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África No es un paísÁfrica No es un país
Coordinado por Lola Huete Machado

El LRA resurge de sus cenizas

Niño soldado del LRA / Foto: Invisible Children
Niño soldado del LRA / Foto: Invisible Children

Hace algunos meses, en este mismo espacio, comentábamos que teníamos la impresión de que se estaba produciendo un retorno del Ejército de Resistencia del Señor (LRA), el grupo guerrillero liderado por Joseph Kony. Ahora, las últimas noticias recibidas confirman esta premonición: El grupo está incrementando sus operaciones, actuando en nuevas áreas y secuestrando a más niños y niñas para ser utilizados como soldados o esclavas sexuales en la República Centroafricana (RCA). Así también lo corrobora el Representante Especial y director de la Oficina de Naciones Unidas para África Central (UNOCA), Abdoulaye Bathily, en su último informe al Consejo de Seguridad de la organización. Se rompe de este modo la tendencia a la baja que el grupo había mostrado hasta finales del año pasado.

De este documento, presentado a mediados de junio, se aprende que aunque el LRA no esté en el momento más alto de su actividad, desde el inicio de 2016 ha aumentado los ataques del grupo, especialmente en la zona del sureste de la República Centroafricana.

Según algunas ONG como Invisible Children, el LRA también ha secuestrado al menos a 269 personas en la RCA y en la República Democrática del Congo (RDC) en los primeros cuatro meses de este año. No se conocían cifras semejantes desde 2010.

La Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Centroafricana (MINUSCA) también informa de que bastantes aldeas de la región de Bria han sido abandonadas desde finales de 2015 debido a la nueva actividad desplegada por el LRA. Los ataques del grupo cada vez están más dirigidos a poblaciones grandes y nada aisladas, lo contrario de lo que había sucedido en los últimos años.

La situación en la RCA es muy inestable, lo que da pie a que grupos como el LRA puedan establecerse en el país y controlar territorios sin encontrar una fuerza armada que les haga frente. Esta nación se precipitó en el caos cuando en 2013, los rebeldes selekas expulsaron al presidente François Bozize del país, lo que provocó una espiral de violencia y venganzas que origino el surgimiento de los grupos antibalakas. El choque entre las dos fracciones causó numerosos muertos y desplazados..

Mientras el LRA incrementa sus actividades, el gobierno ugandés anunciaba el pasado mes de mayo que había formado una comisión para estudiar la retirada de sus tropas desplegadas en RCA, RDC y Somalia. En el caso del primer país el argumento esgrimido es que “el LRA ya no supone una amenaza. El grupo ha sido reducido y ya no tienen los medios para embarcarse en una guerra”, según aseguraba un portavoz del ejército ugandés.

Alrededor de 2.000 soldados ugandeses, apoyados por tropas estadounidenses, están desplegados en la actualidad en la República Centroafricana como parte de la Misión de la Unión Africana para hacer frente a los rebeldes del LRA.

Mientras, en Gulu, la principal ciudad del norte de Uganda, región en la que nació el LRA, la noche del pasado 12 de junio se producía un ataque a la comisaría de policía de la ciudad. Durante 30 minutos, un grupo desconocido de hombres armados luchó contra la policía y el ejército hasta que fueron repelidos e iniciaron la huida, abandonando tras de sí armamento moderno. Parece que los heridos y muertos gubernamentales fueron bastantes aunque todavía no hay confirmación oficial de la cifra exacta.

Este ataque se producía días después de otros similares en las ciudades de Moroto y Kasese. Estos acontecimientos han hecho despertar los fantasmas del conflicto que asoló la región entre 1987 y 2006 por causa de las actividades del LRA.

El LRA surgió por primera vez en el norte de Ugandan a mediados de los años 80 del siglo pasado cuando se levantó en armas en nombre del pueblo acholi contra el gobierno del presidente Yoweri Museveni. Desde un principio contó con el apoyo, la financiación y la protección del gobierno de Sudán donde durante años estuvieron sus principales bases.

Una vez que el grupo rebelde, tras años de destrucción, matanzas y secuestros, fue expulsado de la zona, hace más de una década, gracias a las acciones del ejército ugandés, ha estado desplazándose por Sursudán, República Democrática del Congo, República Centroafricana y Sudán. Esta milicia se ha caracterizado desde sus inicios, además de por las matanzas y la destrucción, por el continuo secuestro de personas, especialmente niños y niñas para ser utilizados como soldados y esclavas sexuales. Se calcula que desde su nacimiento, el LRA ha secuestrado a más de 70.000 niños y niñas, aunque en los últimos años ha sido difícil seguir las cifras del grupo con exactitud.

Informes anteriores habían hablado de la poca operatividad del LRA e insinuaba que solo unas pocas docenas de guerrilleros seguían perteneciendo al mismo y que se encontraban diseminadas por tres países: Darfur en Sudán, donde se encontraría Joseph Kony, RDC y RCA. Muchos de los antiguos seguidores del líder guerrillero habrían desertado, la mayoría de los comandantes rebeldes habrían muerto o se habrían rendido a la justicia como es el caso de Dominic Ongwen y los pocos fieles a Joseph Kony habrían abandonado el proyecto inicial del grupo -derrotar al gobierno ugandés y establecer una república basada en los Diez mandamientos de la Biblia- concentrando sus esfuerzos en seguir vivos a costa de acosar a civiles residentes en zonas cercanas a sus campamentos. Las mismas fuentes también indicaban que hace ya años que Kony no dirige ninguna operación militar, dejando la oportunidad de estas al arbitrio de cada comando. Incluso hay un informe de Enough project que asegura que Kony no mantiene el control total del grupo.

Desde hace años, Estados Unidos está detrás de la caza de Joseph Kony tildando a sus seguidores, el LRA, de grupo terrorista. El presidente Obama envió tropas y ayuda militar a Uganda en 2011 basándose en que el LRA es una amenaza para la seguridad de la región. Anteriormente, el presidente George W. Bush había desplegado 17 consejeros militares en la zona. En 2012 se hizo viral la campaña de la ong Invisible Children en la que se pedía el envío de más tropas estadounidenses para ayudar a la detención de Kony. En 2014, Washington aumentó los medios y el personal de esta misión.

Estados Unidos continuó apoyando las operaciones del ejército ugandés en su lucha contra los rebeldes del LRA incluso en los momentos en que el grupo se encontraba en sus momentos más bajos y había dejado de ser un peligro para la estabilidad de la región. Eso propició que surgieran muchas preguntas sobre la verdadera finalidad de la presencia estadounidense en la zona. Muchos observadores piensan que la única razón por la que Washington mantiene sus tropas allí es para pagar los favores del ejercito ugandés en su lucha contra al-Shabab en Somalia. Si ahora las topas ugandesas abandonasen RCA, ¿cuál será la excusa de Washington para mantener desplegado personal militar en la región o también se irá de allí?

Sin embargo, el actual repunte de las actividades del LRA podría convertirse en una nueva justificación para Estados Unidos que obligaría a Uganda a mantener su presencia.

La captura de Joseph Kony sigue siendo una de las prioridades del presidente ugandés, Yoweri Museveni que lleva en el poder desde 1986.

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