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Los laboratorios que experimentan con animales abrirán sus puertas

Las principales instituciones científicas españolas se comprometen a un "acceso regulado"

Un ratón con obesidad dedicado al estudio de las conductas alimentarias.Foto: reuters_live | Vídeo: CSIC-FECYT
Manuel Ansede

Las principales organizaciones científicas españolas se han comprometido hoy a abrir sus puertas para mostrar sus investigaciones con animales. En 2014, los laboratorios de España emplearon unos 800.000 ejemplares, la inmensa mayoría ratones y ratas. El acuerdo de transparencia, presentado hoy en Madrid, ha sido promovido por la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE), que representa a 40.000 investigadores.

“Vamos a aumentar la transparencia, porque los científicos no tenemos nada que esconder”, ha declarado Juan Lerma, investigador del Instituto de Neurociencias de Alicante y vocal de la COSCE. El acuerdo nace, según ha reconocido Lerma, “del riesgo que están suponiendo los movimientos animalistas para la investigación biomédica en Europa”. El cénit de esta oposición fue la iniciativa ciudadana Stop Vivisection, respaldada por 1,17 millones de firmas, que pedía el fin absoluto de la experimentación científica con animales. El año pasado, la Comisión Europea tumbó esta proposición por “prematura” y prometió acelerar la investigación en métodos alternativos.

“Vamos a aumentar la transparencia, porque los científicos no tenemos nada que esconder”, ha afirmado el neurocientífico Juan Lerma

“Tenemos que hacer autocrítica. Durante quizás demasiados años hemos evitado hablar de nuestro trabajo con animales para evitar polémicas. Esto en el siglo XXI ha cambiado. No hay nada que ocultar”, ha recalcado Lluís Montoliu, que estudia enfermedades raras para las que no hay tratamiento, en el Centro Nacional de Biotecnología. “Me enorgullezco de haber utilizado animales”, ha proclamado.

“La adopción de este compromiso asegura que todas las organizaciones reconocen responsablemente, tanto internamente, mediante información a los empleados, como públicamente, mediante declaraciones en su página web u otros procedimientos, que llevan a cabo investigación con animales en sus instalaciones”, reza el acuerdo en su punto fundamental. “Además, anima a ofrecer acceso regulado a sus centros de investigación a medios de comunicación, representantes institucionales, estudiantes, grupos de pacientes u organizaciones que así lo soliciten, siempre que las medidas de seguridad lo permitan”, añade.

El documento se inspira en el que funciona desde hace más de un año en Reino Unido, donde casi la mitad de la población “pensaba que había demasiado oscurantismo”, según ha explicado Javier Guillén, director para Europa y América Latina de la Asociación Internacional para la Evaluación y Acreditación del Cuidado de Animales de Laboratorio, una organización privada sin ánimo de lucro que promueve “el trato humanitario de los animales”. Este oscurantismo también ha existido históricamente en España, donde muchos centros ocultaban sus experimentos con animales, incluso con peces, por miedo a manifestaciones animalistas en sus puertas.

Históricamente, muchos centros han ocultado sus experimentos con animales por miedo a manifestaciones animalistas en sus puertas

El acuerdo presentado hoy incluye a los mayores organismos públicos de investigación en España —el CSIC y el Instituto de Salud Carlos III— y a las principales universidades, como la Complutense y la Autónoma de Madrid y la Pompeu Fabra de Barcelona. También lo suscriben los buques insignia de la ciencia española, como el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y su homólogo dedicado a las patologías cardiovasculares, el CNIC. Algunas grandes empresas privadas, como la farmacéutica GSK o los laboratorios de toxicología Vivotecnia, ambos en la localidad madrileña de Tres Cantos, todavía no se han adherido al compromiso, firmado por 90 instituciones y abierto a nuevas incorporaciones.

“Este es el primer paso para que la sociedad asuma con naturalidad este trabajo que ofrece tantos beneficios”, ha defendido Guillén. “Prácticamente todos los protocolos actuales para la prevención, curación y control de las enfermedades, de los antibióticos a las transfusiones de sangre, de la diálisis al trasplante de órganos, de las vacunas a la quimioterapia, de las operaciones quirúrgicas de corazón a la sustitución de huesos y articulaciones en cirugía ortopédica, se basan en el conocimiento obtenido mediante investigaciones realizadas en animales de laboratorio”, aseguraba un documento de la COSCE en 2015.

El acuerdo de transparencia español se suma al pionero de Reino Unido y a otro reciente presentado en Alemania. Francia y Portugal presentarán próximamente iniciativas similares, según ha adelantado Lerma. “Nosotros promovemos esa transparencia, para que cualquier ciudadano pueda saber cómo, cuándo y por qué se usan animales”, ha señalado Emma Martínez, portavoz de la Asociación Europea de Investigación Animal (EARA), que ha colaborado con la COSCE en la elaboración del acuerdo.

El número de animales utilizados en investigación en España ha caído desde los 1,4 millones de 2009 a los 800.000 de 2014, gracias a regulaciones cada vez más estrictas y al desarrollo de métodos alternativos, como cultivos de células y simulaciones informáticas. “No nos quejemos de que la sociedad no nos entiende si los investigadores no ofrecemos datos. Usamos animales exclusivamente cuando no hay otro medio alternativo”, ha remachado Montoliu.

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Sobre la firma

Manuel Ansede
Manuel Ansede es periodista científico y antes fue médico de animales. Es cofundador de Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS. Licenciado en Veterinaria en la Universidad Complutense de Madrid, hizo el Máster en Periodismo y Comunicación de la Ciencia, Tecnología, Medioambiente y Salud en la Universidad Carlos III

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