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INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA

La UE rechaza la petición ciudadana de prohibir la experimentación animal

La Comisión Europea tumba por "prematura" la iniciativa firmada por más de un millón de europeos, aunque comparte el objetivo final de eliminar los ensayos con animales

Manuel Ansede
Ratones del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas.
Ratones del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas.CNIO

La Comisión Europea ha rechazado hoy la iniciativa ciudadana Stop Vivisection, respaldada por 1,17 millones de firmas, que pedía el fin de la experimentación científica con animales. “Gracias a importantes avances tecnológicos, Europa está reduciendo el número de ensayos con animales. No obstante, ahora sería prematuro prohibir completamente la investigación con animales en la UE, y con ello se correría el riesgo de ahuyentar la investigación biomédica fuera de Europa”, ha afirmado en un comunicado el finlandés Jyrki Katainen, vicepresidente de la Comisión.

La respuesta oficial va en línea con el posicionamiento de las principales sociedades científicas europeas, que insisten en que a día de hoy es imposible renunciar por completo a la experimentación animal, clave en el desarrollo de prácticamente todos los tratamientos contra enfermedades humanas y animales.

“El objetivo final de la legislación de la UE es eliminar los ensayos con animales. En respuesta a la iniciativa ciudadana, la Comisión Europea va a adoptar una serie de medidas para acelerar los avances en la generalización y uso de métodos alternativos”, ha declarado Karmenu Vella, comisario de Medio Ambiente.

La Comisión se compromete a acelerar la búsqueda de métodos alternativos a los animales

La Comisión recuerda que la Directiva 2010/63/UE, que la iniciativa ciudadana quería derogar, tiene por objeto “aumentar el bienestar de los animales cuyo uso es necesario para la investigación científica”. Para este fin, en los laboratorios europeos se aplica el principio de las 3 R: reemplazar por cultivos celulares o simulaciones informáticas el uso de animales cuando es posible, reducir el número de animales empleados a los estrictamente necesarios y refinar los métodos empleados para mejorar el bienestar animal. Gracias a esta estrategia, los científicos españoles utilizaron 920.000 animales en 2013, en lugar de los 1,4 millones de 2009.

La institución europea cree que “una prematura prohibición de la investigación con animales en la UE probablemente provocaría una exportación de la investigación y la experimentación biomédica fuera de la UE, a países donde las normas de bienestar pueden ser menos exigentes y en los que pueden necesitar más animales para lograr el mismo resultado científico”.

La iniciativa Stop Vivisection se presentó a la Comisión Europea el 3 de marzo de 2015, con el apoyo de organizaciones de defensa de los animales, como el Partido Animalista Europeo. Entre los miembros del comité de ciudadanos se encontraba la médico española Nuria Querol, fundadora del Grupo para el Estudio de la Violencia Hacia Humanos y Animales.

La Confederación de Sociedades Científicas de España afirma que “el uso de animales en la investigación es vital para el avance de la medicina"

La posibilidad de presentar iniciativas ciudadanas entró en vigor en abril de 2012. Estas herramientas requieren la firma de un millón de personas procedentes de al menos un 25% de los estados miembros de la UE. Hoy finalizaba el plazo de tres meses para que la Comisión Europea respondiera de manera razonada a los ciudadanos.

En febrero, la Confederación de Sociedades Científicas de España (Cosce) publicó un documento oficial en el que defendía que “el uso de animales en la investigación es vital para el avance de la medicina”. El informe consideraba que el número de animales utilizados en los laboratorios es “relativamente pequeño”. En EE UU, argumentaban los autores, los científicos utilizan cada año unos 25 millones de animales en sus estudios, el 95% roedores. En el mismo plazo, los estadounidenses se comen 9.000 millones de pollos y 150 millones de vacas, cerdos y ovejas.

Juan Lerma, director del Instituto de Neurociencias de Alicante y coordinador del documento de la Cosce, aplaude la decisión tomada hoy por la Comisión Europea. "Son buenas noticias. Todos los científicos intentamos evitar el uso de animales cuando es posible. De hecho, trabajar con una línea celular [células cultivadas en el laboratorio] es más fácil y más barato que emplear un animal, pero muchas veces es imposible porque se aleja de la realidad. Yo soy neurocientífico y una línea celular no es un cerebro", señala.

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Sobre la firma

Manuel Ansede
Manuel Ansede es periodista científico y antes fue médico de animales. Es cofundador de Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS. Licenciado en Veterinaria en la Universidad Complutense de Madrid, hizo el Máster en Periodismo y Comunicación de la Ciencia, Tecnología, Medioambiente y Salud en la Universidad Carlos III

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