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En busca de los 100 cerebros perdidos de Texas

La Universidad de Texas en Austin 'pierde' una colección de cerebros deformados que conservaba para inverstigar

Algunos de los cerebros retratados en el libro 'Malformados'.
Algunos de los cerebros retratados en el libro 'Malformados'.Adam Voorhes e Alex Hannaford

Acumularon polvo durante años en jarrones de formol en un sótano de la Universidad de Texas en Austin, después desaparecieron, y ahora hay versiones encontradas sobre su destino. El misterio de los 100 cerebros que han desaparecido en el campus de esta universidad ha dejado perplejos a los expertos y a las autoridades que andan en su busca.

Hace 28 años, el Hospital Estatal de Austin transfirió 200 cerebros a la universidad. La colección tenía una característica singular: la mayoría de las muestras tenía raras y serias deformaciones. Asi se comprueba en el libro de Adam Voorhes y Alex Hannaford Deformados: cerebros olvidados del Hospital Mental de Texas, publicado esta semana, y que incluye fotografías y la historia que hay detrás de la adquisición de la muestra.

El primero en descubrirla fue Voorhes, fotógrafo, quien se interesó por la textura y rareza de los cerebros y comenzó a fotografiarlos en alta resolución. Luego Hannaford, periodista, comenzó a investigar su procedencia.

“Ambos descubrieron que diversas universidades rivales, incluyendo Harvard, pelearon por la colección. Ahora ha sido reducida a la mitad de su tamaño y está en un estado de abandono”, especifica el libro.

Uno de los cerebros extraviados supuestamente perteneció al asesino múltiple Charles Whitman

La desaparición de los 100 cerebros se ha convertido en un misterio. Además, uno de los extraviados supuestamente perteneció al asesino múltiple Charles Whitman, un estudiante de ingeniería que mató a 16 personas e hirió a otras 32 en un tiroteo en el campus de la Universidad de Texas en Austin en 1966. Pero el centro de estudios especificó que no tiene ninguna prueba de que esto sea verdad.

Luego comenzaron a emerger versiones diferentes respecto al destino final de los cerebros. Académicos como Tim Schallert, del departamento de Psicología de la Universidad de Texas en Austin, declaró el miércoles a la prensa local que los cerebros habían aparecido en la Universidad de Texas en San Antonio. El portavoz de la Universidad de Texas en Austin, Gary Susswein, asegura  que están investigando "sugerencias anecdóticas que indican que los especímenes pueden haber sido compartidos con el Centro de Ciencia y Salud de la Universidad de Texas en San Antonio en 1990, pero por ahora no tenemos constancia de que eso sucediera”. Consultada por EL PAÍS, la portavoz de ese centro de estudios, Catherine Duncan, aseguró que los cerebros “no se encuentran ahí”.

Por su parte, en una declaración enviada por escrito a este diario, la Universidad de Texas en Austin explica que han puesto en marcha una investigación preliminar que ha concluido que parte del personal de salud y seguridad del centro académico había eliminado múltiples especímenes en 2002, de acuerdo con protocolos internos para desechos biológicos.

“Esa decisión fue tomada en coordinación con académicos que determinaron que los especímenes estaban en malas condiciones cuando la universidad los recibió en 1980, y no eran adecuados para enseñanza o investigación”. La declaración también especificó que esto ocurrió antes de la renovación del Centro de Recursos para Animales, donde habían sido almacenados los cerebros. “Creemos que tiraron entre 40 y 60 botes, que contenían múltiples cerebros, y que trabajaron con un contratista”.

La Universidad de Texas en Austin ha anunciado el nombramiento de un comité para resolver las dudas pendientes sobre los 100 cerebros perdidos.

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