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“Dos cervezas, más eficaces que el paracetamol frente al dolor”: no se crea esta noticia

Tendrá que buscar otra excusa para brindar. Aunque se ha publicado en muchos medios, el estudio no es tan tajante

La supuesta información ha dado para muchos titulares...

Un estudio revela que la cerveza puede ser más eficaz que el paracetamol (Antena 3)

Tomarse dos cervezas tiene mayor efecto analgésico que el paracetamol (ABC)

La cerveza puede ser más efectiva que el paracetamol frente al dolor (La Sexta)

Unas cuantas cervezas son tan efectivas como un acetaminofén (Men’s Health)

Dos pintas son mejores que el paracetamol para aliviar el dolor y cortar las molestias un 25% (Daily Mail)

La cerveza puede ser un mejor analgésico que el paracetamol (Indian Express)

...aunque son pocos los medios que incluyen el enlace al estudio en el que se basa la información, que se publicó en Journal of Pain en diciembre de 2016, y que pasó casi sin pena ni gloria hasta que cuatro meses más tarde el tabloide británico The Sun sacó la noticia: “Dos pintas de cerveza son ‘MEJORES que un paracetamol para acabar con el dolor', y reducen la agonía un 25%, afirman los médicos” (sí, el rotativo incluía las mayúsculas en el titular, destacaba que era una exclusiva, y lo envolvía con un sugerente “Las cervezas ganan a las pastillas”).

En el texto, el editor de salud del periódico, Nick McDermott, entrevistaba a Trevor Thompson, autor del estudio y profesor de Psicología de la London’s Greenwich University (Reino Unido), y destacaba: "Se puede comparar con los fármacos opiáceos como la codeína, y el efecto es más potente que el paracetamol”. En el artículo de The Sun no se cuentan muchos más detalles de la investigación, aunque cierra con la recomendación del gobierno británico de no superar las 14 unidades de alcohol a la semana: seis pintas de cerveza (de 568 ml cada una) o seis copas de vino (de 175 ml).

“En el estudio se habla de las bebidas alcohólicas, así, en general sin mención alguna a la cerveza ni a ninguna otra bebida”, escribe el dietista-nutricionista Juan Revenga en su análisis publicado en la web de ciencia, escepticismo y humor Naukas. De hecho, los mismos autores lo dejan claro en las conclusiones: “Es importante enfatizar que el dolor clínico difiere del dolor experimental en una serie de dimensiones. Y aunque pueda ser sugestivo, los efectos analgésicos observados en el dolor experimental no pueden ser generalizados a estados clínicos de dolor sin nuevas investigaciones empíricas rigurosas”. Y además lo cuantifican: “Los estudios sugieren que la cantidad de alcohol que habría que consumir para lograr un efecto analgésico exceden los 20 gramos de etanol diarios que limita la Organización Mundial de la Salud (menos de dos bebidas estándar)".

Es más, en las mismas conclusiones publicadas en Journal of Pain, se especifica: “Una implicación clínica de los hallazgos actuales es que las propiedades analgésicas del alcohol podrían contribuir al aumento del consumo de esta sustancia en pacientes con dolor. La dependencia del alcohol puede desarrollar un refuerzo negativo de modelos de drogadicción (...). Es fácilmente accesible, relativamente barato, y es probable que su uso como analgésico fomente su consumo, como alternativa a otros medicamentos o tratamientos más difíciles de conseguir. No obstante, el consumo abusivo de esta sustancia puede significar una amenaza para la salud a largo plazo, asociada con enfermedades cardiovasculares, hepáticas, mentales o cancerígenas”. Es obvio que los titulares sobre esta noticia que circulan en las redes sociales no reflejan ni de lejos estas conclusiones, pero entonces, quizá, las lecturas no subirían como la espuma. Aquí tiene una guía para que no le vuelvan a engañar.

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