_
_
_
_
LA PUNTA DE LA LENGUA
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Se oye mucho 'podcast'

Quienes defienden ese término por su precisión olvidan que usamos mecheros sin mecha y que los ascensores también descienden

Álex Grijelmo
Un hombre usando una app en el móvil.
Un hombre usando una app en el móvil.Tsering Topgyal (AP)

Es una pena que los españoles no seamos ingleses. Si fuéramos ingleses, explotaríamos más nuestro ingenio latino de españoles para inventar cantidad de palabras. Pero cuando uno de los nuestros inventa un vocablo con los recursos del idioma español, se le corre a garrotazos. A diferencia de lo que sucede entre ingleses.

Ahí tenemos el ejemplo de podcast. La palabra procede de la contracción de iPod (reproductor de bolsillo de sonido digital) y broadcasting (difusión). Su primer uso público llevaba la firma del periodista británico Ben Hammersley el 12 de febrero de 2004 en The Guardian. (Bueno, en realidad, escribió “podcasting”, de donde derivó “podcast”). El significado fue cambiando, pero el significante permanece.

En español se ha aportado como equivalente la voz “audio”, un término latino de más de 2.000 años capaz de sustituir al modernísimo podcast en la mayoría de los contextos. Pero como somos españoles y no ingleses, enseguida vendrá alguien a decir que no es lo mismo un audio que un podcast.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Ese falso argumento de la precisión olvida que en el “café” de la esquina nos dan tanto un café como un refresco; que encendemos “mecheros” sin mecha; que el “ascensor” también desciende y que la “mesilla de noche” no desaparece durante el día. Las palabras nombran, no definen. Y una vez que nombran, son ellas las definidas.

El elemento compositivo “audio” se usó siempre en compañía de otros (“audiovisual”, “audiolibro”, “audiograma”…), pero ya lo estamos dotando de autonomía para que signifique “documento sonoro, generalmente digitalizado” (sin que esa nueva acepción haya llegado aún al Diccionario).

Por tanto, si allá donde se dice “escuchen los podcasts de nuestra emisora” se cambiara el anglicismo por el vocablo “audios”, cualquiera entendería de qué se trata y no se levantarían barreras idiomáticas ni se contribuiría a acentuar el conocido complejo de inferioridad hispano.

En cuanto a los podcasts de imágenes (porque la palabra inglesa no sabe diferenciar entre imagen y sonido), la analogía sobreviene enseguida: “Vea nuestros vídeos”.

En uno y otro caso, nos suelen invitar también a “bajarlos” o “descargarlos”, calcos semánticos de download. Y los mismos que argumentan contra la supuesta imprecisión de “audio” pasarán por alto que los audios y los vídeos no cambian de sitio al bajarlos o descargarlos, sino que permanecen en su lugar de origen cuando los copiamos, duplicamos o reproducimos. ¿Se puede “bajar” o “descargar” algo que, una vez concluida la operación, sigue donde estaba? Pues se va pudiendo.

Y todo esto es lo que sucede: cualquier alternativa en español recibe disparos, mientras que el anglicismo obtiene beneplácitos incluso si incurre en una incongruencia. Nuestra baja autoestima cultural funciona así.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Álex Grijelmo
Doctor en Periodismo, y PADE (dirección de empresas) por el IESE. Estuvo vinculado a los equipos directivos de EL PAÍS y Prisa desde 1983 hasta 2022, excepto cuando presidió Efe (2004-2012), etapa en la que creó la Fundéu. Ha publicado una docena de libros sobre lenguaje y comunicación. En 2019 recibió el premio Castilla y León de Humanidades

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_