugar”, según las dermatólogas de IFC. Para evitarlo, recomiendan curas de choque y terapias de mantenimiento a menor concentración para prolongar sus resultados.

TAN POTENTE QUE HAY QUE LIMITAR LA DOSIS

Aunque la absorción a través de la piel es mínima, los gobiernos de Alemania y Noruega han advertido: el retinol y otros ingredientes derivados de la vitamina A en los cosméticos podrían causar toxicidad en quienes ya ingieren suficiente (es decir, si exceden el límite diario recomendado) y provocar daño en el hígado, uñas quebradizas, pérdida de cabello, osteoporosis… Según Pedro Catalá, farmacéutico, “la dosis máxima diaria que el organismo necesita de vitamina A es de 5.000 UI. Durante las pruebas de toxicidad para los cosméticos, se calcula la cantidad que puede absorber la piel y penetrar en el torrente sanguíneo con el fin de establecer las dosis máximas de retinol en las diferentes categorías. Las cremas corporales deben tener una concentración máxima del 0,05% en adultos, y las faciales, un 0,3%.

Pedro Catalá, farmaceútico y creador de la marca cosmética Twelve Beauty, afirma que en realidad la piel no empeora. “No tengo constancia de ningún estudio científico que reporte efectos negativos al acabar el tratamiento. Es más una ilusión óptica: si durante su uso la piel está más luminosa y las líneas de expresión difuminadas y al parar desaparece, el consumidor percibe que su piel está peor”. Pero sus beneficios sobre el colágeno siguen ahí. Raquel González, directora de Pure Skincare Cosmecéutica, explica: “El retinol ayuda a la regeneración de colágeno y previene su degradación y cuando se deja de usar desaparecen los efectos inmediatos de piel luminosa y uniforme, pero es un efecto más visual”. Eso sí, ese colágeno "renovado" se destruirá al ritmo que marque el metabolismo de cada uno, por lo que esta especialista recomienda “no interrumpir su uso si queremos seguir revirtiendo los efectos del envejecimiento, aunque alternando periodos de descanso ya que el retinol es sistémico y se acumula en el tejido”. Gabriel Serrano, fundador de los laboratorios Sesderma, lo describe con un símil: “Es como ir al gimnasio. Mientras vamos, notamos los efectos, pero si lo dejamos, sentimos que nuestro tono muscular baja. Por tanto, debemos ser persistentes”.

En cuanto a su fototoxicidad, García Millán y Vitale achacan el riesgo de pigmentación solo si la irritación es muy acusada. En todo caso, aconsejan utilizar retinol por la noche y crema fotoprotectora de día, incluso tomar cápsulas para protegerse de la sensibilidad solar.

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