Me creo lo que me cuente
La primera vez que vi a De Niro actuando no sabía que era actor ni cuál era su nombre, solo pensaba en el miedo que debía de tener la gente que trabajaba con ese loco en Taxi driver.
Hoy puedo decir que he visto casi todos sus trabajos y que su nombre, para mí, es sinónimo de la mejor manera de entender esta profesión: buscar, reírse, no dar nada por hecho, encontrar otras personalidades honestas dentro de uno mismo
Y a pesar de todo esto, cuando le veo en una película se me olvida su nombre y su joven Vito Corleone de El Padrino II, su Rodrigo Mendoza de La misión, su Max Cady en El cabo del miedo, su Jimmy en Uno de los nuestros, su Frankenstein, su mafioso en tratamiento psiquiátrico de Una terapia peligrosa y veo cine, me creo lo que me cuente y me voy donde me lleve.
Citando a Les Luthiers, "¿qué podemos decir de este maestro que no se haya dicho ya, o que sí se haya dicho?".
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