"¡A mí no me funciona el desodorante!"
El sudor es inodoro, pero su interacción con las bacterias de la piel provoca olores desagradables. Razones y soluciones para afectados
Premisa número 1: El sudor es inodoro. Premisa número 2: Su función es regular la temperatura corporal y eliminar toxinas. Premisa número 3: “Una cosa es sudar; y otra, tener mal olor corporal a causa del sudor”, agrega la doctora María Castellanos, dermatóloga de la Clínica de La Luz. Entonces, si hemos compartido noche de juerga, sesión de gimnasio o idéntica jornada laboral, por qué unos huelen mal y otros no.
Es muy importante que las personas con problemas de sudoración desarrollen habilidades para controlar el estrés"
Existen dos tipos de sudor. El ecrino, que no huele, y el apocrino, que es el que produce el mal olor. La doctora Elia Roó Rodríguez, jefe del Servicio de Dermatología Estética del Hospital Sur de Alcorcón, Madrid, y coordinadora del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica (GEDET) de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), explica. "Las glándulas ecrinas regulan la temperatura corporal, produciendo sudor al aumentar la temperatura con el ejercicio físico o el calor. Hay unos tres millones distribuidas por todo el cuerpo, aunque las más abundantes se encuentran en las palmas de las manos y las plantas de los pies”. No producen mal olor. Por su parte, las glándulas apocrinas, que sí lo producen, son menos numerosas. "Se hallan en mayor número en las axilas, los genitales y el pecho, y comienzan a funcionar en la pubertad. Es la acción de las bacterias habituales de la piel sobre la secreción de sudor de estas glándulas la que produce amoniaco y ácidos grasos, originando un desagradable hedor”, prosigue. Habría que añadir un tercer tipo de glándulas sudoríparas, las apocrinas, según matiza Roó Rodríguez, descubiertas recientemente y que comparten ciertas características con las otras dos.
Con la explicación científica en la mano, ¿por qué motivo hay personas que huelen peor que otras? Castellanos afirma que aquí entran en juego variables de diversa índole." Por un lado, hay individuos con una sobreinfección bacteriana. Esto provoca que tengan una alteración en la flora de la piel y al interaccionar con el sudor apocrino hace que aparezca el mal olor”, responde. Es lo que conocemos como bromhidrosis, un trastorno no genético cuya causa exacta aún no se ha identificado ("sabemos que influyen factores como la obesidad, el alcohol o fumar, pero no son determinantes", anota la doctora).
Pese a todo, según las especialistas, “la causa principal por la que alguien que suda huele a sudor es la falta de higiene”. Ambas doctoras coinciden en la importancia del lavado frecuente con jabones antibacterianos, evitar los cambios de temperatura bruscos, cambiarse de ropa a menudo, usar desodorantes, perfume e incluso pomadas antibióticas. “También la eliminación de vello puede ayudar a disminuir el olor al impedir la acumulación de bacterias y sudor”, agrega Roó Rodríguez. “Sin embargo, si todo esto no sirve de nada, las soluciones podrían pasar por infiltrar toxina botulínica (Botox) para bloquear la producción de sudor e incluso, en los casos más graves, realizar algún tratamiento quirúrgico que elimine las glándulas sudoríparas de la axila con láser o aspiración ultrasónica”, continúa.
Pero hay más cosas a tener en cuenta en esto de los olores. La alimentación también desempeña un papel importante. “Hay algunos alimentos como el ajo, la cebolla, el curry o el alcohol que pueden aumentar la intensidad del olor”, dice Roó. "Por ejemplo, la cebolla se elimina por el sudor y si tenemos mal olor corporal, se va a acentuar. La cebolla cruda se tarda en eliminar por el olor entre 24 y 48 horas”, asevera Castellanos. El café y el picante también estarían en esta lista, así como algunos fármacos como el bromuro. No olvidemos el tipo de ropa: mejor evitar la ajustada y de materiales sintéticos y optar por el algodón, si usted sufre de hiperhidrosis o exceso de sudoración.
Agobios o tensiones también aumentan la sudoración. “Por eso es muy importante que las personas con problemas asociados al sudor desarrollen habilidades para controlar situaciones estresantes y mecanismos de autodefensa”, asegura Castellanos.
¿Desodorante o antitranspirante?
“Para un caso normal, el desodorante sería suficiente”, afirma María Castellanos. Y si tenemos tendencia a irritaciones de piel, mejor en spray. Pero si la cosa no se mitiga así, la opción pasa por un antitranspirante. Se diferencian en que el primero controla el olor y lo neutraliza, mientras que el segundo “favorece la sequedad de la piel y regula la secreción de sudor”, añade. El más usado, según Roó Rodríguez, es el cloruro de aluminio, aunque: "Su eficacia resulta inconstante por su corta duración de acción", matiza.
Para los detractores de los desodorantes, en cuya lista se encuentran famosos como los actores Cameron Diaz o Matthew McConaughey, hay alternativas naturales pero poco efectivas. "Suelen ser personas que están en contra de la utilización de productos químicos, desde el desodorante hasta el microondas. Son tendencias naturistas”, comenta Castellanos. “La piedra de alumbre es la alternativa que mejor funciona, natural y suave. Pero solo elimina parcialmente el olor, por lo que no es suficiente para personas con problemas”, relata.
¿Cómo le digo que huele a sudor?
Lo primero, con mucho tacto. "No es una conversación fácil y estar informados sobre soluciones y causas puede ayudar a plantearla", asegura la doctora Castellanos. “Yo recomendaría que en vez de sacar el tema del mal olor, se sacara el de la sudoración excesiva. Es algo diferente, más aceptado y común. Da menos pudor social hablar de hiperhidrosis”, aconseja. Y como ayuda, aclara, esto puede servir: “Cuente la experiencia de un amigo al que le hayan inyectado Botox, que además es algo que se asocia a la posición y el glamour y puede avergonzar menos”.
“Hay que comprender que cuando no se trata de una falta de higiene, la bromhidrosis apocrina es una enfermedad crónica que no remite. Y quien lo padece suele sentirse cohibido y avergonzado, además de que lleva asociados problemas psicológicos, sociales y profesionales. La mejor forma de abordarlo debe ser siempre con delicadeza y recomendado la consulta a un dermatólogo”, agrega la doctora Roó Rodríguez. “Realmente, son pocas las personas que saben que pueden acudir a un dermatólogo para tratar un problema de mal olor corporal. Que lo conozcan es muy importante”, remata Castellanos.
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